La universidad católica «es para ser revolucionarios y subversivos, no para innocuos o irrelevantes»
El papel de las universidades católicas también ha estado presente el congreso que se ha celebrado en la Universidad Francisco de Vitoria, en Madrid, con motivo de los 50 años de la revolución del mayo del 68. A esta temática en la recta final del congreso se le dedicó una mesa redonda en la que intervinieron Montserrat Gas Aixendri, en representación del Rector de la Universidad Internacional de Cataluña, Javier Gil Mur; José Manuel Pagán, Rector de la Universidad Católica de Valencia; Alfonso Bullón de Mendoza, presidente de la Asociación Católica de Propagandistas, y también gran canciller de las universidades del CEU; y Daniel Sada, Rector de la Universidad Francisco de Vitoria.
Monterrat Gas, de la Universidad Internacional de Catalunya
Montserrat Gas, profesora de Derecho en la UIC y responsable del Instituto de Estudios Superiores de la Familia en esta universidad, señaló que la revolución del 68 es un momento de inconformismo y ruptura con la moral burguesa y el autoritarismo, así como con la hipocresía de los planteamientos sociales. Los jóvenes tenían el “anhelo de ser protagonistas de la propia vida”. El problema es que la revolución “ha quedado en una libertad vacía y, por tanto, inútil”.
Ante la pregunta de qué pedir a la universidad, destacó que esta se sostiene sobre tres patas: investigación, docencia y trasferencia de conocimientos. Siendo “la fundamental la docencia: un lugar de encuentro de profesores y alumnos”. Ahora bien, “el papel del profesor es fundamental. Los alumnos necesitan modelos, no solo conocimientos. Los alumnos tienen que enganchar con los profesores y crear comunidad y no el individualismo: "Vienen buscando una buena vida y nosotros tenemos la obligación de darles las claves para una vida buena", ha señalado.
José Manuel Pagán, Rector de la Universidad Católica de Valencia
Por su parte, José Manuel Pagán, Rector de la Universidad Católica de Valencia, ha pedido que “no perdamos ni un minuto más de lo imprescindible en tareas burocráticas, porque el centro es el alumno que llama a la puerta de nuestro despacho”.
Recordando a san Juan Pablo II en su viaje a Santiago de Compostela parafraseó el “Europa, sé tú misma”, por universidad sé tú misma y “vuelve a las raíces de la universidad, que es lo que necesita la sociedad”.
Alfonso Bullón de Mendoza, presidente de la Asociación Católica de Propagandistas
Alfonso Bullón de Mendoza, del CEU, ha explicado la importancia de las Humanidades, porque “de poco sirve si alcanzamos la excelencia técnica y fracasamos en formar personas”. Recordó la herencia del CEU con el P. Angel Ayala y el Cardenal Herrera Oria a la hora de formar personas, y explicó la obligación de cursar asignaturas de humanidades en cualquier carrera de sus universidades, y la creación de diversos institutos sobre Historia, Familia y Democracia.
Ahora bien, también se preguntó si esto es suficiente. Y respondió que la universidad católica tiene que replantearse su papel y no estar de espaldas a la sociedad, y ser conscientes del potencial que tenemos: “Si hay I+D+I para lo técnico, también debe haber trasferencia de valores en nuestras universidades”.
Daniel Sada, Rector de la Universidad Francisco de Vitoria
Por último, Daniel Sada, Rector de la UFV, advirtió del peligro de ser “irrelevantes en la sociedad que nos está esperando”. Por ello pidió “saber qué espera Dios de nosotros con la responsabilidad de tener una institución de enseñanza superior”. Si la tenemos, señaló, “es para ser revolucionarios, subversivos, para estar en la frontera, no para ser innocuos o irrelevantes”.
Ahora bien, para poder hacer esto se necesitan dos cosas. Por un lado, “entender lo que significa para el alumno estar en la universidad: no es lo que aprende sino lo que le pasa en su vida. Algo tiene que pasar en nuestras vidas”. Y también que algo tiene que ocurrir “para que nos convirtamos en bombas difusoras del bien. Trasformadores de lo que nos rodea. Y lo único que trasforma es el Amor”.
En segundo lugar, indicó que la Universidad Francisco de Vitoria ha hecho una profunda reflexión de la mano del Papa Benedicto XVI. Tenemos que ver “el modo en que usamos la razón. Hemos repensado las ciencias, las carreras que enseñemos aquí, para tener una cosmovisión diferente a como se ve en otra universidad”.
María Lacalle, Vicerrectora de la Universidad Francisco de Vitoria
Ya en el acto de clausura, la Vicerrectora de la Universidad Francisco de Vitoria, María Lacalle, explicó que “tenemos trabajo con cosas hermosas que tenemos que decir al mundo”. E invitó a los asistentes, “el que quiera, sumarse a este proyecto”. Seguidamente Daniel Sada, volvió a tomar la palabra para explicar que lo que surja deberá estar vinculado “a lo que nos preocupa a todos: generar espacios en donde se puede hablar, y donde se no se criminalice la discrepancia”.
También señaló la importancia de “aprender la capacidad de escuchar y de ponerse en juego”; “saber generar hambre de algo que está en el corazón del hombre”; “tener alimento para dar”; y, finalmente, establecer “el compromiso de generar comunión entre personas y estructuras”.