Entregadas ayer a la embajada de Pakistán en Madrid
Hazteoir y La Razón reúnen más de sesenta mil firmas exigiendo a Pakistán la liberación de Asia Bibi
Decenas de personas se concentraron a las puertas de la Embajada para exigir que se absuelva y libere a la cristiana, condenada en un juicio sin pruebas.
La ONG Hazteoír entregó ayer a la Embajada de Pakistán en Madrid las más de 60.000 firmas que se han recogido en toda España en favor del indulto a Asia Bibi, la cristiana paquistaní condenada a muerte bajo la acusación de haber blasfemado contra Mahoma. El diario LA RAZÓN también ha participado en esta campaña reuniendo firmas a través de su página web.
El documento entregado a la embajada contiene también mensajes de aliento para Bibi y condenas contra la falta de libertad religiosa y la polémica Ley de Blasfemias en Pakistán. La mayoría de las firmas fueron recogidas a través de internet, donde la historia de esta campesina católica, madre de cuatro hijos, ha tenido una gran difusión entre los cibernautas de todo el mundo, que se han movilizado a través de las redes sociales y foros para evitar su ejecución.
También la apoyaron las decenas de personas que se concentraron ayer a las puertas de la Embajada de Pakistán en España para exigir al Gobierno del presidente Asif Ali Zardari que se absuelva y libere a la cristiana, condenada en un juicio sin pruebas. Aunque el presidente paquistaní ya había prometido el indulto a Asia Bibi, un recurso judicial interpuesto por el Tribunal Superior de Justicia de Lahore ha dejado en suspenso la decisión presidencial, que, según los jueces paquistaníes, no tiene validez legal. Además, la presión ejercida por la población islamista del país, totalmente movilizada en contra del perdón a la cristiana, podría complicar su salvación.
El presidente de la plataforma Hazteoír, Ignacio Arsuaga, advirtió durante la concentración de ayer de que la vida de Asia Bibi corre serio peligro mientras permanezca en las cárceles paquistaníes, donde «es frecuente que mueran cristianos», explicó. «El delito de blasfemia no debería existir y menos la pena de muerte en un país democrático como Pakistán», afirmó Arsuaga durante la concentración.