Una película emocionante, con testimonios reales que tocan el corazón
Juan Manuel Cotelo explica «El mayor regalo»: «Es divertida porque el perdón trae alegría y fiesta»
El 9 de noviembre se estrena oficialmente en cines El mayor regalo, la película de Juan Manuel Cotelo sobre el perdón, que combina humor, ficción y testimonios reales de perdón y superación que transforman el mundo. Asesinos que piden perdón, víctimas que abrazan a sus agresores, hombres que dicen "hice mal, y no debí hacerlo"...
Cotelo es bien conocido por el público cristiano por sus obras anteriores (La Última Cima, Tierra de María, Footprints y la serie Te Puede Pasar a Ti, todas ellas en Infinito+1), siempre alegres, siempre emocionantes. Explica a ReL todo lo que su nueva película puede dar.
- El mayor regalo es una película peculiar, que mezcla ficción y documental, drama y comedia...
- Como la vida misma. La situación más dramática puede presentarse con rasgos cómicos. Los romances, a veces, vienen acompañados de situaciones de peligro. Si aplicamos esa mezcla de emociones en una película de cine, el resultado puede ser estupendo, aunque haga sufrir un poco a los teóricos del arte.
- Hay un pueblo del Far West con personajes de ficción...
- Es Hateful Town: representa a nuestra sociedad incongruente. Nos quejamos con vehemencia de la violencia en las familias, de las guerras, del terrorismo... pero fomentamos todo eso con una demagogia que incrementa esa violencia. En Hateful Town tenemos muy buenos maestros del odio, disfrazados de defensores de la paz. Lograr objetivos buenos mediante caminos malos no funciona. Es urgente un cambio de plan para recuperar la paz perdida.
- Y vemos personajes reales, que han afrontado el dolor y el perdón...
- Son nuestros protagonistas, alejados de estereotipos. Sus superpoderes son sólo el amor, la paciencia, la fe, la generosidad... Tienen "armas de construcción masiva": la sonrisa, el silencio cuando han de callar, la palabra amable cuando han de hablar, las lágrimas, las oraciones... Nada de gritos, ni de quejas, ni de burlas, ni de ideologías envenenadas. Cualquiera de nosotros puede usar estas "armas" y constatar su eficacia inmediata. Pueden transformar nuestro entorno.
- Tim, Irene, Shane... ¿cómo nos afectan sus vidas?
- Tim Guénard fue tratado como un burro, a palos... aprendió a defenderse con coces y mordiscos... y hoy carga sobre sus espadas el dolor de otros, a los que consuela con amor. Él no alcanza a imaginar el bien que hizo a mi alma conocerle. Su dulzura es consuelo para muchos, en todo el mundo.
» Irene Villa y su madre, María Jesús, destacan por su sonrisa contagiosa, que lucieron en su rostro, incluso en los momentos de mayor sufrimiento, como puede verse en El Mayor Regalo. La regalan a todos, incluso a los que las insultan o critican... Hay que tener el corazón muy duro para no dejarse conquistar por esa sonrisa.
» Shane O´Doherty es un guerrero que venció a su peor enemigo: él mismo. Fue engañado por los intelectuales de la violencia, cuando era un adolescente. Y al descubrir su grave error, pidió perdón a sus víctimas, enfrentándose a la organización terrorista que le había lavado previamente el cerebro. Si antes fue un destructor de la convivencia, hoy es un constructor activo de la paz.
- Visitamos también historias de otros continentes, donde ha habido mucha violencia...
- En Colombia aprendí que un abrazo sincero es más fuerte que un fusil. La lucha de clases fue un terrible error ideológico... que sólo ha servido para incrementar la tristeza, pero no la justicia. Los héroes colombianos son las personas honestas que nunca han empuñado un arma y que han perdonado a sus enemigos, sin guardar deseos de venganza en su corazón.
» En México conocí a un hombre que se ganó a pulso el calificativo de "tonto", "idiota". Porque creyó en el poder de la oración a Dios, cuando todo el mundo le decía: "Rezar es inútil. Jamás recuperarás a tu esposa". Pues ahí está el resultado de su locura: su familia, que parecía rota para siempre, está más unida que nunca.
» Y, por último, en Ruanda me llené de esperanza. Primero aprendí que con la excusa de la libertad de expresión puede provocarse un odio tan grande, que acabe en un genocidio. Pero también aprendí que cualquier herida del corazón, por muy grave y profunda que sea, siempre tiene solución, si damos los pasos correctos y nos dejamos ayudar.
- Los "haters", promueven el odio; y los "forgivers", el perdón... ¿Cuáles son más abundantes?
- Un solo "hater" hace más ruido que un millón de "forgivers" juntos. Pero el mundo está lleno de personas que aman en silencio y que reconstruyen discretamente lo que el odio destruyó con tanto alboroto. Por desgracia, los medios de comunicación se encargan de agrandar el efecto de las noticias malas, hasta hacernos creer que ya no hay amor en la tierra. Pero esa percepción es falsa. Encuentro muchas manifestaciones de amor por todas partes. El amor merece más nuestra atención.
- ¿Qué espectador disfrutará con El mayor regalo?
- Para todos los públicos, menos para quien pueda decir: "yo no he de perdonar a nadie", "yo no tengo que pedir perdón a nadie". Salvo para esa persona realmente excepcional -que yo no conozco- es para el resto de seres humanos.
- Esta película trata del perdón... ¿puede llegar a ser divertida una película con ese tema?
- Es imposible hacer una película triste sobre el perdón. El perdón trae precisamente eso: felicidad, paz, alegría, fiesta. La parábola del hijo pródigo... ¿es triste o alegre? Al comienzo es triste, desde luego: un hijo que se va de casa, rechazando el amor de su padre para siempre. Pero al final, con el perdón que recibe, comienza una gran fiesta, con la mejor comida, la mejor bebida, regalos, música y baile.
» Esa alegría sólo es rechazada por los que tienen el corazón demasiado duro o la cabeza demasiado grande. Los que piensan demasiado, acaban frenados para celebrar la fiesta del perdón, como le sucedió al hermano del hijo pródigo. No comprenden que se celebre la reconciliación, se quedan atascados en el dolor pasado.
» Es una película alegre, bonita, divertida, ¡una fiesta! Seguramente alguien se quejará del humor, de la alegría, porque se sienta más cómodo con formatos serios, intelectuales, racionales. Pero yo no sabría hacer ninguna película que no tuviese buen humor. Aprendí de Chesterton que el humor es una delicada cortesía con el lector.
El rencor y la falta de perdón pueden ser un cepo que nos aprisiona y quita libertad
- ¿Qué has ganado o aprendido realizando esta película?
- El principal regalo que he recibido es más esperanza: la esperanza de que siempre puedo pedir perdón, siempre puedo ser perdonado. También da esperanza ver que nadie está definido para siempre por sus errores o pecados. Nadie "es" un mentiroso, aunque haya metido. Nadie "es" un asesino, aunque haya asesinado. Nuestra esencia no viene definida por nuestros errores o pecados. Creo que nuestra verdadera esencia es ser amados. El mayor regalo que he recibido por hacer esta película es re-descubrir cómo nos ama Dios y cómo hemos de amarnos unos a otros: como somos, con todas nuestras fragilidades y heridas. Si amas las heridas de los demás... amas de verdad. Y si sólo les amas cuando son perfectos, entonces es un amor de caducidad limitada, pronto dejarás de amar. Como dijo Séneca, "errare humanum est".