El North American College, en Roma
Un seminario a tope: 250 seminaristas y estudiantes de 100 diócesis estadounidenses
Esta casa pretende ser un auténtico hogar lejos del hogar para cientos de seminaristas americanos que estudian en Roma. Es el North American College y está a muy poca distancia del Vaticano.
“Todas las habitaciones de la casa están ocupadas. Tenemos 250 seminaristas y estudiantes viviendo aquí”, dice su rector, monseñor James F. Checchio.
Proceden de unas 100 diócesis de Estados Unidos. Algunos descubrieron su vocación muy pronto. Otros trabajaron en empleos normales antes de hacerse seminaristas y venir a Roma.
Según el rector, “algunos eran médicos, otros arquitectos, otros trabajaban en la industria del entretenimiento”.
Monseñor James Checchio también pasó aquí sus años de estudiante. Ahora es la principal autoridad de la residencia. Entre sus predecesores hay muchos protagonistas de la Iglesia americana, como el cardenal Edwin O´Brien, actual Gran Maestre de la Orden del Santo Sepulcro, o el cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York y presidente de los obispos americanos. Una de las voces más altas contra la polémica ley de Obama, que obliga a instituciones de la Iglesia a pagar seguros que cubren fármacos abortivos.
“También la Iglesia quiere que todos tengan acceso a cobertura sanitaria. Lo hemos promovido desde hace tiempo, mucho antes de que el gobierno se preocupara de estos temas”, señala Checchio
El North American College se fundó en 1859, en tiempos de Pío IX. Él cedió este terreno a los obispos americanos para que sus seminaristas pudieran estudiar en el corazón del catolicismo, cerca del Papa, los santos y los mártires. Lo hizo para ayudarles a tener una visión universal de la Iglesia que transmitir cuando regresen a casa.
“Hoy en día no es nada fácil responder a la llamada. Por eso, en cierta forma hace a los hombres más sensibles a las necesidades de la gente”, continúa.
Como residencia para seminaristas, sacerdotes o incluso para dar formación permanente, el objetivo de este lugar no cambia: mejorar la calidad de sacerdotes y seminaristas para que a su regreso puedan ayudar a fortalecer la fe en Estados Unidos.