El cantautor Hervé presenta su propio «Cantar de los Cantares» para celebrar el amor y el matrimonio
En momentos en los que el matrimonio parece amenazado de muerte, y recibimos sobredosis de propaganda en la que la pasión se reestrena casi siempre en forma de infidelidad, la música puede rescatar belleza.
Hervé Alústiza, cantautor, celebra sus diez años de casado con melodías que recorren los gozos y las dificultades para que el matrimonio crezca en felicidad día a día. ¿Un cantar de los cantares para el siglo XXI?
- ¿Por qué has sacado este disco?
- Para celebrar el décimo aniversario casado con mi musa.
- ¿Qué significan los números del título, 3653 amaneceres?
- 3.653 amaNeceres juntos: además de ser poético y numérico, suponen 10 años y un día unidos…
- ¿Entonces, la musa es real?
- ¡Sí, claro! La mejor fuente de inspiración para hacer música es mi mujer. La tengo al lado a diario y cada noche me provoca a componer nuevos versos, nuevas canciones.
- ¿Cuál es vuestra historia?
- Una historia de Amor verdadero. Con todas las alegrías y dificultades que implica el día a día.
- Tal y como te has expresado hasta ahora, podría decirse que sólo alegrías. ¡Suena todo... tan romántico!
- La verdad es que he pasado parte de mi vida sumergiéndome en las leyendas de Bécquer y en los cuentos de Hoffmann. Pero más allá de la literatura, y más acá de la melancolía, está la vida. El Amor, como todo lo humano, no es perfecto. Pero la música nos ayuda a rescatar belleza y el amor incluso en lo que en un primer momento resulta doloroso.
- ¿Qué tiene, para ti, la música como medio de expresión?
- Algo fundamental: alegría y sonar acorde; en definitiva, armonía…
- La palabra armonía casa bien con la realidad del Amor.
- Sí, porque dejas de conjugar el “yo" para susurrar torpemente un “nosotros”.
- Habitualmente vemos historias de matrimonios que se estrellan. ¿Eres un superhéroe, que has “aguantado” 10 años y encima lo celebras por todo lo alto?
- Nada de eso… A veces tengo la impresión, incluso, de que soy más humano que divino aunque busque la trascendencia en una especie de boda diaria... Intentando conquistar y exprimir a mi media naranja dulce con pequeños detalles en cualquier momento; renovando, antes de ir a dormir, lo que nos prometimos el día de nuestra boda: ConSentido conSentimiento; intentando vivir esas tres palabras indispensables para mantener el Amor: perdón, por favor, gracias.
- Por qué sigues grabando discos físicos, ¿si ya existen Spotify o Itunes?
- Eso mismo me pregunto yo (risas). Sobre todo porque componer música es gratis pero grabarla y reproducirla supone una inversión material grande. Pero precisamente la materialidad de un CD guarda un encanto especial… Me encanta esmerarme en un libreto con las letras cuidadas y dibujando ilustraciones que se puedan palpar.
- ¿Has hecho tú también los dibujos?
Sí. Son otro intento de expresar, de distinto modo, los mismos sentimientos.
- Parece que piensas en el conjunto como una obra de arte…
- Para mí ese es el reto. Además en las actuaciones la gente prefiere adquirir el disco allí mismo, al escucharlo en directo, y también guardarlo como recuerdo vivo. Cuando coges un CD es genial poder leer despacio las letras, qué músicos e instrumentos participan…Y algunas portadas son verdaderas obras de arte pictórica o fotográfica.
- Me sorprende, leyendo despacio las letras, que no te importa hablar de pasión. ¿Eso no se acaba a los meses de casarse?
- Pasión... Apasionado... Es mantener viva la llama del Amor… Para mí eso no significa dejarse llevar por un descontrolado arrebato o desenfreno alocado, como quien salta a la pista a bailar sin importarle el qué dirán y disfruta o se tira al suelo a jugar como un niño desinhibido. La pasión es mucho más, ¡arde hasta el alma!
- ¿Cómo se traduce eso en música?
- Para mí evoca una especie de Cantar de los cantares: decir lo más íntimo y sagrado con un lenguaje y una melodía llena de Amor y humor. Por ejemplo, al hablar del abrazo amoroso, una canción expresa: “Cuando el amor esculpe una flor roja en tu vientre, una semilla germina envolviendo un nuevo sol”.
- En otra canción se oye, como colofón, la voz de un niño. ¿Por qué llamas a tu hijo, “el fruto de nuestra pasión, el regalo de nuestra unión”?
- Porque es la mayor creación que un artista pueda aspirar a alcanzar: la vida. Y es un don, un regalo que te hace renacer. Te planteas preguntas que sólo no te hacías... Creces con él… Él te refiere a la paternidad y en él ves reflejado el ser hijo: ese es el origen y el sentido de la existencia.
- Te robo las frases de una canción pop en la que declaras: "Puede que la medicina no consiga, con vacunas, los remedios al dolor. Que las mil y un teorías de los sabios malogrados se derrumben con Amor”. ¿Basta el Amor para superar el dolor?
Esa canción nace de una conversación en la que alguien nos recomendó que era esencial en un matrimonio tener salud y, en su defecto, dinero para paliar la enfermedad. La salud es importante, el dinero medianamente también, pero no crean ni garantizan el Amor. Cuando aparece el dolor hay muchos teóricos sabios (gurús, algunos psiquiatras, coachers, etc.) que se olvidan de lo fundamental. El Amor se sostiene por una promesa que libremente mantienes y renuevas, y porque Dios se comprometió a casarse con nosotros para garantizar que podríamos ser fieles, a pesar de nosotros mismos. A partir de ahí, uno se sorprende viendo prodigios que la Ciencia ignora.
- Otra canción dice, a ritmo trepidante: "Leo y releo tus palabras sagradas y te retuiteo todas las mañanas pero quiero encontrarte en el silencio”. Twitter y silencio: ¿un contrasentido?
- Esa canción nació a raíz de un proyecto en el que queríamos anunciar la Noticia más Buena, la más actual, a través de esa red social. En su origen, remite a un amor divino: tuitearse y tutearse con Dios leyendo y dialogando con Él (a través de su Palabra como pan diario); invita a ser su follower más fiel. La canción baila con la búsqueda espiritual, aprovechando el ritmo alegre y pegadizo del Rock and Roll. Este género musical suele tener letras que tratan de fiestas, alcohol y bailes... Quería mantener la chispa rítmica pero con una letra que trascienda el esquema musical. También traté de desmitificar una red a veces saturada de trinos: incluso para anunciar lo más sagrado, sólo podemos alcanzar el sentido profundo cuando hacemos silencio.
- También hay canción trovadoresca, rondó veneciano, y ecos de ranchera-country o de rumba.
- Cualquier música es perfecta para celebrar un aniversario, para hablar del día a día compartido. Siempre con amor y con humor.
- Una canción dedicada a la hipoteca. Eso sí que es encariñarse con el banco…
- Bueno, en algún momento subraya que hasta el crédito es decrépito. Todo pasa pero ¡la paciencia todo lo alcanza!
- ¿Los discos anteriores, también eran conmemorativos?
- El primero que grabé, sí, porque antes de salir a la calle murió mi padre e incluí una canción homenaje a él. Ahora, mi hijo de cinco años la canta conmigo y le veo tocando la mini-guitarra y me emociono. La segunda grabación fue una descriptiva canción sobre Calcuta: consecuencia de una intensa temporada en aquella ciudad desmedida, con las Misioneras de la Caridad. Aquel tema formó parte de un libro de poemas y relatos de unos cuantos autores cuyos beneficios se llevaron a aquel rincón de la India y la música fue mi herramienta. El tercer trabajo de estudio lo grabé para cortejar a la chica que quería que fuera mi mujer.
- Debió de servir para que te diera el sí y ya han pasado diez años… ¿Tienes algún proyecto pensado para el próximo aniversario?
- Tengo más de cien canciones compuestas y mi cabeza anda siempre reorganizando temas en distintos discos. Pero lo que más me ilusiona ahora mismo es grabar los temas que compuse en Argentina y Calcuta para niños huérfanos y discapacitados. Los pequeños me bautizaron con el nombre de Uncle Melody, que al volver a España se convirtió en un personaje infantil: Pepe Melodías. Cuando conocí a mi mujer, la incorporé a las actuaciones (bautizándola Señorísima Corchea); y luego llegó el regalo de nuestra unión: Giuseppe Bemol. Me muero de ganas de cantar con ellos esas canciones entrañables y contagiar a muchos la alegría de aquellos pequeños que despertaban mi creatividad.
- No has salido de una y te metes en otra. ¿Le has contado este proyecto a tu musa?
- Sí.
-¿Y qué te ha contestado?
- Que mucho cuidadín con las periolistas. Porque, en cuanto te despistas (y al parecer, sin ningún ánimo de revancha), te someten a un grado diez y alguien publica la entrevista.
Si quiere escuchar el disco de Hervé pinche AQUÍ
Hervé Alústiza, cantautor, celebra sus diez años de casado con melodías que recorren los gozos y las dificultades para que el matrimonio crezca en felicidad día a día. ¿Un cantar de los cantares para el siglo XXI?
- ¿Por qué has sacado este disco?
- Para celebrar el décimo aniversario casado con mi musa.
- ¿Qué significan los números del título, 3653 amaneceres?
- 3.653 amaNeceres juntos: además de ser poético y numérico, suponen 10 años y un día unidos…
- ¿Entonces, la musa es real?
- ¡Sí, claro! La mejor fuente de inspiración para hacer música es mi mujer. La tengo al lado a diario y cada noche me provoca a componer nuevos versos, nuevas canciones.
- ¿Cuál es vuestra historia?
- Una historia de Amor verdadero. Con todas las alegrías y dificultades que implica el día a día.
- Tal y como te has expresado hasta ahora, podría decirse que sólo alegrías. ¡Suena todo... tan romántico!
- La verdad es que he pasado parte de mi vida sumergiéndome en las leyendas de Bécquer y en los cuentos de Hoffmann. Pero más allá de la literatura, y más acá de la melancolía, está la vida. El Amor, como todo lo humano, no es perfecto. Pero la música nos ayuda a rescatar belleza y el amor incluso en lo que en un primer momento resulta doloroso.
- ¿Qué tiene, para ti, la música como medio de expresión?
- Algo fundamental: alegría y sonar acorde; en definitiva, armonía…
- La palabra armonía casa bien con la realidad del Amor.
- Sí, porque dejas de conjugar el “yo" para susurrar torpemente un “nosotros”.
- Habitualmente vemos historias de matrimonios que se estrellan. ¿Eres un superhéroe, que has “aguantado” 10 años y encima lo celebras por todo lo alto?
- Nada de eso… A veces tengo la impresión, incluso, de que soy más humano que divino aunque busque la trascendencia en una especie de boda diaria... Intentando conquistar y exprimir a mi media naranja dulce con pequeños detalles en cualquier momento; renovando, antes de ir a dormir, lo que nos prometimos el día de nuestra boda: ConSentido conSentimiento; intentando vivir esas tres palabras indispensables para mantener el Amor: perdón, por favor, gracias.
- Por qué sigues grabando discos físicos, ¿si ya existen Spotify o Itunes?
- Eso mismo me pregunto yo (risas). Sobre todo porque componer música es gratis pero grabarla y reproducirla supone una inversión material grande. Pero precisamente la materialidad de un CD guarda un encanto especial… Me encanta esmerarme en un libreto con las letras cuidadas y dibujando ilustraciones que se puedan palpar.
- ¿Has hecho tú también los dibujos?
Sí. Son otro intento de expresar, de distinto modo, los mismos sentimientos.
- Parece que piensas en el conjunto como una obra de arte…
- Para mí ese es el reto. Además en las actuaciones la gente prefiere adquirir el disco allí mismo, al escucharlo en directo, y también guardarlo como recuerdo vivo. Cuando coges un CD es genial poder leer despacio las letras, qué músicos e instrumentos participan…Y algunas portadas son verdaderas obras de arte pictórica o fotográfica.
- Me sorprende, leyendo despacio las letras, que no te importa hablar de pasión. ¿Eso no se acaba a los meses de casarse?
- Pasión... Apasionado... Es mantener viva la llama del Amor… Para mí eso no significa dejarse llevar por un descontrolado arrebato o desenfreno alocado, como quien salta a la pista a bailar sin importarle el qué dirán y disfruta o se tira al suelo a jugar como un niño desinhibido. La pasión es mucho más, ¡arde hasta el alma!
- ¿Cómo se traduce eso en música?
- Para mí evoca una especie de Cantar de los cantares: decir lo más íntimo y sagrado con un lenguaje y una melodía llena de Amor y humor. Por ejemplo, al hablar del abrazo amoroso, una canción expresa: “Cuando el amor esculpe una flor roja en tu vientre, una semilla germina envolviendo un nuevo sol”.
- En otra canción se oye, como colofón, la voz de un niño. ¿Por qué llamas a tu hijo, “el fruto de nuestra pasión, el regalo de nuestra unión”?
- Porque es la mayor creación que un artista pueda aspirar a alcanzar: la vida. Y es un don, un regalo que te hace renacer. Te planteas preguntas que sólo no te hacías... Creces con él… Él te refiere a la paternidad y en él ves reflejado el ser hijo: ese es el origen y el sentido de la existencia.
- Te robo las frases de una canción pop en la que declaras: "Puede que la medicina no consiga, con vacunas, los remedios al dolor. Que las mil y un teorías de los sabios malogrados se derrumben con Amor”. ¿Basta el Amor para superar el dolor?
Esa canción nace de una conversación en la que alguien nos recomendó que era esencial en un matrimonio tener salud y, en su defecto, dinero para paliar la enfermedad. La salud es importante, el dinero medianamente también, pero no crean ni garantizan el Amor. Cuando aparece el dolor hay muchos teóricos sabios (gurús, algunos psiquiatras, coachers, etc.) que se olvidan de lo fundamental. El Amor se sostiene por una promesa que libremente mantienes y renuevas, y porque Dios se comprometió a casarse con nosotros para garantizar que podríamos ser fieles, a pesar de nosotros mismos. A partir de ahí, uno se sorprende viendo prodigios que la Ciencia ignora.
- Otra canción dice, a ritmo trepidante: "Leo y releo tus palabras sagradas y te retuiteo todas las mañanas pero quiero encontrarte en el silencio”. Twitter y silencio: ¿un contrasentido?
- Esa canción nació a raíz de un proyecto en el que queríamos anunciar la Noticia más Buena, la más actual, a través de esa red social. En su origen, remite a un amor divino: tuitearse y tutearse con Dios leyendo y dialogando con Él (a través de su Palabra como pan diario); invita a ser su follower más fiel. La canción baila con la búsqueda espiritual, aprovechando el ritmo alegre y pegadizo del Rock and Roll. Este género musical suele tener letras que tratan de fiestas, alcohol y bailes... Quería mantener la chispa rítmica pero con una letra que trascienda el esquema musical. También traté de desmitificar una red a veces saturada de trinos: incluso para anunciar lo más sagrado, sólo podemos alcanzar el sentido profundo cuando hacemos silencio.
- También hay canción trovadoresca, rondó veneciano, y ecos de ranchera-country o de rumba.
- Cualquier música es perfecta para celebrar un aniversario, para hablar del día a día compartido. Siempre con amor y con humor.
- Una canción dedicada a la hipoteca. Eso sí que es encariñarse con el banco…
- Bueno, en algún momento subraya que hasta el crédito es decrépito. Todo pasa pero ¡la paciencia todo lo alcanza!
- ¿Los discos anteriores, también eran conmemorativos?
- El primero que grabé, sí, porque antes de salir a la calle murió mi padre e incluí una canción homenaje a él. Ahora, mi hijo de cinco años la canta conmigo y le veo tocando la mini-guitarra y me emociono. La segunda grabación fue una descriptiva canción sobre Calcuta: consecuencia de una intensa temporada en aquella ciudad desmedida, con las Misioneras de la Caridad. Aquel tema formó parte de un libro de poemas y relatos de unos cuantos autores cuyos beneficios se llevaron a aquel rincón de la India y la música fue mi herramienta. El tercer trabajo de estudio lo grabé para cortejar a la chica que quería que fuera mi mujer.
- Debió de servir para que te diera el sí y ya han pasado diez años… ¿Tienes algún proyecto pensado para el próximo aniversario?
- Tengo más de cien canciones compuestas y mi cabeza anda siempre reorganizando temas en distintos discos. Pero lo que más me ilusiona ahora mismo es grabar los temas que compuse en Argentina y Calcuta para niños huérfanos y discapacitados. Los pequeños me bautizaron con el nombre de Uncle Melody, que al volver a España se convirtió en un personaje infantil: Pepe Melodías. Cuando conocí a mi mujer, la incorporé a las actuaciones (bautizándola Señorísima Corchea); y luego llegó el regalo de nuestra unión: Giuseppe Bemol. Me muero de ganas de cantar con ellos esas canciones entrañables y contagiar a muchos la alegría de aquellos pequeños que despertaban mi creatividad.
- No has salido de una y te metes en otra. ¿Le has contado este proyecto a tu musa?
- Sí.
-¿Y qué te ha contestado?
- Que mucho cuidadín con las periolistas. Porque, en cuanto te despistas (y al parecer, sin ningún ánimo de revancha), te someten a un grado diez y alguien publica la entrevista.
Si quiere escuchar el disco de Hervé pinche AQUÍ
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