Piensa en sus dos hijos adolescentes
Liam Neeson lamenta la saturación de sexo y su efecto en los jóvenes
La omnipresencia del sexo en los medios, los anuncios, «en todas partes», les confunde y le quita todo su misterio.
Norirlandés de 60 años y educado católicamente, Liam Neeson confiesa hallarse en proceso de búsqueda religiosa: "Estoy constantemente leyendo libros sobre Dios o la ausencia de Dios o el ateísmo", declaraba hace un año en una entrevista a The Sun donde confesó además haber considerado convertirse al islam tras valorar la "belleza" de las cinco llamadas diarias a la oración desde los minaretes que conoció rodando en Estambul.
Por otro lado, en alguna ocasión se ha dicho "orgulloso" de ser católico, ha recordado con emoción sus años como monaguillo ("un ritual maravilloso que nunca cambia de una misa a otra") y ha explicado el descubrimiento que fueron para él los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola. Y aunque su vida personal ha discurrido por cauces poco concordes con la fe, educa católicamente a sus hijos "porque deben echar algunas raíces en algún dogma". Se asegura de que recen sus oraciones y él mismo aprovecha para hacerlo cuando está cerca de una iglesia. Aunque alberga dudas y no quiere "una Única Iglesia Verdadera", sí les dice a sus hijos que "hubo un hombre llamado Jesucristo que era el Hijo de Dios".
En medio de ese atormentado mix intelectual, Liam Neeson ha reflexionado mucho tras la muerte de su mujer en accidente de esquí. Hace tres años Natasha Richardson se golpeó la cabeza practicando dicho deporte en Quebec, y él quedó al cargo de los dos hijos que habían tenido en quince años de matrimonio, Michael y Daniel.
Hipersexualzación = trivialización
Y pensando en ellos ha hecho ahora unas contundentes declaraciones a The Catholid Herald: "No me gustaría ser un chico hoy, porque estamos absolutamente inundado con tanta información sobre la sexualidad que nos llega de todas partes... los medios, los anuncios... en todas partes. Tiene que ser muy confuso para ellos", dijo pensando en sus chicos de 17 y 16 años.
Incluso afirma que esa hipersexualización "arruina las relaciones de amor": "Es un problema, porque si algo se convierte para ti en demasiado familiar, deja de ser sagrado para ser profano", y el sexo "es algo muy especial, misterioso y maravilloso". Y aplica su propia medicina al gremio de actores: "Somos odiosos por salir a escena y tratarlo a la ligera, porque el sexo merece más que eso. Los tiempos han cambiado desde que yo era niño, de eso no hay duda".
Quizá por esa preocupación por sus hijos en una edad crucial para ellos, Neeson está orientando su carrera en los últimos años de forma que puedan estar más tiempo juntos, e incluso rompió una incipiente relación para ello.
Por otro lado, en alguna ocasión se ha dicho "orgulloso" de ser católico, ha recordado con emoción sus años como monaguillo ("un ritual maravilloso que nunca cambia de una misa a otra") y ha explicado el descubrimiento que fueron para él los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola. Y aunque su vida personal ha discurrido por cauces poco concordes con la fe, educa católicamente a sus hijos "porque deben echar algunas raíces en algún dogma". Se asegura de que recen sus oraciones y él mismo aprovecha para hacerlo cuando está cerca de una iglesia. Aunque alberga dudas y no quiere "una Única Iglesia Verdadera", sí les dice a sus hijos que "hubo un hombre llamado Jesucristo que era el Hijo de Dios".
En medio de ese atormentado mix intelectual, Liam Neeson ha reflexionado mucho tras la muerte de su mujer en accidente de esquí. Hace tres años Natasha Richardson se golpeó la cabeza practicando dicho deporte en Quebec, y él quedó al cargo de los dos hijos que habían tenido en quince años de matrimonio, Michael y Daniel.
Hipersexualzación = trivialización
Y pensando en ellos ha hecho ahora unas contundentes declaraciones a The Catholid Herald: "No me gustaría ser un chico hoy, porque estamos absolutamente inundado con tanta información sobre la sexualidad que nos llega de todas partes... los medios, los anuncios... en todas partes. Tiene que ser muy confuso para ellos", dijo pensando en sus chicos de 17 y 16 años.
Incluso afirma que esa hipersexualización "arruina las relaciones de amor": "Es un problema, porque si algo se convierte para ti en demasiado familiar, deja de ser sagrado para ser profano", y el sexo "es algo muy especial, misterioso y maravilloso". Y aplica su propia medicina al gremio de actores: "Somos odiosos por salir a escena y tratarlo a la ligera, porque el sexo merece más que eso. Los tiempos han cambiado desde que yo era niño, de eso no hay duda".
Quizá por esa preocupación por sus hijos en una edad crucial para ellos, Neeson está orientando su carrera en los últimos años de forma que puedan estar más tiempo juntos, e incluso rompió una incipiente relación para ello.
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