«Munilla supone una regeneración moral de la sociedad vasca», dice la presidenta del Parlamento

«Nos hacía falta Iceta y Munilla. Fíjate si diré yo que el cambio en Euskadi era importante y ha despertado una gran ilusión; pues ésa es la misma ilusión que tuve el día que nombraron a Munilla obispo de San Sebastián, porque supone una regeneración moral de la sociedad vasca».

Así de claro habla Arantza Quiroga, presidenta del Parlamento vasco, en una entrevista concedida a José Antonio Fúster en el semanario Alba.

Quiroga, casada y madre de cuatro hijos, está en política desde los 19 años como concejala hasta 1998 y, después, diputada del parlamento vasco. Siempre ha testimoniado su catolicismo. 

ETA y la Iglesia
Señala que la Iglesia en el País Vasco debe retomar una claridad que durante muchos años no ha habido sobre asuntos fundamentales: «cuando ETA asesina, la Iglesia debe decir que eso es un asesinato y que es pecado mortal. Punto. Y luego hablará de perdón,
porque la Iglesia debe hablar de perdón;
pero antes debe decir las cosas claras e indicar
el norte a mucha gente desnortada».

Testimonio católico
«Si yo me declaro católica - dice la política vasca- me pongo en el disparadero y desde ese momento tengo la obligación de dar un testimonio de católica en el Parlamento y en la vida en general».

Una Iglesia débil
«Ésta tierra es cuna de santos y misioneros. Pero se ha impuesto una laicidad brutal, un querer dar la espalda a la realidad y borrar nuestro pasado religioso como si fuera algo negativo. Y eso se ha hecho desde las instituciones... Y también ha ayudado una Iglesia muy débil».

El por qué del alejamiento de la Iglesia
Quiroga considera que «aquí (País Vasco) hemos usado tantas palabras distintas para no llamar a las cosas por su nombre que la gente se ha dicho que si la Iglesia no me va a aportar nada porque dice que vale lo mismo carne que pescado, pues para eso ya voy yo a mi rollo y tengo una relación, la mía, con Dios».

Dios en el Parlamento vasco
«Encomendarme a Dios me da paz y serenidad, como cuando voy a entrar a un pleno complicado. No quiere decir que me ponga estupenda, sino que soy consciente de que soy un instrumento, de que soy lo que soy, y entonces lo hago lo mejor que puedo».

No sentir el miedo
La joven política subraya que «trato de no sentir miedo. Mi fe, el decir “Señor, lo queTú quieras”, me ayuda».

Por último, considera que «cuando tienes una cosa que se llama ETA, eso te obliga a tener los deberes hechos todo el tiempo. Intento tenerlo todo en orden y trato de ser consciente de eso..., pero por fortuna no soy consciente del todo porque entonces viviría en estado de shock y no querría salir de casa».