Su novela apocalíptica «El Padre Elías en Jerusalén» suscita inquietantes previsiones
Michael O´Brien avisa: «La ideología de género es uno de los engaños más poderosos del diablo»
Tras el éxito, hace algunos años, de El Padre Elías, llega la continuación tan demandada por los lectores de Michael O’Brien: El Padre Elías en Jerusalén, publicada en español en LibrosLibres. Una historia electrizante en la que volvemos a encontrarnos en acción al religioso encargado por el Papa de derrotar al Anticristo.
En la obra este Anticristo ya se está manifestando como un líder mundial que conduce a la humanidad al abismo de un mundo sin Dios, y el único obstáculo parece ser ese monje tenaz, a quien acusan falsamente de asesinato para dificultar su tarea. Un nuevo orden mundial contra Cristo se atisba si no logra su objetivo… Es el drama ante el que nos sitúa O’Brien, y por el que Actuall le pregunta.
-¿No cree que la situación actual, extremadamente confusa, dificulta un orden nuevo?
-Medito en ello continuamente. El reino de Satanás está dividido contra sí mismo y, sin embargo, el “padre de la mentira, el homicida desde el principio”, como le llama Jesús, es capaz de provocar salvajemente diversas erupciones de mal para sus intenciones de largo alcance. Incluso enfrentamientos entre fuerzas que parecen oponerse unas a otras, como por ejemplo el Estado Islámico y el materialismo hedonista de Europa. Pero no hay contradicción, porque el demonio puede manipular estos desórdenes para producir un colapso de la resistencia a sus planes.
-¿Qué papel reserva esa situación al “mantra” de la “paz”?
-Mi impresión es que las enfermedades del mundo lo harán más violento e inseguro y la gente sentirá mayores deseos de una meta-solución al caos de la humanidad. El tiempo estará maduro para que el Anticristo adquiera poder ofreciendo “paz” y “seguridad”. Como nos recuerda la Escritura, muchos dirán “paz, paz”… cuando no hay verdadera paz. Él aparentará ser una especie de mesías secular, que resolverá problemas de la humanidad aparentemente irresolubles. Pero su paz no podrá durar. Será un “orden” que tendrá que ser reforzado cada vez con mayor opresión, paso a paso, hasta culminar en una persecución mundial contra todo lo que se resista a su voluntad.
-¿Puede ser la ideología de género el instrumento final del demonio en su guerra contra Dios?
-Sin duda juega un papel fundamental en el crecimiento de la confusión y en los desórdenes morales de las sociedades occidentales. ¿Es el instrumento final del diablo? No lo sé, pero sin duda es uno de sus engaños más poderosos.
-¿Cómo ve la Iglesia?
-La Iglesia está creciendo en África y Asia. De hecho, probablemente hay más verdaderos cristianos en la Iglesia clandestina de China que en toda Norteamérica. Sin excepción, las conferencias episcopales de África son completamente fieles.
-Pero Europa...
-Europa es una catástrofe. Se degrada, se degrada, se degrada… Sólo quedan islas de fidelidad aquí y allá. A pesar de ello, en todos los países hay obispos concretos que alimentan a su rebaño con gran dedicación y a menudo con un gran coste en términos de sufrimiento. Se están formando santos, los movimientos laicos evangelizadores continúan trabajando para el bien y jóvenes heroicos abrazan la llamada al sacerdocio y a la vida religiosa. Pero en todas partes hay una gran criba, una gran prueba. Allí donde no estamos sufriendo una persecución directa estamos siendo caracterizados por los medios y la cultura como represivos, como una estructura vieja y moribunda que debe conformarse al spiritus mundi o bien ser recluida en un gueto donde ya no tenga influencia.
-¿Ha sido la reciente batalla del sínodo un episodio de ese proceso?
-Sí. La auténtica naturaleza de la Iglesia y el orden moral divino están siendo asaltados por Satanás y por quienes, inconscientemente, son sus agentes humanos, mediante asaltos externos y traiciones internas.
-¿Por qué ese ataque?
-El adversario sabe que la Iglesia es la única presencia en el mundo que se mantiene en defensa de toda la verdad sobre el matrimonio y la familia… en realidad, sobre la naturaleza del hombre y su valor eterno. La Iglesia tiene en sí misma capacidad para resistir los planes del demonio. Pero si no somos fieles a nuestra vocación, ¿cómo podrá defenderse la humanidad? ¿Cómo podremos conocernos verdaderamente a nosotros mismos? ¿Cómo nos presentaremos ante el Señor en el Día del Juicio?
-¿Tiene todo esto un sentido?
-Creo que Dios está sacando bien de las confusiones y males que han surgido. Él las ha permitido para que podamos ver qué grande es la necesidad de purificación y fortalecimiento de la Iglesia. Debemos rezar y ayunar por ella, quizá más de lo que lo hemos hecho en los últimos dos mil años.
-Dios escribe derecho con renglones torcidos...
-Añadiría que una consecuencia edificante ha sido el surgimiento de obispos y cardenales verdaderamente apostólicos que han defendido la fe durante el sínodo y durante el periodo postsinodal. También es un necesario recordatorio de que la Iglesia no es una entidad eurocéntrica, sino el Cuerpo místico de Cristo en este mundo. Creo que hay una gran belleza en la forma en la que África y Asia están enviando ahora misioneros a las oscurecidas Norteamérica y Europa. ¡Por favor, enviadnos más!
-¿Cómo deben prepararse los católicos para las batallas espirituales que vienen?
-En todo lo que va a suceder debemos mantener los ojos y el corazón en el verdadero horizonte. Tener confianza en que la victoria vendrá. ¡Confiad! ¡Por encima de todo, confiad! Rezad y ayunad por la conversión de las almas y por nuestra más profunda conversión. De esta forma, mediante la oración y la vida sacramental, creceremos en una unión más profunda con el Jesús vivo, que está con nosotros hasta el final de los tiempos y nos conducirá a través de todas las tribulaciones.
-Rezar es la clave...
-Rezad concienzudamente por nuestros sacerdotes y obispos y por el Papa. Debemos amar a la Iglesia con un amor indestructible, en su belleza y en sus humillaciones. Mantened vuestros ojos en su profunda identidad como Esposa, la Esposa que está siendo preparada para encontrarse con el Esposo.
Publicado en Actuall.
Autor: Michael D. O´Brien
Título: El Padre Elías en Jerusalén
Editorial: LibrosLibres
Páginas: 254
Precio: 20,00 €
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En la obra este Anticristo ya se está manifestando como un líder mundial que conduce a la humanidad al abismo de un mundo sin Dios, y el único obstáculo parece ser ese monje tenaz, a quien acusan falsamente de asesinato para dificultar su tarea. Un nuevo orden mundial contra Cristo se atisba si no logra su objetivo… Es el drama ante el que nos sitúa O’Brien, y por el que Actuall le pregunta.
-¿No cree que la situación actual, extremadamente confusa, dificulta un orden nuevo?
-Medito en ello continuamente. El reino de Satanás está dividido contra sí mismo y, sin embargo, el “padre de la mentira, el homicida desde el principio”, como le llama Jesús, es capaz de provocar salvajemente diversas erupciones de mal para sus intenciones de largo alcance. Incluso enfrentamientos entre fuerzas que parecen oponerse unas a otras, como por ejemplo el Estado Islámico y el materialismo hedonista de Europa. Pero no hay contradicción, porque el demonio puede manipular estos desórdenes para producir un colapso de la resistencia a sus planes.
-¿Qué papel reserva esa situación al “mantra” de la “paz”?
-Mi impresión es que las enfermedades del mundo lo harán más violento e inseguro y la gente sentirá mayores deseos de una meta-solución al caos de la humanidad. El tiempo estará maduro para que el Anticristo adquiera poder ofreciendo “paz” y “seguridad”. Como nos recuerda la Escritura, muchos dirán “paz, paz”… cuando no hay verdadera paz. Él aparentará ser una especie de mesías secular, que resolverá problemas de la humanidad aparentemente irresolubles. Pero su paz no podrá durar. Será un “orden” que tendrá que ser reforzado cada vez con mayor opresión, paso a paso, hasta culminar en una persecución mundial contra todo lo que se resista a su voluntad.
-¿Puede ser la ideología de género el instrumento final del demonio en su guerra contra Dios?
-Sin duda juega un papel fundamental en el crecimiento de la confusión y en los desórdenes morales de las sociedades occidentales. ¿Es el instrumento final del diablo? No lo sé, pero sin duda es uno de sus engaños más poderosos.
-¿Cómo ve la Iglesia?
-La Iglesia está creciendo en África y Asia. De hecho, probablemente hay más verdaderos cristianos en la Iglesia clandestina de China que en toda Norteamérica. Sin excepción, las conferencias episcopales de África son completamente fieles.
-Pero Europa...
-Europa es una catástrofe. Se degrada, se degrada, se degrada… Sólo quedan islas de fidelidad aquí y allá. A pesar de ello, en todos los países hay obispos concretos que alimentan a su rebaño con gran dedicación y a menudo con un gran coste en términos de sufrimiento. Se están formando santos, los movimientos laicos evangelizadores continúan trabajando para el bien y jóvenes heroicos abrazan la llamada al sacerdocio y a la vida religiosa. Pero en todas partes hay una gran criba, una gran prueba. Allí donde no estamos sufriendo una persecución directa estamos siendo caracterizados por los medios y la cultura como represivos, como una estructura vieja y moribunda que debe conformarse al spiritus mundi o bien ser recluida en un gueto donde ya no tenga influencia.
-¿Ha sido la reciente batalla del sínodo un episodio de ese proceso?
-Sí. La auténtica naturaleza de la Iglesia y el orden moral divino están siendo asaltados por Satanás y por quienes, inconscientemente, son sus agentes humanos, mediante asaltos externos y traiciones internas.
-¿Por qué ese ataque?
-El adversario sabe que la Iglesia es la única presencia en el mundo que se mantiene en defensa de toda la verdad sobre el matrimonio y la familia… en realidad, sobre la naturaleza del hombre y su valor eterno. La Iglesia tiene en sí misma capacidad para resistir los planes del demonio. Pero si no somos fieles a nuestra vocación, ¿cómo podrá defenderse la humanidad? ¿Cómo podremos conocernos verdaderamente a nosotros mismos? ¿Cómo nos presentaremos ante el Señor en el Día del Juicio?
-¿Tiene todo esto un sentido?
-Creo que Dios está sacando bien de las confusiones y males que han surgido. Él las ha permitido para que podamos ver qué grande es la necesidad de purificación y fortalecimiento de la Iglesia. Debemos rezar y ayunar por ella, quizá más de lo que lo hemos hecho en los últimos dos mil años.
-Dios escribe derecho con renglones torcidos...
-Añadiría que una consecuencia edificante ha sido el surgimiento de obispos y cardenales verdaderamente apostólicos que han defendido la fe durante el sínodo y durante el periodo postsinodal. También es un necesario recordatorio de que la Iglesia no es una entidad eurocéntrica, sino el Cuerpo místico de Cristo en este mundo. Creo que hay una gran belleza en la forma en la que África y Asia están enviando ahora misioneros a las oscurecidas Norteamérica y Europa. ¡Por favor, enviadnos más!
-¿Cómo deben prepararse los católicos para las batallas espirituales que vienen?
-En todo lo que va a suceder debemos mantener los ojos y el corazón en el verdadero horizonte. Tener confianza en que la victoria vendrá. ¡Confiad! ¡Por encima de todo, confiad! Rezad y ayunad por la conversión de las almas y por nuestra más profunda conversión. De esta forma, mediante la oración y la vida sacramental, creceremos en una unión más profunda con el Jesús vivo, que está con nosotros hasta el final de los tiempos y nos conducirá a través de todas las tribulaciones.
-Rezar es la clave...
-Rezad concienzudamente por nuestros sacerdotes y obispos y por el Papa. Debemos amar a la Iglesia con un amor indestructible, en su belleza y en sus humillaciones. Mantened vuestros ojos en su profunda identidad como Esposa, la Esposa que está siendo preparada para encontrarse con el Esposo.
Publicado en Actuall.
Autor: Michael D. O´Brien
Título: El Padre Elías en Jerusalén
Editorial: LibrosLibres
Páginas: 254
Precio: 20,00 €
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