Stanislao Dziwisz, secretario personal de Juan Pablo II, publica sus recuerdos: «Viví con un santo»
Muchos lo conocen como Juan Pablo “el grande”. Logró llevar su mensaje a los cinco continentes y fue uno de los grandes evangelizadores de la historia. Le vieron cientos de miles de personas, pero sólo un grupo de colaboradores trabajó con él día y noche. Ellos custodian todavía detalles hasta ahora desconocidos de su vida.
“Cada mañana miraba un atlas y elegía un país. A lo largo de ese día rezaba por esa nación y por ese pueblo. Lo llamaba la ´geografía de la oración´”, cuenta monseñor Paolo Ptasznik, de la secretaría de Estado del Vaticano. Tenía sólo 33 años cuando comenzó a trabajar con Juan Pablo II.
Aunque su principal colaborador fue el cardenal Stanislao Dziwisz. Fue secretario personal de Karol Wojtyla durante casi 40 años. Acaba de publicar junto a Gian Franco Svidercoschi Yo viví con un santo. “Lo que más me impacta de Juan Pablo II es su santidad diaria, es decir, que vivía su santidad cada día, bajo circunstancias normales”, apunta Svidercoschi.
Uno de los puntos clave de Juan Pablo II era su manera tan intensa de vivir los sacramentos, tanto en buenas como en malas circunstancias: “Él celebraba Misa todos los días. Incluso cuando estaba hospitalizado y no podía hacerlo por sí mismo, pedía a alguien más que concelebrara la Misa con él. La Eucaristía era una parte central de su vida y también es importante notar que se confesaba al menos una vez cada dos semanas”, evoca Ptrasznik.
Por su parte, el cardenal Camillo Ruini entiende que "Karol Wojtyla fue capaz de transmitir esperanza a los demás, era capaz de llegar al corazón de personas que no eran creyentes. Incluso a quienes habían abandonado la fe”.
A unos meses de la canonización de Juan Pablo II, que será el próximo 27 de abril, este libro aporta una perspectiva humana y privada sobre su vida, mostrando cómo impactó en la Iglesia católica y por eso mismo, en el mundo.
“Cada mañana miraba un atlas y elegía un país. A lo largo de ese día rezaba por esa nación y por ese pueblo. Lo llamaba la ´geografía de la oración´”, cuenta monseñor Paolo Ptasznik, de la secretaría de Estado del Vaticano. Tenía sólo 33 años cuando comenzó a trabajar con Juan Pablo II.
Aunque su principal colaborador fue el cardenal Stanislao Dziwisz. Fue secretario personal de Karol Wojtyla durante casi 40 años. Acaba de publicar junto a Gian Franco Svidercoschi Yo viví con un santo. “Lo que más me impacta de Juan Pablo II es su santidad diaria, es decir, que vivía su santidad cada día, bajo circunstancias normales”, apunta Svidercoschi.
Uno de los puntos clave de Juan Pablo II era su manera tan intensa de vivir los sacramentos, tanto en buenas como en malas circunstancias: “Él celebraba Misa todos los días. Incluso cuando estaba hospitalizado y no podía hacerlo por sí mismo, pedía a alguien más que concelebrara la Misa con él. La Eucaristía era una parte central de su vida y también es importante notar que se confesaba al menos una vez cada dos semanas”, evoca Ptrasznik.
Por su parte, el cardenal Camillo Ruini entiende que "Karol Wojtyla fue capaz de transmitir esperanza a los demás, era capaz de llegar al corazón de personas que no eran creyentes. Incluso a quienes habían abandonado la fe”.
A unos meses de la canonización de Juan Pablo II, que será el próximo 27 de abril, este libro aporta una perspectiva humana y privada sobre su vida, mostrando cómo impactó en la Iglesia católica y por eso mismo, en el mundo.
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