Domingo, 22 de diciembre de 2024

Religión en Libertad

Muchos condones y retrovirales, poca educación y cambio

Edward Green, el especialista en sida que apoyó a Benedicto XVI, señala el retroceso en esta lucha

Edward Green, es epidemiólogo y antropólogo y cree que la clave contra el sida es cambiar los comportamientos... en África no bajan los contagios, sólo los muertos
Edward Green, es epidemiólogo y antropólogo y cree que la clave contra el sida es cambiar los comportamientos... en África no bajan los contagios, sólo los muertos

Benedetta Frigerio / Tempi.it

¿Seguir inundando África de preservativos y fármacos antiretrovirales? No es científico sostener que este es el mejor modo de combatir el SIDA en el continente.

Peor: es una ilusión que, paradójicamente, corre el riesgo de empeorar las cosas, favoreciendo la difusión del contagio por HIV.

Es la tesis del investigador estadounidense Edward Green, autoridad internacional en la materia, obstaculizado por "su" mundo progresista precisamente por haber defendido posiciones anticonformistas en lo que respecta a las campañas anti-SIDA.

Apoyó a Benedicto XVI con datos científicos
Green causó sensación en todo el mundo cuando, en 2009, proporcionó datos que demostraban la verdad de las palabras pronunciadas por el Papa Benedicto XVI precisamente en África: «El problema del SIDA no se resuelve con la distribución de preservativos que, al contrario, empeoran el problema».

[Llamó la atención su artículo el 29 de marzo de 2009 en The Washington Post "The Pope May Be Right" -El Papa podría estar en lo cierto-; ndReL]

Fue despedido por el Centro de Investigación para la prevención del SIDA de Harvard, que él mismo dirigía.

[Una nota de la Universidad en abril de 2009 declaró que se acabarían los fondos del proyecto en abril de 2010 y que no tenía relación con la postura de Green. NdReL]

Green sostuvo de nuevo con fuerza su postura en 2012, con una abundante aportación de datos científicos, en su libro Broken Promises (Promesas rotas, ndt) que denuncia la "traición" de los países en vía de desarrollo por parte del "establishment" del SIDA.

Ahora, con un artículo publicado en el "National Review" del 29 de agosto de 2014 vuelve al ataque junto a su colega Allison Rualk para responder a la intervención de Donald McNeil aparecida en el "New York Times" el 25 de agosto y titulado “Los progresos contra el SIDA en Sudáfrica están en peligro”.

¿Progresos en Sudáfrica? No hay progresos
Según McNeil, la disminución de las inversiones del gobierno estadounidense centrados en la difusión de los fármacos antiretrovirales estaría invirtiendo la tendencia positiva registrada en Sudáfrica por la lucha al SIDA.

Para Green y Rualk, en cambio, esto no sucederá sencillamente porque en África del Sur «no ha habido nunca progreso alguno» en la lucha contra la difusión del SIDA.

Los datos discutidos en la Conferencia de Sudáfrica del 2013 han demostrado más bien la disminución del índice de mortalidad por SIDA, no de su incidencia.

Pero «el éxito en los tratamientos médicos en Sudáfrica y, por lo tanto, la disminución de la tasa de mortalidad no deben ser confundidos con un éxito en la prevención», un equívoco demasiado difundido, «no sólo en Sudáfrica».

Hubo disminución antes de los retrovirales
Ante todo, la disminución del HIV en África después del pico a final de los años noventa, recuerdan Green y Rualk, es un fenómeno que se ha manifestado «antes que los antiretrovirales fueran ampliamente accesibles».

Y «la otra conclusión» del "New York Times" que hay que desmitificar porque no está sostenida por datos, continúan los dos estudiosos, es aquella según la cual «los preservativos son la causa, o están vinculados, a la disminución del índice de infección por HIV en Sudáfrica».

A este propósito, los investigadores recuerdan «el primer y mayor caso de éxito contra el SIDA» de toda África: Uganda, donde gracias al enfoque educativo basado en la abstinencia y la fidelidad «los índices de infección disminuyeron aún antes de que los preservativos estuvieran disponibles fuera de la capital Kampala».

Y si en cambio hoy «Uganda no está yendo tan bien», observan Green y Rualk, «probablemente es debido a la presión de los benefactores occidentales sobre sus gobernantes para que dejen de disuadir sobre los comportamientos que conllevan riesgo – principalmente las relaciones con distintas parejas — y confíen en cambio en los fármacos, los análisis y los preservativos».

Lo que funciona: reducir el número de parejas
Si el índice de difusión del virus en África se ha reducido es gracias a la “partner education”, es decir, a la reducción de las parejas sexuales, insisten Green y Rualk.

Y parece también «probable que la enseñanza y la exhortación procedentes de la base del país, especialmente de las iglesias y las mezquitas, hayan reforzado la reacción natural que ha llevado a las personas a prestar más atención al comportamiento sexual».

¿Tesis un poco fuertes para un intelectual progresista?

«Dicen que me he convertido en una persona religiosa – ha dicho Green en una entrevista a Lifesitenews.com – pero somos nosotros los que aportamos datos científicos. Ellos son presa de la ideología».

Si como sostiene el "New York Times", en Sudáfrica los progresos de la lucha contra el SIDA están en riesgo, la verdadera razón la muestran mejor las revelaciones sobre los comportamientos nacionales, de los cuales emerge que «en el último decenio ha aumentado el porcentaje de sudafricanos que tienen múltiples parejas sexuales (dos o más en el último año)».

Por lo tanto, parece ser que «paradójicamente el mayor acceso a los tratamientos médicos contra el SIDA de los últimos años podría haber traído una menor cautela en los comportamientos (…), haciendo pensar a las personas que el SIDA ya no coincide con una sentencia de muerte».

Cuando se pensaba en educar más que en medicar
Cuando Green fue miembro de 2003 a 2007 del Consejo Asesor del presidente para el HIV, - relata él mismo en el artículo firmado con el colega -, la totalidad de los 27 miembros acordaron con él que la estrategia de la difusión del preservativo y de los tratamientos médicos «había sido un sueño irrealizable».

Tanto que «incluso el entonces administrador delegado de la farmacéutica Pfizer, Hank McKinnell, escribió un libro junto al resto del Consejo asesor que planteaba la necesidad de promover cambios en el comportamiento sexual, de impulsar la circuncisión masculina (por lo menos en África) y de tomar otras medidas necesarias para la prevención del SIDA».

Sin embargo, desgraciadamente, los escasos fondos para los programas educativos asignados durante el gobierno Bush «han desaparecido durante la administración Obama».

(Traducción de Helena Faccia Serrano, Alcalá de Henares)
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