Se presentan sus Obras Completas
Francisco Canals Vidal, uno de los grandes pensadores católicos españoles del siglo XX
Catedrático de Metafísica y apóstol del Sagrado Corazón, no dudó en defender la fe a pie de calle ni en rebatir a Jordi Pujol desde «La Vanguardia».
Este jueves 30 de mayo, a las 20.00 horas, se presenta en la sede de la Schola Cordis Iesu en Madrid (Santa Engracia, 20) el primer volumen de las Obras Completas de Francisco Canals Vidal (1922-2009), catedrático de Metafísica en la Universidad de Barcelona y uno de los más grandes pensadores católicos del siglo XX español. Casado y padre de once hijos, concretó su vida apostólica en la Schola Cordis Iesu barcelonesa, y su vida política en el carlismo.
Al servicio del Reinado del Sagrado Corazón (Editorial Balmes), abre una serie que comprenderá doce tomos estructurados en torno a cuatro áreas que cubren la impresionante multiplicidad de temas que abordó en toda una vida de andadura intelectual: los escritos acerca del Sagrado Corazón, junto con los análisis históricos de la Iglesia y los comentarios del magisterio romano; los estudios teológicos, destacando la dedicación a la teología de la Historia y sus contribuciones a la teología de San José; la investigación filosófica, donde profundiza la teoría del conocimiento, la metafísica de la persona y la síntesis de Santo Tomás; y los trabajos de carácter histórico y político.
Sobre la importancia de la figura de Canals hemos hablado con Evaristo Palomar Maldonado, quien intervendrá en el acto junto a los sacerdotes Pablo Cervera, director de Magnificat, y Xavier Prevosti.
¿Por qué empezar con este tomo?
Fue un apóstol ferviente del Reinado del Sagrado Corazón de Jesús. A una vigorosa profundidad metafísica unía la piedad sencilla y tierna de quien se conoce hijo de Dios tiernamente amado.
¿En qué dirección espiritual?
Serán doce tomos: el primero se presenta este jueves en Madrid.
Vivía la filiación divina en el sentido evangélico de la infancia espiritual de Santa Teresita del Niño Jesús, donde reconocía, tras su padre espiritual y maestro, el padre Ramón Orlandis S.I., la plena devoción al Corazón de Jesús, Dios hecho carne de nuestra carne y que nos ama ahora desde el cielo con Corazón de carne.
¿Qué papel jugó el padre Orlandis en su vida?
El padre Orlandis, quien le ayudó en un momento de auténtica zozobra personal, ya le insistía en 1944 en que lo que Dios le había dado no era precisamente para hacerse “rico”. Canals entendió, vivió y comunicó que en los planes de la providencia la revelación de Dios se nos dio plenamente en Jesucristo, tal y como lo enseña y nos lo comunica la Iglesia. Y que Cristo, en cuanto Hombre, es el único y solo camino por el que somos salvos.
Y ¿por qué en concreto el Corazón de Jesús?
El mismo Dios ha querido manifestarnos de una manera del todo particular su amor para con nosotros mostrándonos su Corazón. De manera que de este Corazón, el Corazón de nuestro Dios, se nos comunican todos los bienes. De aquí que la devoción, tal y como la ha vivido el pueblo de Dios en el día y tal y como la ha bendecido y sancionado la Iglesia Jerárquica, vive en su realidad primera del carácter profético de Santa Margarita María Alacoque.
Pero con sentido histórico y político...
Es conveniente tener en cuenta dos aspectos cruciales. Uno, la pérdida de vida sobrenatural, alejamiento de los sacramentos, etc, en la sociedad cristiana. Otro, las sistematizaciones progresivas pseudofilosóficas y netamente anticristianas que, bajo el nominal “humanista”, han construido primero teóricamente y luego han realizado y realizan en el plano práctico, un sistema de “vida” social y político bajo el rechazo del don y cuya dinámica es el odio.
Las ideologías contra el cristianismo...
Los liberalismos, romanticismos, socialismos, nacionalismos han generado una desertización que ha resultado abrasiva para la vida humana y cristiana.
¿Es el Corazón de Jesús el remedio?
Esto quien lo vio en toda su profundidad y alcance fue el padre Enrique Ramière S.I. El Corazón del redentor es fuente y manantial de vida sobrenatural. También de toda restauración de vida social y política. Y como mostró a Constantino la Cruz en puente Milvio, ahora muestra lo que sostiene la misma cruz, que es su Corazón ardiente, que nos convoca al espíritu de consagración y reparación.
¿No es ir muy lejos, hasta Constantino?
Este sentido real de nuestra consagración, que abarca todos los órdenes de nuestra existencia, es lo que señala como tarea el mismo Concilio Vaticano II en la constitución dogmática Lumen Gentium.
¿Cómo se ha traducido en la práctica de la Iglesia?
Basta observar las celebraciones litúrgicas que se han ido introduciendo en nuestra edad contemporánea: la solemnidad del Sagrado Corazón, la solemnidad de Cristo Rey, la Divina Misericordia ya con el Beato Juan Pablo II...
Canals estuvo siempre en la arena de los grandes debates políticos. ¿Por qué?
Es, por ejemplo, el Canals que responde a Jordi Pujol con un espléndido artículo, “Cataluña desde la tradición”, en las mismas páginas de La Vanguardia. La responsabilidad ante iniciativas de tipo más político pienso que las consideraba en razón del pueblo cristiano. Cualquiera de nosotros, que vemos lo que vemos, y vuelva los ojos hacia décadas de hace 40, 50 ó 60 años, ha de reconocer que la situación de cosas presentes no tiene nada que ver con nuestra realidad española.
¿En qué sentido?
Es obvio que la Fe no preside nuestras costumbres, que Dios ha sido expulsado de nuestras leyes políticas, y que los ámbitos más inmediatos de intimidad y cordialidad humana, como lo son el matrimonio y la familia, están desarbolados en lo humano. La medida de nuestro desprecio por el hombre es la misma medida de nuestro desprecio por Dios.
¿Qué propuso Canals al principio de ese proceso?
A modo de ejemplo, Espíritu de Viladrau, que se publica en 1966, propone once consideraciones de cara a retomar el sentido y dinamismo de una efectiva política al servicio del bien común del pueblo español y que conectaba con el gran sentido religioso y patriótico de la época de la guerra.
También "se mojó" cuando debate constitucional...
Siendo todavía estudiante de Derecho en la Universidad Complutense, le propuse e intervino en los días inmediatamente anteriores al referéndum del texto de 1978 en una de aquellas aulas a modo de anfiteatro con lleno hasta la bandera. En aquellos años (los 70 y los 80) mantuvo una presencia constante en la prensa (Pamplona, Barcelona, Madrid), y son proverbiales sus escritos sobre la radical ilegitimidad y nulidad de pleno derecho de la que llaman “Constitución de 1978”, dado que las Cortes no eran en absoluto constituyentes.
¿Y en cuanto a la unidad católica de España?
Están sus intervenciones en defensa de la Unidad Católica como principio constitutivo de la nación española. La pérdida de la Unidad Católica explica desde luego nuestra desgracia presente de dimensiones sociales colosales. Es este un tema en el que Juan XXIII nos encomió, y sobre el que Pablo VI, en ocasión tan memorable como el XIX centenario de la predicación apostólica de San Pablo, nos urgió. Misteriosamente, ha resultado lo contrario. Conste que los mismos obispos españoles insistieron en este tema el 8 de diciembre de 1965.
¿Qué argumentaba Canals?
Una razón podríamos decir de tipo sociológico, muy plástica. Que el pueblo español era católico se manifestaba por los actos principales en la existencia de todo ser humano: el nacimiento, el matrimonio y la muerte. Y los tres tenían lugar en la Iglesia. Una confrontación con nuestro presente es sencillamente demoledora.
¿Entendía su compromiso católico como una encarnación?
La desencarnación encierra una negación implícita o explícita de la fe. A la postre, la fe vive de las obras. Es nuestra realidad humana la que ha sido asumida por Dios en Cristo, y lo ha sido plenamente. De donde nuestra fe, o bien se realiza en lo cotidiano de nuestra existencia, o bien, por razón de nuestra existencia de espaldas a la fe, no dejaríamos de ser una contradicción existencial. Una pura negación. En Canals no hay escisión alguna, y todo su compromiso cultural, social, político, sirve a la fe del pueblo de Dios. Opera según síntesis vital y existencial. Por esto mismo combatió denodadamente los maniqueísmos y las antítesis de base hegeliana.
¿Cuáles son sus grandes aportaciones filosóficas?
Sus contribuciones lo han sido en torno a Santo Tomás, en diálogo con cualquiera que haya dicho algo de suficiente entidad en el pensamiento. Por ejemplo, Canals insistía, desde Orlandis y tras Juan de Santo Tomás, en la condición locutiva de nuestro pensar. Es ésta una de sus aportaciones más antológicas, de las que hacen historia –en boca del profesor Prevosti-. Cuando vio la luz La esencia del conocimiento llovieron juicios laudatorios, que enfatizaban el alcance de la indagación… Colomer, Lobato… Rafael Gambra llegaría a escribir que dicho estudio pasaba por ser una de las contribuciones más determinantes de la filosofía española del siglo XX.
¿Por qué su preocupación por San José, a quien dedicó incluso una tesis doctoral?
Vivió la devoción josefina ya desde su casa paterna. El apostolado josefino fue extraordinario en la Cataluña del XIX y primera mitad del XX. ¿Una muestra? Desde luego, el templo de la Sagrada Familia de Barcelona. En su tesis, Canals sostiene que el título mesiánico de Jesús le viene por su padre, José de Nazareth. Paternidad real y plena bajo la que fue puesto el Mesías, junto a la maternidad de la Virgen María. El matrimonio de José y María no fue, pues, un a modo de cobertor, sino la dispensación divina en orden a la salvación del género humano.