Fobia a la cruz en el Occidente cristiano
Otro «caso Valle de los Caídos», pero ahora en Estados Unidos y de la mano de tres jueces
Así como en Europa la «agenda progresista» la aplican los gobiernos, en Norteamérica llega en parte desde los tribunales.
Hay algunas similitudes entre el Mount Soledad Memorial de San Diego (California) y el Valle de los Caídos. La principal, la cruz de grandes dimensiones que corona ambos monumentos (mucho mayor la española, pues la otra, de nueve metros). También la vista espectacular que se divisa desde su cima, en 360 grados en el caso de la colina donde se alza la norteamericana, casi divisándose la frontera con México. O el hecho de que se erigieran para honrar a los soldados, en el caso español los de la Guerra Civil, en el estadounidense los de la Guerra de Corea.
El Memorial Monte Soledad está situado en un parque público a las afueras de San Diego, en el barrio de La Jolla, en una ubicación privilegiada que ha servido de guía de navegación para barcos y aviones desde siempre, y que durante la Segunda Guerra Mundial fue utilizada como parte del sistema de alerta temprana ante la eventualidad de un ataque japonés.
El 29 de abril de 1954 fue dedicada la Cruz en homenaje a los muertos en Corea, hay allí inscripciones con los nombres de los veteranos muertos, y se celebran actos en su honor en el día consagrado a ellos por las patrióticas costumbres del país. Precisamente por su condición de monumento a los caídos y para salvaguardar la cruz de anteriores decisiones judiciales, el Memorial del Monte Soledad fue transferido al gobierno federal en 2006.
Porque en este caso la amenaza viene de la judicatura, como muchas otras transformaciones legales en aquel país que chocan con el sentir mayoritario de los norteamericanos, tendente al conservadurismo y amante de las tradiciones.
El caso es que el pasado 4 de julio, y por unanimidad de los tres jueces, un tribunal ha sentenciado que la cruz del monumento es anticonstitucional, en cuanto supone «un respaldo estatal a una religión». Los jueces proponen que se hagan modificaciones en el monumento para asegurar su constitucionalidad, aunque no especifican cuáles.
La conservadora Alliance Defense Fund ha lamentado la resolución, por boca de uno de sus dirigentes, Joe Infranco: «Es trágico que el tribunal opte por una interpretación forzada de la Primera Enmienda contra una idea de sentido común, como es que a las familias de los caídos se les permita honrarlas como deseen». En efecto, nunca habían planteado problemas los homenajes allí celebrados, civiles y militares, hasta que en 1989 presentó una protesta un ateo veterano de Vietnam, a la que luego se unió un grupo de veteranos judíos.
También Jimmie L. Foster, comandante nacional de la Legión Americana, la principal asociación de veteranos, ha lamentado la sentencia: «La santidad de esta cruz tiene que ver con el derecho de honrar a los veteranos de nuestra nación en una forma que apoya la abrumadora mayoría», señaló, ante la excentricidad de uno de los argumentos del tribunal apuntando al supuesto carácter antisemita de los habitantes de La Jolla. La Legión Americana apelará a la intervención del fiscal general Eric Holder, designado por Barack Obama al inaugurar su mandato en la Casa Blanca.
El Memorial Monte Soledad está situado en un parque público a las afueras de San Diego, en el barrio de La Jolla, en una ubicación privilegiada que ha servido de guía de navegación para barcos y aviones desde siempre, y que durante la Segunda Guerra Mundial fue utilizada como parte del sistema de alerta temprana ante la eventualidad de un ataque japonés.
El 29 de abril de 1954 fue dedicada la Cruz en homenaje a los muertos en Corea, hay allí inscripciones con los nombres de los veteranos muertos, y se celebran actos en su honor en el día consagrado a ellos por las patrióticas costumbres del país. Precisamente por su condición de monumento a los caídos y para salvaguardar la cruz de anteriores decisiones judiciales, el Memorial del Monte Soledad fue transferido al gobierno federal en 2006.
Porque en este caso la amenaza viene de la judicatura, como muchas otras transformaciones legales en aquel país que chocan con el sentir mayoritario de los norteamericanos, tendente al conservadurismo y amante de las tradiciones.
El caso es que el pasado 4 de julio, y por unanimidad de los tres jueces, un tribunal ha sentenciado que la cruz del monumento es anticonstitucional, en cuanto supone «un respaldo estatal a una religión». Los jueces proponen que se hagan modificaciones en el monumento para asegurar su constitucionalidad, aunque no especifican cuáles.
La conservadora Alliance Defense Fund ha lamentado la resolución, por boca de uno de sus dirigentes, Joe Infranco: «Es trágico que el tribunal opte por una interpretación forzada de la Primera Enmienda contra una idea de sentido común, como es que a las familias de los caídos se les permita honrarlas como deseen». En efecto, nunca habían planteado problemas los homenajes allí celebrados, civiles y militares, hasta que en 1989 presentó una protesta un ateo veterano de Vietnam, a la que luego se unió un grupo de veteranos judíos.
También Jimmie L. Foster, comandante nacional de la Legión Americana, la principal asociación de veteranos, ha lamentado la sentencia: «La santidad de esta cruz tiene que ver con el derecho de honrar a los veteranos de nuestra nación en una forma que apoya la abrumadora mayoría», señaló, ante la excentricidad de uno de los argumentos del tribunal apuntando al supuesto carácter antisemita de los habitantes de La Jolla. La Legión Americana apelará a la intervención del fiscal general Eric Holder, designado por Barack Obama al inaugurar su mandato en la Casa Blanca.
Comentarios