¿Sólo en los Estados Unidos?
La mayoría de los católicos que asisten semanalmente a Misa apoyan el «matrimonio» gay
Una encuesta encontró que los católicos sobrepasan a otros cristianos, e inclusive al público en general en su apoyo a las uniones homosexuales.
El apoyo al “matrimonio” del mismo sexo y a las uniones civiles es alto entre la población católica, aún considerando a la mayoría de católicos que asisten semanalmente a Misa, según un sondeo dado a conocer este mes.
La encuesta realizada por el Public Religion Research Institute (PRRI) [Instituto Público de Investigación sobre la Religión] encontró que los católicos sobrepasan a otros cristianos, e inclusive al público en general en su apoyo a las uniones homosexuales, tanto al “matrimonio” de personas del mismo sexo como a otras uniones similares al matrimonio y que son reconocidas por el Estado.
Los resultados entre los católicos se dividieron entre los que asisten semanalmente o más a Misa (38 por ciento de los católicos), una o dos veces al mes (20 por ciento), o con menor frecuencia (41 por ciento). El apoyo al “matrimonio” de personas del mismo sexo fue mucho más elevado entre el último grupo, con el 59 por ciento del apoyo, y sólo el 16 por ciento contra todos los tipos de uniones homosexuales.
Pero inclusive entre los que asisten semanalmente o más a Misa, sólo el 31 por ciento estuvo en contra del reconocimiento legal de las uniones homosexuales, el 26 por ciento a favor del “matrimonio” de personas del mismo sexo y el 38 por ciento a favor de las uniones civiles.
La encuesta PRRI fue financiada principalmente por la Fundación Arcus, que fue fundada por Jon Stryker, el multimillonario a favor de los derechos de los gays.
Aunque un experto citado por la Catholic News Agency [Agencia Católica de Noticias] cuestionó la falla del estudio al citar un margen de error, dijo que los resultados fueron en general “muy coherentes” con otros datos disponibles públicamente sobre el tema.
“Con el tiempo ha habido un creciente porcentaje de personas que están de acuerdo en concreto con las preguntas sobre las uniones civiles y el matrimonio, algo que hemos visto en las encuestas. Mucho de esto lo vemos en términos de las diferencias generacionales”, dijo Mark M. Gray, Ph.D., director de CARA Catholic Polls [Encuestas Católicas CARA] e investigador asociado del Centro para la Investigación Aplicada en el Apostolado de la Universidad de Georgetown.
Algunos han reconocido que los datos son una sombría llamada de atención para los pastores católicos que han guardado silencio en lugar de abordar el problema cada vez más controvertida de la moral sexual.
Monseñor Charles Pope, de la arquidiócesis de Washington, señaló en un blog post el miércoles que “con la combinación de una cultura turbulenta y un púlpito tranquilo y el aula, no es de extrañar que las recientes estadísticas muestren que un número creciente de católicos no tienen la fe católica cuando se trata de cuestiones morales, especialmente las sexuales”.
Si bien la cultura moderna “vocifera promiscuidad y toma como normales tanto las expresiones heterosexuales como las homosexuales de la misma”, dijo Pope, el clero y los catequistas en tanto no proporcionan fuertes argumentos en contra y mantienen “bastante silenciosos y vaguedad al respecto”.
“Pienso que en la Iglesia tenemos que aceptar que se ha producido un cambio generacional, tanto en la Iglesia y en la cultura. Y ha sucedido en nuestro reloj”, escribió.
El sacerdote reflexionó que la Iglesia en Estados Unidos guardó silencio desde hace mucho tiempo sobre la ruptura de la familia, especialmente comenzando con la implementación del divorcio sin culpa a finales de 1960, abandonando a los líderes “en la lucha para enseñar a los fieles de nuevo los fundamentos del matrimonio”.
“Sí, hemos vuelto tarde a la batalla”, escribió Pope. “Pero debemos empezar”.
Escribió que “mientras lo hacemos, nos aplicarán toda clase de nombres a través de una cultura que ahora encuentra que el Evangelio y su visión moral son desagradables, incluso odiosos. Será nuestra tarea proponer de nuevo el Evangelio en formas creativas y reflexivas, y presentar por qué tiene sentido y que no es para nada odioso”.
La encuesta realizada por el Public Religion Research Institute (PRRI) [Instituto Público de Investigación sobre la Religión] encontró que los católicos sobrepasan a otros cristianos, e inclusive al público en general en su apoyo a las uniones homosexuales, tanto al “matrimonio” de personas del mismo sexo como a otras uniones similares al matrimonio y que son reconocidas por el Estado.
Los resultados entre los católicos se dividieron entre los que asisten semanalmente o más a Misa (38 por ciento de los católicos), una o dos veces al mes (20 por ciento), o con menor frecuencia (41 por ciento). El apoyo al “matrimonio” de personas del mismo sexo fue mucho más elevado entre el último grupo, con el 59 por ciento del apoyo, y sólo el 16 por ciento contra todos los tipos de uniones homosexuales.
Pero inclusive entre los que asisten semanalmente o más a Misa, sólo el 31 por ciento estuvo en contra del reconocimiento legal de las uniones homosexuales, el 26 por ciento a favor del “matrimonio” de personas del mismo sexo y el 38 por ciento a favor de las uniones civiles.
La encuesta PRRI fue financiada principalmente por la Fundación Arcus, que fue fundada por Jon Stryker, el multimillonario a favor de los derechos de los gays.
Aunque un experto citado por la Catholic News Agency [Agencia Católica de Noticias] cuestionó la falla del estudio al citar un margen de error, dijo que los resultados fueron en general “muy coherentes” con otros datos disponibles públicamente sobre el tema.
“Con el tiempo ha habido un creciente porcentaje de personas que están de acuerdo en concreto con las preguntas sobre las uniones civiles y el matrimonio, algo que hemos visto en las encuestas. Mucho de esto lo vemos en términos de las diferencias generacionales”, dijo Mark M. Gray, Ph.D., director de CARA Catholic Polls [Encuestas Católicas CARA] e investigador asociado del Centro para la Investigación Aplicada en el Apostolado de la Universidad de Georgetown.
Algunos han reconocido que los datos son una sombría llamada de atención para los pastores católicos que han guardado silencio en lugar de abordar el problema cada vez más controvertida de la moral sexual.
Monseñor Charles Pope, de la arquidiócesis de Washington, señaló en un blog post el miércoles que “con la combinación de una cultura turbulenta y un púlpito tranquilo y el aula, no es de extrañar que las recientes estadísticas muestren que un número creciente de católicos no tienen la fe católica cuando se trata de cuestiones morales, especialmente las sexuales”.
Si bien la cultura moderna “vocifera promiscuidad y toma como normales tanto las expresiones heterosexuales como las homosexuales de la misma”, dijo Pope, el clero y los catequistas en tanto no proporcionan fuertes argumentos en contra y mantienen “bastante silenciosos y vaguedad al respecto”.
“Pienso que en la Iglesia tenemos que aceptar que se ha producido un cambio generacional, tanto en la Iglesia y en la cultura. Y ha sucedido en nuestro reloj”, escribió.
El sacerdote reflexionó que la Iglesia en Estados Unidos guardó silencio desde hace mucho tiempo sobre la ruptura de la familia, especialmente comenzando con la implementación del divorcio sin culpa a finales de 1960, abandonando a los líderes “en la lucha para enseñar a los fieles de nuevo los fundamentos del matrimonio”.
“Sí, hemos vuelto tarde a la batalla”, escribió Pope. “Pero debemos empezar”.
Escribió que “mientras lo hacemos, nos aplicarán toda clase de nombres a través de una cultura que ahora encuentra que el Evangelio y su visión moral son desagradables, incluso odiosos. Será nuestra tarea proponer de nuevo el Evangelio en formas creativas y reflexivas, y presentar por qué tiene sentido y que no es para nada odioso”.
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