¿Pero para qué sirve en realidad la teología? Responde el nuevo Premio Ratzinger, Inos Biffi
“La teología hoy, como siempre, es todavía importante, cuando se comprende su naturaleza, que es la de pensar la fe y entonces acoger la Palabra de Dios con lucidez y con amor. Es una teología que nace de la misma fe y que permanece como la raíz y el alimento”, explica el teólogo y sacerdote italiano Inos Biffi.
Inos Biffi es uno de los dos ganadores del Premio Ratzinger 2016, que entrega la Fundación Joseph Ratzinger y es considerado como el Premio Nobel de teología.
El otro premiado este año ha sido el teólogo ortodoxo, Ioannis Kourempeles, un griego experto en Historia de los Dogmas y en Teología Dogmática, el primer ortodoxo en recibir este galardón.
El premio les será entregado personalmente por el Papa Francisco el próximo 26 de noviembre en la Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano.
La teología reposa en la fe, no la sustituye
Entrevistado por AciStampa, Ino Biffi explica que “la teología no solo no sustituye a la fe, sino que madura en ella. Tenemos que procurar, con cuidado, que este proceso tenga lugar en comunión con la Iglesia y con su Tradición viva, la cual transmite la misma Palabra con todos los recursos que a lo largo de la historia se han escuchado, pensado, vivido y atestiguado por la gracia del Espíritu de la Verdad, derramado por Cristo sobre su Iglesia”.
Biffi se declara afín a la teología de Santo Tomás de Aquino y señala que “cada teólogo tiene su propia historia y su propia firma. Me gustaría pensar que si me han vinculado al teólogo Ratzinger es, sobre todo, por una cercanía, o mejor, por una identidad con su metodología teológica y, por lo tanto, por un continuo y apasionado estudio de la Palabra de Dios”.
La Palabra de Dios, más allá de las modas
La Palabra de Dios, dijo a ACI Stampa, “se vive y se transmite en la Iglesia con una deliberada indiferencia hacia las modas pasajeras y los gustos del día. En definitiva, por la búsqueda de una teología que no tenga que ser necesariamente actual, pero sí verdadera”.
Argumentó que “para establecer un discurso científico o racional sobre Dios, no debe establecerse un discurso que acabe con el misterio de Dios, que siempre permanece trascendente e inagotable”.
Por otra parte, “Dios habla al hombre de forma que lo escuche, lo comprenda y ponga en práctica el sentido de su Palabra”.
Al ser preguntado sobre la diferencia entre los teólogos tradicionales y los progresistas, el experto explicó que “en realidad la distinción se da entre teólogos verdaderos y no teólogos, aunque pienso que cada teólogo tiene sus características particulares”.
En este sentido, continuó, “la teología de (San) Buenaventura, tan presente en Ratzinger no es la de (Santo) Tomás de Aquino, que goza de mis preferencias y mis ‘consensos’. Si habla, entonces, de teólogos progresistas y de teólogos conservadores. Pero a mí me parece que no se caracteriza por un exceso de sabiduría”.
Ser testigos del amor de Dios
“El estudio de la teología –concluyó– lleva hoy, como siempre, el mensaje de Dios que por amor se revela para al hombre a participar y a disfrutar del misterio del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Para que esto ocurra, el creyente está llamado a ser un testigo fiel, al mismo tiempo que Dios nunca deja de atraer a los hombres con su gracia”.
El P. Biffi es profesor emérito de teología sistemática e historia de la teología de la Facultad de Teología de Italia Septentrional y de la Facultad de Teología de Lugano (Suiza).
Es doctor agregado de la Biblioteca Ambrosiana, miembro de la Pontificia Academia Santo Tomás de Aquino y de la Pontificia Academia Teológica, Presidente del Instituto para la Historia de la Teología Medieval de Milán y director del Instituto de Historia de la Teología de la Facultad de Teología de Lugano.
Inos Biffi es uno de los dos ganadores del Premio Ratzinger 2016, que entrega la Fundación Joseph Ratzinger y es considerado como el Premio Nobel de teología.
El otro premiado este año ha sido el teólogo ortodoxo, Ioannis Kourempeles, un griego experto en Historia de los Dogmas y en Teología Dogmática, el primer ortodoxo en recibir este galardón.
El premio les será entregado personalmente por el Papa Francisco el próximo 26 de noviembre en la Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano.
La teología reposa en la fe, no la sustituye
Entrevistado por AciStampa, Ino Biffi explica que “la teología no solo no sustituye a la fe, sino que madura en ella. Tenemos que procurar, con cuidado, que este proceso tenga lugar en comunión con la Iglesia y con su Tradición viva, la cual transmite la misma Palabra con todos los recursos que a lo largo de la historia se han escuchado, pensado, vivido y atestiguado por la gracia del Espíritu de la Verdad, derramado por Cristo sobre su Iglesia”.
Biffi se declara afín a la teología de Santo Tomás de Aquino y señala que “cada teólogo tiene su propia historia y su propia firma. Me gustaría pensar que si me han vinculado al teólogo Ratzinger es, sobre todo, por una cercanía, o mejor, por una identidad con su metodología teológica y, por lo tanto, por un continuo y apasionado estudio de la Palabra de Dios”.
La Palabra de Dios, más allá de las modas
La Palabra de Dios, dijo a ACI Stampa, “se vive y se transmite en la Iglesia con una deliberada indiferencia hacia las modas pasajeras y los gustos del día. En definitiva, por la búsqueda de una teología que no tenga que ser necesariamente actual, pero sí verdadera”.
Argumentó que “para establecer un discurso científico o racional sobre Dios, no debe establecerse un discurso que acabe con el misterio de Dios, que siempre permanece trascendente e inagotable”.
Por otra parte, “Dios habla al hombre de forma que lo escuche, lo comprenda y ponga en práctica el sentido de su Palabra”.
Al ser preguntado sobre la diferencia entre los teólogos tradicionales y los progresistas, el experto explicó que “en realidad la distinción se da entre teólogos verdaderos y no teólogos, aunque pienso que cada teólogo tiene sus características particulares”.
En este sentido, continuó, “la teología de (San) Buenaventura, tan presente en Ratzinger no es la de (Santo) Tomás de Aquino, que goza de mis preferencias y mis ‘consensos’. Si habla, entonces, de teólogos progresistas y de teólogos conservadores. Pero a mí me parece que no se caracteriza por un exceso de sabiduría”.
Ser testigos del amor de Dios
“El estudio de la teología –concluyó– lleva hoy, como siempre, el mensaje de Dios que por amor se revela para al hombre a participar y a disfrutar del misterio del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Para que esto ocurra, el creyente está llamado a ser un testigo fiel, al mismo tiempo que Dios nunca deja de atraer a los hombres con su gracia”.
El P. Biffi es profesor emérito de teología sistemática e historia de la teología de la Facultad de Teología de Italia Septentrional y de la Facultad de Teología de Lugano (Suiza).
Es doctor agregado de la Biblioteca Ambrosiana, miembro de la Pontificia Academia Santo Tomás de Aquino y de la Pontificia Academia Teológica, Presidente del Instituto para la Historia de la Teología Medieval de Milán y director del Instituto de Historia de la Teología de la Facultad de Teología de Lugano.
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