San Juan 16, 511
Si no me voy, no vendrá a vosotros el Defensor
Evangelio según san Juan 16, 511
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- «Ahora me voy al que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta: "¿Adónde vas?" Sino que, por haberos dicho esto, la tristeza os ha llenado el corazón. Sin embargo, lo que os digo es la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Defensor. En cambio, si me voy, os lo enviaré.
Y cuando venga, dejará convicto al mundo con la prueba de un pecado, de una justicia, de una condena. De un pecado, porque no creen en mí; de una justicia, porque me voy al Padre, y no me veréis; de una condena, porque el Príncipe de este mundo está condenado.»
Señor Jesús, sabes muy bien lo que nos conviene, aunque a nosotros tus planes nos entristecen a veces. Queremos seguir confiando en ti, pues todo lo haces bien. Enséñanos y ayúdanos a saber retirarnos para dejarte lugar a ti y a otros en tu obra. Ayúdanos para no creernos imprescindibles y para saber acoger al Defensor, al Don que nos envías de lo Alto.
Santa María, consuelo de los tristes, ruega por nosotros.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- «Ahora me voy al que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta: "¿Adónde vas?" Sino que, por haberos dicho esto, la tristeza os ha llenado el corazón. Sin embargo, lo que os digo es la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Defensor. En cambio, si me voy, os lo enviaré.
Y cuando venga, dejará convicto al mundo con la prueba de un pecado, de una justicia, de una condena. De un pecado, porque no creen en mí; de una justicia, porque me voy al Padre, y no me veréis; de una condena, porque el Príncipe de este mundo está condenado.»
Señor Jesús, sabes muy bien lo que nos conviene, aunque a nosotros tus planes nos entristecen a veces. Queremos seguir confiando en ti, pues todo lo haces bien. Enséñanos y ayúdanos a saber retirarnos para dejarte lugar a ti y a otros en tu obra. Ayúdanos para no creernos imprescindibles y para saber acoger al Defensor, al Don que nos envías de lo Alto.
Santa María, consuelo de los tristes, ruega por nosotros.
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