La nueva delegada del Gobierno pretende inhibirse
El Ayuntamiento de Madrid dice que prohibirá la «procesión atea» si no lo hace Delegación
El Consistorio dice que la marcha va en contra del clima de apertura, integración y tolerancia que caracteriza a Madrid.
El Ayuntamiento de Madrid ha elaborado un informe desfavorable sobre la celebración de una "procesión atea" el próximo Jueves Santo por el centro de la capital y no la permitirá, aunque considera que la institución que tiene que prohibirla, por el tipo de convocatoria, es la Delegación del Gobierno.
El Consistorio se ha referido así, en un comunicado, a la "primera procesión atea de Lavapiés" convocada por varias organizaciones y grupos de Madrid para el próximo día 21, coincidiendo con las procesiones del Jueves Santo, con el objetivo de poner de relieve "la hipocresía social y moral que representa la Semana Santa católica".
El Ayuntamiento ha explicado que la Delegación del Gobierno ha comunicado a los convocantes y al Ayuntamiento que "no se considera competente para autorizar o denegar la celebración" de esta procesión, cuando según el Consistorio la convocatoria "se excluye del ámbito de la Ley Orgánica 5/1980, de 5 de julio, de Libertad Religiosa".
En su opinión se trata de ejercer el derecho a manifestación recogido en el artículo 21 de la Constitución, y desarrollado en la Ley Orgánica 9/1983 de 15 de julio, por lo que su autorización no es competencia del Ayuntamiento, sino de la Delegación del Gobierno.
En contra de la tolerancia
Así, el Consistorio sólo puede emitir un informe, basado en causas objetivas y motivado, que en este caso es "desfavorable" a la procesión porque podría "ocasionar problemas de orden público, por la concentración multitudinaria de miles de personas que acuden al Jueves Santo a las procesiones, la coincidencia con otros actos y las características del lugar solicitado".
Ha precisado que el Ayuntamiento "no va a autorizar en ningún caso ninguna burla dirigida a la fe y las convicciones de los ciudadanos, ya sean católicos o de cualquier otra confesión", ya que Madrid "es una ciudad abierta, tolerante e integradora".
"Esta convocatoria queda fuera, por tanto, del espíritu de tolerancia que caracteriza Madrid, y si la Delegación del Gobierno rehuyera su responsabilidad (...) nosotros tendríamos que considerarla desde la valoración de su nula contribución al clima de respeto y concordia que los ciudadanos de Madrid merecen y que, en general, se esfuerzan en cultivar, lo cual no llevaría a denegar el uso del espacio público con estos fines espurios", ha concluido.