«Cristiada es universal, ilumina cualquier persecución»
Andy García: «Para mí no es nada difícil ser católico en Hollywood; he tenido una vida bendecida»
El 15 de octubre a las 20.30 horas, en los Cines UCI Bicocca de Milán, se estrenará en Italia la película “Cristiada” [que en Francia ha tenido bastante éxito].
El semanal Tempi, en los kioscos, dedica la portada al acontecimiento con una entrevista exclusiva al famoso actor de Hollywood Andy Garcia, el protagonista de la película (en el papel del general Enrique Gorostieta).
Un cubano católico en Hollywood
Casado desde 1982, padre de cuatro hijos, exiliado cubano, crítico del régimen comunista instaurado por Fidel Castro. Es católico. El de Andy Garcia no es el tipo de curriculum que más gusta en Hollywood, pero el actor de 58 años no ha necesitado nunca comprometer sus convicciones para tener éxito.
Lo que más atraía al joven Garcia era la carrera deportiva, y el baloncesto fue el instrumento que le permitió superar las dificultades de ambientación. Desembarcó en Miami en 1961, cuando tenía cinco años, sin saber ni una palabra de inglés y en el colegio nadie le hizo nunca la vida fácil. El baloncesto podría haberse convertido en su trabajo si la hepatitis y la mononucleosis no hubieran interrumpido su carrera al final del Instituto. Sin embargo, sin esta enfermedad, Garcia no habría empezado a actuar y dos directores como Brian De Palma y Francis Ford Coppola no lo habrían contratado para un papel en Los Intocables y en el Padrino - III parte.
Se trasladó a Los Angeles en 1979 para emprender su carrera de actor y allí demostró enseguida tener una identidad muy fuerte. Su atractivo era uno de sus puntos fuertes, pero no le gustaba desnudarse. Así, cuando en una de sus primeras audiciones le pidieron que se quitara la camisa, se fue dando un portazo sin pensarlo mucho.
El rostro de italo-americano y su voz profunda han sido perfectos para representar a traficantes de heroína, policías y mafiosos. Pero incluso estando en la cumbre del éxito después de su candidatura a los Oscar y la acertada interpretación en Ocean’s Eleven, nunca ha olvidado sus orígenes.
«Soy un exiliado cubano – declara en esta entrevista exclusiva a Tempi con ocasión del estreno italiano de la película Cristiada (For Greater Glory) – y soy católico. Estas cosas forman parte de mi vida y para mí no es difícil vivirlas en Hollywood, como tampoco lo serían en cualquier otro lugar».
Garcia es un hombre de pocas palabras, pero los hechos hablan por él: cuando hubiera podido consagrarse con películas simples y superficiales, decidió en 2005 ponerse detrás de la cámara y dirigir su primer largometraje, The Lost City, ambientado en su ciudad natal, La Habana, durante la revolución castrista.
En 2012, «fascinado por un momento de la historia mexicana que conocía muy poco», aceptó participar en Cristiada, en el papel del general Enrique Gorostieta Velarde, el militar ateo que guió la revuelta armada de los cristeros contra la persecución religiosa del gobierno mexicano de los años Veinte.
-Andy Garcia, el general Enrique Gorostieta es un personaje controvertido y difícil. ¿Por qué aceptó interpretarlo?
-El desarrollo emotivo de Gorostieta me atraía mucho como actor. Él no es un hombre religioso, pero cree en el derecho a la libertad religiosa, un derecho que todo el mundo tendría que tener. Hay dos motivos por los que decide participar en una batalla con la que no comparte, en principio, los ideales: en parte por su esposa, muy devota, y en parte por sí mismo.
-Antes de entrar en la guerra, de la parte de los cristeros, Gorostieta confía a un amigo con uniforme: «Un hombre que vive de recuerdos está ya muerto».
-Esto es exactamente. Mi personaje es un militar y aceptar la propuesta de los cristeros le conviene porque es un modo de volver al campo de batalla y volver a entrar en un mundo que había dejado atrás. Gorostieta tenía, efectivamente, una historia de gran éxito, sobre todo en la guerra contra el político y revolucionario Zapata.
-¿Qué le atrae de este personaje?
Me gusta porque combate su guerra por la libertad religiosa, se deja inspirar e impresionar por la pasión de los cristeros, que son verdaderos creyentes. Su vida se la cambia sobre todo un niño de 14 años, José (beatificado por Benedicto XVI en 2005, ndr), que sacrifica la vida por la fe y que le hace vivir una especie de epifania religiosa durante la película.
-La historia de Cristiada es verdadera, pero es prácticamente desconocida para todos, incluso en México.
-Hemos tenido que investigar mucho para realizar esta película. Nos hemos dado cuenta que incluso en México esta parte de su historia es aún un tabú y muy pocos la conocen. El productor José Pablo Barroso es mexicano y creo que decidió contarla para que se conociera y para recordar a esas personas que han dado la propia vida por la libertad.
-La persecución de los católicos no es un tema muy de moda. Sin embargó, allí donde se ha distribuido, la película ha tenido mucho éxito. ¿Por qué?
-En México la película ha tenido un éxito increíble y las salas estaban siempre llenas. En los otros países tal vez ha sido un poco boicoteada, pero también ha tenido éxito y no me sorprende. Es una película con una estructura clásica y recuerda a muchas de esas historias épicas donde se representa la lucha por la libertad. Los valores y las imágenes de la película son muy fuertes y creo que la gente siente siempre curiosidad hacia los dramas de la historia. Esta película, además, ha sido rodada magníficamente, da gusto verla, y está interpretada por excelente actores. En resumen, pienso que cuando se realiza una buena película la gente suele ir a verla.
-¿Qué sensación le ha dado "guiar" un ejército dispuesto a dar la vida por la libertad religiosa?
-La historia nos ha mostrado muchas veces a personas dispuestas a sacrificarlo todo. En este caso se habla de libertad religiosa, que es un valor aún más grande que los otros, porque cuando no hay libertad religiosa no puede existir ningún otro tipo de libertad. A veces, sin embargo, el precio que hay que pagar es drástico. Este es el tema de la película.
-Cristiada se estrena en Italia el 15 de octubre, en un momento en que la persecución religiosa de los cristianos es un tema de gran actualidad.
-Esta película es universal y aunque no era su fin específico, ilumina todos los casos de persecución. Habla de México, pero luchar por los propios derechos es un concepto válido en cualquier latitud. La libertad religiosa, como la de palabra, es un derecho fundamental y nosotros somos afortunados de poder gozar de dicha libertad. Hoy no deberíamos tomar a la ligera estas libertades, porque hay muchos países en el mundo que las suprimen.
-¿Habla de su tierra natal?
-Yo vengo de Cuba y la mia es una familia de exiliados. Cuando pienso en mi país, que vive bajo un régimen y no goza de ninguna libertad, siento un gran dolor y una inmensa tristeza. En mi corazón hay siempre una herida, mi vínculo espiritual con Cuba no podrá romperse jamás porque conozco bien el sufrimiento de mi gente desde hace cincuenta años. Espero y rezo para que pronto o tarde pueda ser libre.
-¿Es difícil elegir actuar en una película como Cristiada? Actualmente los católicos no están muy bien vistos: ¿no se corre el riesgo de que le etiqueten en Hollywood?
-Para mí no es nada complicado vivir siendo yo mismo. He tenido una vida bendecida y no lo encuentro en absoluto difícil. Sobre todo cuando pienso en la gente de mi tierra natal, me doy cuenta de que mi vida es un don y soy consciente de ello en cada instante. Ser un exiliado forma parte de mi existencia, como también el catolicismo, la religión en la que he crecido. Y para mí no es nada difícil ser católico en Hollywood, como en cualquier otra parte del mundo. Esto al menos es lo que pienso.
(Traducción de Helena Faccia Serrano, Alcalá de Henares)
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