La «Madonna de Foligno» de Rafael, la historia tras la pintura que atrae a... ¡cazadores de ovnis!
La Madonna di Foligno, de Rafael, es una joya renacentista de la Pinacoteca Vaticana, un cuadro de 1512, lleno de simpatía humanista propia del Renacimiento. La Virgen intenta jugar con el Niño y hacerle cosquillas, pero Él se retuerce como si no se dejara.
Es una pintura al óleo sobre tabla que fue transferida a lienzo, con unas dimensiones de 3,2 metros de alto y casi 2 metros de ancho.
Rafael, uno de los tres mayores pintores del Renacimiento italiano (con Leonardo da Vinci y Miguel Ángel) pintó este cuadro por encargo del secretario del papa Julio II, Sigismondo de Conti, quien a su vez quería expresar agradecimiento a Dios y la Virgen por haberle protegido en un accidente muy especial.
Según parece, un extraño objeto cayó sobre la casa de Sigismondo en el pueblo de Foligno. No está claro si fue un rayo, un bólido (un objeto caído desde las capas altas de la atmósfera) o algún tipo de proyectil o bomba, pero la explosión fue ruidosa y visible, y, por fortuna, ni la casa ni los habitantes resultaron dañados. En agradecimiento, Sigismondo encargó el cuadro, en el que, detrás del angelito de su parte inferior, se ve Foligno, su casa, su paisaje… y una extraña curvatura alrededor del pueblo y un peculiar proyectil anaranjado.
Aquí es dónde un nuevo colectivo se interesa por un cuadro que ya de por sí es una joya: los ufólogos o estudiosos de los ovnis. Apasionados por este cuadro que ya supera los 5 siglos, señalan que la trayectoria que parece dejar el objeto no es una línea discontinua como la que deja un rayo, sino una curva pronunciada grisácea que empieza desde arriba y acaba en la casa. También apuntan que el cielo es sereno y luminoso en el cuadro, no tiene nada que ver con el cielo de una tormenta eléctrica.
Mucha gente no presta atención al paisaje en la zona inferior del cuadro, porque el ojo del espectador se fija más bien en la Virgen y el Niño. Los otros cuatro personajes del cuadro son san Juan Bautista y san Francisco (en el lado izquierdo del cuadro) y san Girolamo y el propio Sigismondo, que encargó el cuadro.