El dúo lanzó «Unborn child» pese a las advertencias de la Warner, su productora
«Detente, ¡piénsatelo!»: la canción provida a la que Seals & Crofts sacrificó su carrera en 1974
En 2013, la revista Rolling Stone hizo una clasificación de las mejores canciones del verano de todos los tiempos, y situó en 13º lugar Summer Breeze [Brisa de verano], un tema que llevó al éxito en 1972 el dúo Seals & Crofts.
"La brisa del verano me hace sentirme bien, ventila mi mente con aroma de jazmín", reiteraba el estribillo, lo suficientemente pegadizo como para situarse en el puesto número 6 del Billboard Hot 100, que marca desde 1958 los temas de mayor éxito en la música estadounidense. Vendieron un millón de copias y recibieron por ello a final de año un Disco de Oro de la industria discográfica.
Jim Seals (izquierda de la foto) y Dash Crofts en 1975. Foto: Wikipedia.
Jim Seals y Dash Crofts tenían entonces 31 y 32 años respectivamente, se habían casado con sus respectivas novias un par de años antes y llevaban tocando juntos como dúo desde 1969, asentándose como uno de los grupos de moda del soft rock norteamericano. Compartían origen -ambos eran texanos- y compartían también la fe Baha'i, una filosofía sincrética de origen oriental, muy en la moda de la época hippy, que habían conocido a través de una banda de la que habían formado parte en sus inicios, y fe que han conservado después.
Al año siguiente de Summer Breeze, Seals & Crofts, consiguieron colocar otro tema en el sexto puesto del Hot 100, una canción, Diamond Girl [La Chica Diamante] que ha pasado también a formar parte de los recuerdos musicales de la época.
Estaban en la cresta de la ola, con un buen contrato con la Warner. Y aunque no fueron un dúo de gran éxito fuera de su país, sí consiguieron cierta internacionalización, e Hispavox editó varios discos suyos en España.
Pero 1973 fue también el año de Roe vs Wade, la sentencia del Tribunal Supremo que legalizó el aborto en Estados Unidos. El caso partía de unos hechos falsos (no había tenido lugar la violación alegada) y la demandante, Norma McCorvey (1947-2017, judicialmente Jane Roe) se arrepintió luego del efecto de su caso y se convirtió hasta el final de sus días en militante provida. Pero los jueces habían re-interpretado la Constitución para dictaminar que el destino del niño no nacido caía dentro del derecho de la madre a la intimidad, y con esa sentencia cayeron todas las leyes restrictivas de los diferentes estados.
La legalización del aborto contradecía las convicciones personales de Jim y Dash. Pero quizá no hubiesen tomado partido artísticamente si no fuera porque Lana Day Bogan, esposa de su ingeniero de grabación, vio un documental sobre la realidad del aborto, quedó impresionada y escribió un poema. Se lo enseñó a Jim Seals y le pidió que le pusiese música. Así lo hizo, y nació Unborn child [Niño no nacido], que habría de marcar la senda del dúo.
"Por decirlo suavemente... aquello no era lo que Warner Records tenía en mente", afirma John Stonestreet al recordar el caso en CNSnews: "A fin de cuentas, hacía menos de un año de Roe vs Wade y el aborto era, como mínimo, un tema controvertido. Si añades la desacomplejada y apremiante súplica del dúo a las mujeres que estuviesen pensando abortar ('¡Detente! Piénsatelo')... no es sorprendente la preocupación de su casa discográfica".
En efecto, la letra no puede ser más directa:
"Oh, pequeño, nunca llorarás ni oirás cantar una dulce canción de cuna.
Oh, niño no nacido, ¡si supieras lo que tu madre está planeando!
Tú todavía te aferras al árbol de la vida, pero pronto serás cortado antes de madurar.
Oh, niño no nacido, que estás empezando a crecer dentro de tu madre pero nunca lo sabrás.
Oh, pequeño brote que creces en el vientre solo para ser aplastado antes de florecer.
¡Mamá, detente! Da media vuelta, regresa, piénsatelo.
Detente ahora, da media vuelta, regresa, piénsatelo.
Detente, da media vuelta, regresa, piénsatelo".
La Warner presionó a Seals & Crofts. Así lo reveló Dash en una entrevista de 1993 al crítico musical Bill de Young: "Warner Brothers nos advirtió de que no lo hiciéramos. Dijeron: 'Es un asunto enormemente controvertido, os aconsejamos no hacer esto'. Nosotros les dijimos: 'Pero vosotros estáis en este negocio por dinero, nosotros lo hacemos para salvar vidas. No nos importa el dinero'".
No solo grabaron el sencillo, sino que dieron nombre con él al álbum que lanzaron al mercado a principios de 1974. Entonces se demostró que la advertencia de la Warner no era en balde. Las emisoras de radio rechazaron emitir Unborn child y empezaron a estigmatizar al dúo, al mismo tiempo que piquetes feministas interrumpían y boicoteaban sus conciertos y sus adversarios rompían en pedazos sus vinilos.
La carrera de Jim y Dash no se detuvo y continuaron produciendo discos y logrando algunos éxitos como Get Closer (1976), pero su progresión fulgurante se truncó en cuanto la industria y los medios les hicieron pagar su decisión. "Unborn child perjudicó la reputación de Seals & Crofts", confirma De Young: "Es como si hubiesen cruzado esa delgada línea, esa sagrada separación entre su música y sus convicciones religiosas".
Sin embargo, ellos no lo lamentaron: "Creo que obtuvimos muchas más cosas buenas que malas", dijo Crofts haciendo balance, "porque mucha gente nos llamó y nos dijo: 'Le hemos puesto vuestros nombres a nuestros hijos, porque con esa canción nos ayudasteis a salvar sus vidas'. Eso fue muy satisfactorio para nosotros".
Publicado en ReL el 9 de diciembre de 2019.