Andy Warhol, ¿católico a pesar de pornógrafo?

Andy Warhol (1928-1987) es uno de los grandes creadores de iconos del siglo XX, y tanto su diseño de la lata de sopa Campell´s como su interpretación a colores del rostro de Marilyn Monroe forman parte de la cultura contemporánea.

Entre la transgresión y la devoción

Hay una parte de la vida de Warhol sobradamente conocida: homosexual declarado, artista transgresor que incurría en la pornografía o el sadismo en muchas de sus producciones, provocador de una sociedad todavía cristiana en una época -los años sesenta y setenta- donde la provocación progre resultaba muy rentable.

Pero hay otros aspectos de su personalidad, bien notorios para los conocedores de su biografía pero no tan divulgados, que están siendo objeto de un interesante debate entre diversos blogueros del portal religioso norteamericano Patheos.

Porque Warhol se confesó siempre católico del rito bizantino ruteno, iba a misa casi diariamente y, según Jane Dagget en su obra The religious art of Andy Warhol, confesó haber guardado el celibato durante toda su vida. Llevaba una cadena con un crucifijo al cuello, y jamás viajaba sin su misal y su rosario.

Y dedicó una serie de pinturas a variaciones sobre La Última Cena de Leonardo da Vinci donde, según Matthew J. Milliner en la revista conservadora First Things, destaca "la reiteración como una constante el gesto de Jesucristo en el momento de entregarse en sacrificio por amor".

Cuando murió, el párroco de la iglesia neoyorquina de San Vicente Ferrer afirmó que asistía al templo varias veces por semana, aunque se sentaba en los últimos bancos para no llamar la atención. Consideraba su religiosidad un asunto absolutamente privado, así que llegaba a media tarde, encendía una vela y rezaba durante quince minutos en una de las capillas laterales de la parroquia. Servía comidas, además, en un comedor social de la comunidad bizantina. Y el historiador británico del arte John Richardson dijo algo más en la elegía que le tributó a su muerte: "Tengo la certeza de que fue responsable al menos de una conversión. Y se sentía orgulloso de sufragar los estudios de su sobrino para ser sacerdote".

El valor del celibato hacia fuera o hacia dentro

¿Cómo se compaginan todos estos hechos con la intrínseca inmoralidad de buena parte de su obra, con el agravante de su amplísima difusión pública? Ése es el asunto que debaten los blogueros de Patheos.

"Alguien ´célibe´ que anima a otros a cometer pecados sexuales", afirma el contradictor de Warhol, "no puede presumir de célibe". Porque su defensor sostiene, sin embargo, que su celibato voluntario fue, si bien desde la contradicción con su arte, un tributo "a las enseñanzas de la Iglesia", que distinguen entre la tendencia homosexual y su ejercicio.

Terciando en la cuestión, Thomas L. McDonald considera que ambos, en su valoración general del personaje, "están diciendo lo mismo pero enfatizando diferentes cosas": "La historia de Warhol es considerablemente más compleja que que el ´¡Oh! ¡Un gay!´ que solemos ver en los medios. Es una corrección necesaria a la división bipolar entre la Iglesia mala que odia el sexo contra la maravillosa cultura de la libertad sexual. ´Libérate de las ataduras del dogma´, se nos dice: ´No tienes nada que perder, salvo las cadenas´. Y el respeto a uno mismo. Y tu alma. He aquí alguien (Warhol) que parecía aferrado a un conjunto de principios morales (y animaba a los demás a hacer lo mismo) al mismo tiempo que en su corazón se aferraba a unos principios morales superiores".