Confirmado: en el s.VI había en Barcelona 2 obispos, uno para católicos y otro para godos arrianos
La afencia Efe ha difundido la confirmación del hallazgo de restos de una basílica cristiana del s. VI bajo la iglesia barcelonesa de San Justo y Pastor, muy cerca de la Plaza de Sant Jaume, la Generalitat y el Ayuntamiento. Probablemente antes (es decir, debajo) de esta basílica había otro templo aún más antiguo que aún no se ha encontrado.
Hoy esta parroquia está la cuidado de la Comunidad de San Egidio y tiene su moderna web como tantas otras del siglo XXI (en http://basilicasantjust.cat/es/)... pero es un lugar donde los cristianos han rezado generación tras generación durante 1700 años (exceptuando algunos momentos de persecución, como en la Guerra Civil Española).
Los restos arqueológicos confirmarían que en el s.VI, bajo el gobierno de los reyes visigodos Gesaleico, Teudis y Teudiselo, había en Barcelona dos templos principales, cada uno con su propio obispo.
Los hispanorromanos eran católicos y rendían culto con su obispo donde hoy está San Justo y Pastor.
Por su parte, los godos, una aristocracia guerrera llegada con Ataúlfo (y su esposa romana Gala Placidia) a principios del siglo V, se habrían quedado la basílica original católica (donde hoy está la catedral) y la usaban como su iglesia principal para el culto arriano.
[Bajo estas líneas, un medallon del s. V que se suele decir que representa a Valentiniano, Honoria y, a la derecha, su madre Gala Placidia -su padre no era el godo Ataulfo, sino el romano Constancio-; aunque hay autores que lo cuestionan, pero nos da una idea de como podría ser una familia romana cristiana del siglo V].
En el año 467 fue depuesto el último emperador de Roma, Rómulo Augústulo, y nadie discutía el control godo de la Península.
Los arrianos se autoconsideraban cristianos, usaban la Biblia y tenían liturgias de apariencia cristiana, pero de forma similar a los mormones y Testigos de Jehová actuales negaban que Jesucristo, el Hijo de Dios, fuese Dios, y consideraban que se trataba simplemente de una criatura, creada por el Padre, como una especie de ángel muy exaltado o poderoso (pero sólo eso, una criatura), antes de la Creación de las cosas materiales.
Por el contrario, la fe cristiana siempre insistió en que Jesús era verdadero Dios y verdadero Hombre (por eso Tomás el Apóstol, cuando ve a Jesús Resucitado, le proclama "mi Señor y mi Dios", en Juan 20:24-29). En cuanto los cristianos se libraron de las persecuciones y pudieron organizar un concilio (el primero, el de Nicea del 325 d.C), lo primero que hicieron fue condenar el arrianismo, y más adelante usaron la fórmula del llamado credo de San Atanasio por su rotundidad:
"Dios es el Padre, Dios es el Hijo, Dios es también el Espíritu Santo; y, sin embargo, no son tres dioses, sino un solo Dios; así, Señor es el Padre, Señor es el Hijo, Señor es también el Espíritu Santo; y, sin embargo, no son tres Señores, sino un solo Señor; porque así como por la cristiana verdad somos compelidos a confesar como Dios y Señor a cada persona en particular; así la religión católica nos prohíbe decir tres dioses y señores. El Padre, por nadie fue hecho ni creado ni engendrado. El Hijo fue por solo el Padre, no hecho ni creado, sino engendrado. El Espíritu Santo, del Padre y del Hijo, no fue hecho ni creado, sino que procede".
Con todo, pese a las condenas eclesiales en el ámbito romano, entre los pueblos germánicos se extendió el arrianismo. Los visigodos lo mantuvieron en Hispania como un signo más para diferenciarse de sus vasallos hispanorromanos, hasta que el rey Recaredo I se convirtió al catolicismo en el año 587.
De hecho, el fin del arrianismo visigodo llegó dos años después, en el III Concilio de Toledo (en 589), al que acudieron 72 obispos, muchos de ellos arrianos. De algunas diócesis (como Tortosa) venían dos obispos, uno católico y otro arriano. De Barcelona vino sólo un obispo arriano. Había obispos de la región narbonense, del sur de Francia, perteneciente a los visigodos. Pero faltaban los de la costa del sur de España, dependientes del Imperio Bizantino. Los obispos arrianos del noroeste peninsular eran suevos, no visigodos. Pero en este concilio, suevos y godos renunciaron al arrianismo y adoptaron la fe católica para toda la península: fue una semilla de unidad rotunda.
Con ese concilio se acabó la división de dos pueblos que rezaban en dos iglesias distintas... precisamente la división que ejemplifican los hallazgos en San Justo y Pastor, cuando Barcelona era la capital de los reyes Gesaleico y Teudis, que la favorecían por sus buenas murallas y su cercanía a sus dominios de la región narbonense (la Provenza francesa).
Por lo general, los godos dejaron tranquilos a los hispanorromanos con su clero y su fe católica: bajo el obispado de Nebridio, en el año 540, Barcelona incluso acogió un concilio católico de la región tarraconense, probablemente en el templo donde hoy está Justo y Pastor. Sólo a finales de siglo, Leovigildo, el padre de Recaredo, persiguió con saña a los católicos.
Los arqueólogos han hallado en el subsuelo San Justo y Pastor parte del ábside de la basílica del siglo VI, y unas estructuras de la nave de la basílica.
La arqueóloga Julia Beltrán de Heredia ha explicado que una de esas estructuras "se trataría de una cripta (´confessio´) seguramente de carácter funerario, destinado a acoger la tumba de uno o varios personajes destacados vinculado a la comunidad cristiana del momento". El hallazgo, explica la nota de agencia Efe, permite a los expertos comenzar a dibujar la planta del templo, que se situaría en sentido transversal a la actual iglesia gótica. Probablemente era "un edificio triabsidal", del cual se conservarían solo los dos ábsides extremos, pero no el central, "afectado por las parcelaciones del suelo que se acometieron en el siglo XVIII".
Los trabajos arqueológicos ya alumbraron en 2011 una columna y el arranque de un muro absidal y en 2012 parte de una piscina bautismal con planta en forma de cruz, ambos datados en el siglo VI, que junto con los restos hallados ahora confirman, en palabras de Beltrán, "la existencia de un segundo grupo episcopal, de carácter cristiano".
Julia Beltrán recuerda que "el siglo VI es potente para Barcelona, pues Barcino fue escogida como Sede Regia por los reyes visigodos Gesaleico, Teudis y Teudiselo y se sabe que había una buena convivencia de los recién llegados arrianos con la población local católica".
En la última campaña arqueológica en Justo y Pastor, en medio del ábside, se ha encontrado un elemento singular, "una pequeña ventana (´fenestella confessionis´) desde la cual los fieles podían mirar el interior de la cripta soterrada y orar, si bien también podría ser un espacio para guardar reliquias veneradas.
Esta ´fenestella confessionis´, situada al pie del suelo, cumpliría además la función de iluminar mínimamente el interior y su forma de aspillera es similar a las ventanas que se pueden ver en el Palacio Episcopal de Barcelona o en el edificio cruciforme de la Prisión de San Vicente (Valencia), ambos levantados en el siglo VI, ha subrayado Beltrán. Otra actuación arqueológica cerca de la cabecera de la iglesia gótica ha permitido identificar una secuencia de dos pavimentos tardoantiguos (´opus signinum´) y cuatro alto-medievales (mortero de cal).
El equipo arqueológico que dirige Beltrán plantea la hipótesis de que cuando los visigodos se instalaron en la ciudad "ocuparon" el núcleo episcopal que había bajo la catedral actual y que los católicos fueron "desplazados" a San Justo y Pastor, donde "probablemente había una primera iglesia de la que aún no tenemos constancia arqueológica", ha dicho la arqueóloga.
Hoy esta parroquia está la cuidado de la Comunidad de San Egidio y tiene su moderna web como tantas otras del siglo XXI (en http://basilicasantjust.cat/es/)... pero es un lugar donde los cristianos han rezado generación tras generación durante 1700 años (exceptuando algunos momentos de persecución, como en la Guerra Civil Española).
Los restos arqueológicos confirmarían que en el s.VI, bajo el gobierno de los reyes visigodos Gesaleico, Teudis y Teudiselo, había en Barcelona dos templos principales, cada uno con su propio obispo.
Los hispanorromanos eran católicos y rendían culto con su obispo donde hoy está San Justo y Pastor.
Por su parte, los godos, una aristocracia guerrera llegada con Ataúlfo (y su esposa romana Gala Placidia) a principios del siglo V, se habrían quedado la basílica original católica (donde hoy está la catedral) y la usaban como su iglesia principal para el culto arriano.
[Bajo estas líneas, un medallon del s. V que se suele decir que representa a Valentiniano, Honoria y, a la derecha, su madre Gala Placidia -su padre no era el godo Ataulfo, sino el romano Constancio-; aunque hay autores que lo cuestionan, pero nos da una idea de como podría ser una familia romana cristiana del siglo V].
En el año 467 fue depuesto el último emperador de Roma, Rómulo Augústulo, y nadie discutía el control godo de la Península.
Los arrianos se autoconsideraban cristianos, usaban la Biblia y tenían liturgias de apariencia cristiana, pero de forma similar a los mormones y Testigos de Jehová actuales negaban que Jesucristo, el Hijo de Dios, fuese Dios, y consideraban que se trataba simplemente de una criatura, creada por el Padre, como una especie de ángel muy exaltado o poderoso (pero sólo eso, una criatura), antes de la Creación de las cosas materiales.
Por el contrario, la fe cristiana siempre insistió en que Jesús era verdadero Dios y verdadero Hombre (por eso Tomás el Apóstol, cuando ve a Jesús Resucitado, le proclama "mi Señor y mi Dios", en Juan 20:24-29). En cuanto los cristianos se libraron de las persecuciones y pudieron organizar un concilio (el primero, el de Nicea del 325 d.C), lo primero que hicieron fue condenar el arrianismo, y más adelante usaron la fórmula del llamado credo de San Atanasio por su rotundidad:
"Dios es el Padre, Dios es el Hijo, Dios es también el Espíritu Santo; y, sin embargo, no son tres dioses, sino un solo Dios; así, Señor es el Padre, Señor es el Hijo, Señor es también el Espíritu Santo; y, sin embargo, no son tres Señores, sino un solo Señor; porque así como por la cristiana verdad somos compelidos a confesar como Dios y Señor a cada persona en particular; así la religión católica nos prohíbe decir tres dioses y señores. El Padre, por nadie fue hecho ni creado ni engendrado. El Hijo fue por solo el Padre, no hecho ni creado, sino engendrado. El Espíritu Santo, del Padre y del Hijo, no fue hecho ni creado, sino que procede".
Con todo, pese a las condenas eclesiales en el ámbito romano, entre los pueblos germánicos se extendió el arrianismo. Los visigodos lo mantuvieron en Hispania como un signo más para diferenciarse de sus vasallos hispanorromanos, hasta que el rey Recaredo I se convirtió al catolicismo en el año 587.
De hecho, el fin del arrianismo visigodo llegó dos años después, en el III Concilio de Toledo (en 589), al que acudieron 72 obispos, muchos de ellos arrianos. De algunas diócesis (como Tortosa) venían dos obispos, uno católico y otro arriano. De Barcelona vino sólo un obispo arriano. Había obispos de la región narbonense, del sur de Francia, perteneciente a los visigodos. Pero faltaban los de la costa del sur de España, dependientes del Imperio Bizantino. Los obispos arrianos del noroeste peninsular eran suevos, no visigodos. Pero en este concilio, suevos y godos renunciaron al arrianismo y adoptaron la fe católica para toda la península: fue una semilla de unidad rotunda.
Con ese concilio se acabó la división de dos pueblos que rezaban en dos iglesias distintas... precisamente la división que ejemplifican los hallazgos en San Justo y Pastor, cuando Barcelona era la capital de los reyes Gesaleico y Teudis, que la favorecían por sus buenas murallas y su cercanía a sus dominios de la región narbonense (la Provenza francesa).
Por lo general, los godos dejaron tranquilos a los hispanorromanos con su clero y su fe católica: bajo el obispado de Nebridio, en el año 540, Barcelona incluso acogió un concilio católico de la región tarraconense, probablemente en el templo donde hoy está Justo y Pastor. Sólo a finales de siglo, Leovigildo, el padre de Recaredo, persiguió con saña a los católicos.
Los arqueólogos han hallado en el subsuelo San Justo y Pastor parte del ábside de la basílica del siglo VI, y unas estructuras de la nave de la basílica.
La arqueóloga Julia Beltrán de Heredia ha explicado que una de esas estructuras "se trataría de una cripta (´confessio´) seguramente de carácter funerario, destinado a acoger la tumba de uno o varios personajes destacados vinculado a la comunidad cristiana del momento". El hallazgo, explica la nota de agencia Efe, permite a los expertos comenzar a dibujar la planta del templo, que se situaría en sentido transversal a la actual iglesia gótica. Probablemente era "un edificio triabsidal", del cual se conservarían solo los dos ábsides extremos, pero no el central, "afectado por las parcelaciones del suelo que se acometieron en el siglo XVIII".
Los trabajos arqueológicos ya alumbraron en 2011 una columna y el arranque de un muro absidal y en 2012 parte de una piscina bautismal con planta en forma de cruz, ambos datados en el siglo VI, que junto con los restos hallados ahora confirman, en palabras de Beltrán, "la existencia de un segundo grupo episcopal, de carácter cristiano".
Julia Beltrán recuerda que "el siglo VI es potente para Barcelona, pues Barcino fue escogida como Sede Regia por los reyes visigodos Gesaleico, Teudis y Teudiselo y se sabe que había una buena convivencia de los recién llegados arrianos con la población local católica".
En la última campaña arqueológica en Justo y Pastor, en medio del ábside, se ha encontrado un elemento singular, "una pequeña ventana (´fenestella confessionis´) desde la cual los fieles podían mirar el interior de la cripta soterrada y orar, si bien también podría ser un espacio para guardar reliquias veneradas.
Esta ´fenestella confessionis´, situada al pie del suelo, cumpliría además la función de iluminar mínimamente el interior y su forma de aspillera es similar a las ventanas que se pueden ver en el Palacio Episcopal de Barcelona o en el edificio cruciforme de la Prisión de San Vicente (Valencia), ambos levantados en el siglo VI, ha subrayado Beltrán. Otra actuación arqueológica cerca de la cabecera de la iglesia gótica ha permitido identificar una secuencia de dos pavimentos tardoantiguos (´opus signinum´) y cuatro alto-medievales (mortero de cal).
El equipo arqueológico que dirige Beltrán plantea la hipótesis de que cuando los visigodos se instalaron en la ciudad "ocuparon" el núcleo episcopal que había bajo la catedral actual y que los católicos fueron "desplazados" a San Justo y Pastor, donde "probablemente había una primera iglesia de la que aún no tenemos constancia arqueológica", ha dicho la arqueóloga.
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