La segunda temporada consolida esta teleserie bíblica financiada por 125.000 mini-donantes
The Chosen -gratis, en una app- hace historia recaudando 12 millones de dólares... Jesús en tu móvil
The Chosen (Los Elegidos) es una serie-web sobre Jesucristo y sus apóstoles, que pretende llegar a tener siete temporadas y ya se ha convertido en un fenómeno en la historia de la comunicación.
Para empezar, es el proyecto televisivo o mediático que ha logrado recaudar más dinero mediante crowfunding, es decir, pequeños donativos voluntarios por parte de multitudes. Según señala Christianity Today, su primera temporada recaudó 10 millones de dólares, y la segunda temporada logró que 125.000 personas aportaran pequeños donativos voluntarios por valor de hasta 12 millones de dólares.
Es un récord absoluto para una serie que se ofrece gratis en una app y en redes y que se alimenta de esos donativos. Ningún otro proyecto lo ha conseguido en nuestro mundo, un mundo cada vez más dominado por el streaming online de pago por suscripción.
El resultado es que con 2 temporadas ya accesibles en su app, cuenta con 194 millones de visionados. En la premiere de la segunda temporada (hace unos meses, el domingo de Pascua) se conectaron 750.000 personas. Y ahora podrá accederse a ella también en la plataforma Peacok de la NBC. Hay una versión en español latino "común" y también versiones subtituladas.
El director, Dallas Jenkins, es cristiano evangélico, productor y co-guionista. Hay asesores religiosos protestantes y católicos para intentar que sea un producto adecuado a ambas sensibilidades.
Gran protagonista, buen guion, personajes creíbles
Los puntos fuertes de la serie son: el buen trabajo del actor católico Jonathan Roumie como un Jesús cercano y creíble; el guion inteligente que muestra la vida de los apóstoles, su día a día, y como van cambiando (algo que en una película no da tiempo de detallar, pero sí en una serie que quiere tener 7 temporadas) y la fidelidad al texto bíblico, añadiendo solo elementos creativos en aquello que no comenta la Biblia.
Luke Burgis comenta en Christianity Today que el gran éxito del guion radica en que los apóstoles y amigos de Jesús empiezan atrapados por deseos pequeños, cotidianos, como un hámster en su rueda que gira. Pero al conocer a Jesús, al tratarlo, empiezan a cambiar, empiezan a desear algo más, y llegará el momento en que desearán lo que Jesús desee, es decir, el Reino de Dios y la salvación para cada alma.
Un primer ejemplo se ve en en capítulo 1 de la primera temporada. María Magdalena está poseída por demonios la mayor parte del tiempo; en los ratos que es ella misma, sólo aspira a beber y olvidar. Pero Jesús la liberará y transformará: aprenderá a ser generosa, amar, servir a los demás, estudiar las Escrituras. "Yo era de una forma y ahora soy completamente distinta, y lo que pasó en medio fue Él", dirá.
Dos sacerdotes franciscanos comentan escenas de The Chosen (en inglés, subtítulos en español)
Faltan bastantes capítulos para la Pasión, pero ya los espectadores entienden que las semillas de transformación que Jesús planta, darán sus frutos máximos en su momento, en la Resurrección y después, en la plenitud del Espíritu Santo.
Lo sobrenatural en lo cotidiano... pero hay que mostrar lo cotidiano
Otra fuerza del guion es que la vida cotidiana es cotidiana de verdad y creíble, y por eso cuando sucede algo sobrenatural es inesperado e impactante y en un contexto muy concreto. Por ejemplo, cuando Jesús convierte el agua en vino en las bodas de Caná, salva a la familia anfitriona -de la novia, humilde- de quedar mal ante la familia del novio, mucho más rica. Y Mateo, el publicano, se nos presenta como alguien con algún nivel de autismo o narcisismo, rechazado por eso por el pueblo, lo cual le llevó a elegir una profesión despreciada e impura.
José M. García Pelegrín, en Aceprensa, detallaba que "el guion muestra especial maestría en la fusión de pasajes evangélicos literales con añadidos de ficción. Con todo, ha de rellenar ciertas “lagunas” en relación con el carácter de algunos personajes conocidos –bien conseguido en el caso de Simón Pedro, de Nicodemo o de María Magdalena; menos logrado en el de Mateo y especialmente en el de la Virgen María–. O incluso dar vida a personajes de los que apenas se habla en los Evangelios, como es el caso de Salomé y Zebedeo, los padres de Juan y Santiago; y principalmente de la mujer de Pedro, a quien se da el significativo nombre de Edén y que es una de las figuras más interesantes de esta primera temporada".
Chris DeVille, escribiendo en la sección de Cultura de The Atlantic, proclama: "aceptadlo de un crítico cristiano con aversión al entretenimiento cristiano, este espectáculo es bueno".
DeVille alaba, como otros, al actor Jonathan Roumie, que muestra a Jesús "como alguien con quien querrías irte por ahí, que proyecta una divinidad grave con acentos de calor amigable. Bromea y baila en las fiestas". Es alguien con quien te puedes relacionar, no alguien al que no te puedes aproximar. Roumie, por su parte, ya declaró (aquí lo recogía ReL) lo difícil que resulta interpretar a Jesucristo.
Parece que al público cristiano le han gustado estas dos temporadas y va a seguir financiando las siguientes. Los guionistas y actores han encontrado sus voces y tramas y el producto va a mantener el nivel o mejorarlo.
Su mayor limitación: no les interesa a los alejados
¿Cuál es el principal límite de The Chosen? Como señala DeVille, no ha conseguido salir de los círculos cristianos. Puede que en alguna parroquia usen fragmentos en encuentros de evangelización, o que algún cristiano use algún capítulo para suscitar diálogos con gente que no lo es, pero en general no llega al gran público. Para eso, cree DeVille, se necesitan superestrellas, como Mel Gibson o Charlton Heston en su momento. De hecho, pese a ser un milagro de crowfunding y de las series en app, en las revistas y webs del sector se la oculta como si no existiera.
Pero, por otra parte, está abriendo un camino, está demostrando que muchas pequeñas donaciones pueden abrir nuevos espacios de entretenimiento. En España se ha hecho con documentales religiosos y recientemente muchos apoyan la película de tema familiar de Infinito+1, de Juan Manuel Cotelo. Cada vez más, la participación de muchos, con generosidad, permitirá una creatividad que los grandes estudios no estaban dispuestos a apoyar.