Javier María Tello Bellosillo, director general del CEU, comenta el Pacto Global Educativo del Papa
«No hay que esperar a un ambiente idílico para empezar a cambiar el mundo con la educación ya»
Javier María Tello Bellosillo es el director general de la Fundación San Pablo CEU, es decir, el primer ejecutivo de un grupo educativo con 35.000 alumnos en España, en todas las etapas educativas, con niños, adolescentes y jóvenes universitarios. Hablamos con él del mensaje del Papa Francisco para el Pacto Global por la Educación que se difundió este mes y de los retos para un servicio cristiano a través de la educación en tiempos de coronavirus y de otras precariedades y pobrezas.
- El Papa, en su mensaje, pide conectar muchas cosas -familia, escuela, ética, ecología- pero me pregunto si no nos encuentra tentados de aislarnos, con los confinamientos del coronavirus...
- Sí, el confinamiento nos ha producido, como sociedad, una especie de recelo hacia lo social, ha alimentado nuestro individualismo. Estamos desconectando unos de otros. Pero quizá ya antes no estábamos suficientemente conectados.
» El Papa en el mensaje nos pide no sólo conectar, sino establecer una especie de relación de intimidad con el prójimo y con la naturaleza. Eso quizá es un eco de Francisco de Asís. Pero partíamos de unas relaciones que en realidad buscaban dominio. Eso genera una inercia dañina, en lo humano, en lo ecológico... Este tipo de inercia es lo que podemos intentar transformar con la educación, porque la educación puede transformar sociedades y debe hacerlo.
- El Papa en su mensaje habla de la familia como el "primer e indispensable educador". Pero los padres estamos muy enfrascados en nuestro trabajo, nuestros hijos estudian cosas muy complicadas con las que no sabemos ayudarles, tenemos la tentación de meterlos en el colegio como una cinta transportadora...
- La Iglesia en el Concilio Vaticano II hablaba de la familia como una "iglesia doméstica". En realidad, la forma en que una familia educa es, simplemente, dando ejemplo en casa, con la ejemplaridad familiar, con el trato entre padres, hijos y parientes. La familia te enseña que no dejamos a nadie atrás, no abandonamos a los nuestros. Enseña generosidad y nobleza.
» Después, al abordar lo académico, es importante que la familia y la escuela se coordinen y compartan valores. En todo el mundo hoy se ponen muchas limitaciones a que los padres puedan elegir el tipo de educación escolar, y también moral, de virtudes, que desean para sus hijos. La educación de los hijos es un derecho inalienable de los padres. Luego, que deleguen en los centros educativos que han escogido para lo académico, es algo natural, que no menoscaba su responsabilidad educadora.
- El Papa dice "no debemos esperar todo de aquellos que nos gobiernan, sería infantil". Pide ser capaces ya de "iniciar y generar nuevos procesos y nuevas transformaciones". Pero ¿cuánto se puede hacer con malos gobernantes? Yo conocí una misionera, maestra, que dejó un país africano muy desanimada por la corrupción que impregnaba el país, que veía en el Gobierno y hasta en el día a día de su escuela católica, que afectaba incluso a los alumnos...
- Entiendo que el Papa no quiere que esperemos sin actuar hasta que surja un contexto idílico e ideal con los políticos. Ese contexto ideal no llegará nunca. Cada país tiene sus problemas: en España hay dificultades para la libertad educativa, en otros países habrá mucha corrupción... pero nada nos exime del deber de intentar cambiar el mundo con la educación. Especialmente con la educación católica, que habla de la Verdad en mayúsculas, y educar a los alumnos sobre esa Verdad ayuda a vencer la corrupción, la falta de libertades...
»Si un católico está considerando acometer un proyecto educador y evangelizador, que fomente la Verdad, la honradez, la integridad, la virtud, no debe dejar de intentarlo sólo porque el contexto sea difícil.
- El Papa habla de "acoger, abriéndonos a los más vulnerables y marginados". ¿Cómo se vive esto en los centros del CEU?
- Es algo irrenunciable para una institución de valores cristianos y está en los principios fundacionales de nuestra Asociación Católica de Propagandistas, que establecen que ningún alumno con interés y capacidades dejará de estudiar con nosotros por falta de recursos económicos.
» Aplicamos un sistema de becas de 12 millones de euros, el más grande de España, que ha llegado a miles y miles de familias. A veces son ayudas completas, otras veces son parciales y transitorias. Por ejemplo, tenemos una familia angoleña acogida por Cruz Roja, a la que becamos al cien por cien a sus dos hijos hasta que finalicen el colegio. Cuando se comentó este caso en el patronato, los patronos dijeron: "es que esa es nuestra misión".
- El fundador de la Asociación Católica de Propagandistas, Ángel Herrera Oria, tenía un impulso, digamos, "en salida", como cuando puso en marcha todo un sistema de escuelitas rurales en zonas muy pobres de las montañas de Málaga. Pero el CEU no tiene, por ejemplo, escuelas en países de misión.
- No, pero sí colaboramos con diversos proyectos de terceros que sí están allí, que patrocinamos. En el trabajo con los vulnerables, como pide el Papa, es muy importante la cercanía. Los voluntariados "a larga distancia" no son tan transformadores y fructíferos como trabajar con el cercano, sobre el terreno. Por eso nuestra pastoral ya hace un voluntariado de proximidad, con la gente necesitada de Madrid, por ejemplo. También empezamos a tantear proyectos de Formación Profesional en algunos de lugares donde podrían hacer bien.
- El Papa habla mucho de transformación...
- Él pide también una transformación interior del alumno. El Papa usa frases dulces pero elocuentes. Por ejemplo, habla de generar y mostrar "nuevos horizontes", posiblemente porque ve que estamos en un entorno de desánimo.
» El Papa habla también de crear comunidad, y del valor de la trascendencia, que da sentido a la educación con los valores del evangelio. Con todo eso se puede construir la nueva cultura.
» El Papa habla de abrirse a los vulnerables, pero también en nuestras aulas, en España, vemos niños y jóvenes muy vulnerables en lo familiar, lo psicológico y anímico... De hecho, ser alumno, por definición, siempre implica un cierto grado de vulnerabilidad. La educación debe darles la fuerza y coherencia que les permita cambiar el mundo.
- A veces el Papa parece pedir utopías...
- Leyendo su mensaje me recordaba documentos de los años 60 y 70, cuando mucha gente tenía la convicción de que se podía transformar de verdad el mundo a través de la educación. Creo que el Papa Francisco quiere que volvamos a creerlo, porque se puede hacer, aunque ese poder transformador sea un camino largo y difícil. Eso es lo que me ha conmovido más de este mensaje papal.
En este vídeo, la retransmisión de los diferentes ponentes que participaron en el evento online del Pacto Mundial sobre la Educación