Por desórdenes públicos, atentado a la autoridad y lesiones
La Fiscalía pide dos años para los musulmanes que provocaron los altercados en la «Mezquita»
Ocho turistas Intentaron orar en el templo católico el 31 de marzo del año pasado sabiendo que el culto musulmán no está autorizado.
El Ministerio Fiscal solicita dos años de cárcel para seis de los ocho turistas musulmanes implicados en los incidentes de la Mezquita-Catedral de Córdoba ocurridos el 31 de marzo del año pasado, mientras que para los otros dos solicita dos años y medio y un año y tres meses, respectivamente.
El altercado se produjo en el interior del templo cuando los acusados, que pertenecían a un grupo de unos 110 turistas austríacos, agredieron presuntamente a vigilantes de seguridad -llegando a herir a uno de ellos con una navaja- y a un agente de la Policía Nacional, que les instaron a dejar de rezar bajo el rito musulmán, ya que está prohibido.
Como consecuencia de estos hechos, la Policía detuvo a dos de los turistas que quedaron en libertad dos días más tarde tras prestar declaración ante el Juzgado de Instrucción 4 de Córdoba, que también interrogó a los otros seis imputados en el caso.
M.S.S., H.K., O.A., H.B.A., M.K. y N.M. están acusados de un delito de desordenes públicos y otro de lesiones, por el que se enfrentan a dos años de cárcel cada uno.
Además, a M.S.S. el fiscal le considera responsable de una falta de lesiones leves por las que pide una multa de seis euros diarios durante un mes y quince días.
Por su parte, Z.E., considerado el líder de la acción, se enfrenta a un año y tres meses de cárcel por un delito de desordenes públicos, así como a una multa de seis euros diarios durante veinte días por una falta de maltrato de obra.
El implicado para el que el fiscal pide mayor pena es E.G., que además de estar acusado de un delito de desordenes públicos, es autor de un delito, según el Ministerio Público, de atentado a la autoridad, por lo que se enfrenta a una pena total de 2 años y seis meses de prisión.
El Ministerio Fiscal relata en su escrito de acusación, al que ha tenido acceso Efe, que sobre las 17.45 horas del 31 de marzo del año pasado, los acusados, junto a un grupo de unas 110 personas que estaban interconectados por medio de walki-talkies, accedieron a la Mezquita-Catedral liderados por Z.E. y empezaron a rezar bajo el rito musulmán a sabiendas de la prohibición que les impedía realizarlo.
Un vigilante del templo se acercó a ellos y les indico que el rezo musulmán no estaba permitido en la Mezquita-Catedral, a lo que los turistas respondieron que esperara unos minutos a que terminara el rezo.
Ante la insistencia del vigilante, el líder Z.E. se levantó y le propinó un puñetazo en la cara, según el fiscal, mientras que el resto de los implicados, excepto E.G., sujetó al vigilante para que el presunto agresor pudiera huir.
Sin embargo, el vigilante pudo zafarse de sus agresores y retener a Z.E. en el interior del monumento, aunque M.S.S. se abalanzó sobre él y "esgrimiendo una navaja de unos diez centímetros de hoja, le lanzó una cuchillada hacia el pecho", que el vigilante pudo esquivar, aunque le ocasionó un corte en la mano izquierda.
El resto de vigilantes consiguieron dispersar a la mayor parte del grupo, aunque los cabecillas permanecieron dentro protegiendo al líder, Z.E, que se encontraba retenido por el primero de los vigilantes.
Los acusados intentaron acercarse a él, por lo que otro vigilante acudió en su auxilio y en su afán de "defenderlo de todos ellos y evitar así que Z.E. fuera liberado", resultó lesionado en la mano al tratar de repeler la agresión.
Los vigilantes avisaron a la Policía Nacional, que acudió al lugar para restablecer el orden e identificar a los turistas musulmanes.
Uno de ellos, E.G., que llevaba muletas debido a una lesión anterior, agredió a unos de los agentes cuando éste le pidió que dejara de hablar por teléfono, según el relato del fiscal.