Nada hay oculto: lo que digáis de noche se repetirá a pleno día

Evangelio según san Lucas (12,1-7)


En aquel tiempo, miles y miles de personas se agolpaban hasta pisarse unos a otros.

Jesús empezó a hablar, dirigiéndose primero a sus discípulos: 

«Cuidado con la levadura de los fariseos, o sea, con su hipocresía. Nada hay cubierto que no llegue a descubrirse, nada hay escondido que no llegue a saberse. Por eso, lo que digáis de noche se repetirá a pleno día, y lo que digáis al oído en el sótano se pregonará desde la azotea.

A vosotros os digo, amigos míos: no tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden hacer más. Os voy a decir a quién tenéis que temer: temed al que tiene poder para matar y después echar al infierno. A éste tenéis que temer, os lo digo yo.

¿No se venden cinco gorriones por dos cuartos? Pues ni de uno solo se olvida Dios. Hasta los pelos de vuestra cabeza están contados.

Por lo tanto, no tengáis miedo: no hay comparación entre vosotros y los gorriones.»


Señor Jesús, gracias por tus palabras de ánimo, cuando conoces nuestros muchos temores.

Con claridad dices a tus amigos a quienes hemos de temer y a quienes no.  Ni a los que quieran quitarnos la vida terrena hemos de temer.  

Tu llevas el control de nuestros días y cuanto suceda, permitido por tí, será para nuestro bien eterno.

¡Fuera miedo, si confiamos en ti, Dueño nuestro!