El 25 de marzo, Día de la Encarnación o la Anunciación, cuando la Iglesia celebra que Dios se hace hombre -cigoto, embrión, feto- en el seno de la Virgen María, muchos países celebran la fiesta civil del Día del Niño por Nacer, que es ocasión para muchas actividades y reivindicaciones provida.
La Iglesia española celebra la Jornada por la Vida, proponiendo algunas oraciones y un texto que firman los obispos de la subcomisión para la Familia y la Defensa de la Vida (José Mazuelos Pérez, obispo de Canarias, que además estudió Medicina; Juan Antonio Reig Pla, obispo de Alcalá; Ángel Pérez Pueyo, obispo de Barbastro; Santos Montoya Torres, obispo de Logroño y Francisco Gil Hellín, arzobispo emérito de Burgos).
Contexto en España
En España se están tramitando normativas especialmente contrarias al derecho a la vida: protocolos contra la objeción de conciencia a la eutanasia, el aborto y otras prácticas injustas; multas y sanciones a quien ofrezca información contra el aborto ante clínicas abortistas, o incluso a quienes se concentren a rezar ante ellas; la eutanasia se aprobó en 2021 y está transformando la definición misma de lo que es la medicina y el oficio médico y a nivel europeo el presidente francés Macron planteaba que el aborto debía verse como un "derecho" propio de Europa y un valor europeo, y no sólo una práctica despenalizada.
Lo que los obispos no mencionan
En este contexto, y habiendo convocada una gran concentración provida en Madrid el 27 de marzo (siempre hay una el fin de semana cercano al 25 de marzo) resulta curioso constatar que el documento de los obispos españoles no menciona ni una sola vez la palabra "aborto" ni tampoco "eutanasia".
El texto tampoco pide nada al Estado ni a las administraciones, no pide ayudas para embarazadas ni para familias. Tampoco pide mejorar cuidados paliativos, ni menciona la objeción de conciencia ni la profesión médica. Resulta curioso cuando preside la subcomisión el obispo Mazuelos, que es alguien que ha ejercido la medicina. En el texto tampoco encontramos la palabra "niño", aunque varias veces se habla de los hijos.
Lo que sí mencionan los obispos
El documento varias veces habla de defender "la vida" y dos veces pide a los cristianos trabajar por leyes justas.
"Acoger la vida humana es el comienzo de la salvación, porque supone acoger el primer don de Dios, fundamento de todos los dones de la salvación; de ahí el empeño de la Iglesia en defender el don de la vida humana desde su concepción hasta su muerte natural", proclama el texto.
Cada año el 25 de marzo los obispos españoles celebran la Jornada por la Vida - este es el cartel de 2022.
"Una auténtica sociedad progresista y humana está llamada a acoger y cuidar la vida, toda vida humana, especialmente la que se encuentra en una situación de mayor vulnerabilidad, como es el caso de los concebidos no nacidos o de los más enfermos o ancianos. Para ello, todo cristiano debe redescubrir la invitación que Dios nos hace a proteger la vida, defendiendo y promoviendo leyes justas", exhorta el documento de los obispos.
"Los cristianos debemos ser testigos del Evangelio de la vida, defendiendo el derecho fundamental a la vida con el propio ejemplo, promoviendo leyes justas que salvaguarden la vida y buscando educar a las generaciones más jóvenes como personas íntegras que construyan una sociedad verdaderamente humana", añade el texto.
El texto menciona -citando al Papa Francisco- el "invierno demográfico, que es otro aspecto que tiene mucho que ver con la acogida de la vida", recordando que el Papa "invitaba a los esposos a ser generosos en este sentido", también mediante la adopción.
También habla de educación sexual, de "la importancia de una correcta formación de la afectividad y la sexualidad, como elementos constitutivos del ser humano que definen su identidad (cf. CCE, nn. 2331-2336). En este sentido dice el papa Francisco en el número 280 de Amoris laetitia: «Es difícil pensar la educación sexual en una época en que la sexualidad tiende a banalizarse y a empobrecerse. Solo podría entenderse en el marco de una educación para el amor, para la donación mutua». Esta educación debe ayudar a que nuestros jóvenes comprendan cómo el varón y la mujer, en el marco de la unión matrimonial estable y plena, están llamados a colaborar con Dios en la transmisión de la vida humana, en su acogida, cuidado y educación".
Por último, el texto invita a aprender de la Virgen María y de la Sagrada Familia "a ser centinelas del Evangelio de la vida, defensores y testigos de esta Buena Noticia para el mundo y constructores de una sociedad verdaderamente humana, la «civilización del amor, el reino de Cristo en el mundo".
El texto completo de los obispos españoles para la Jornada de la Vida 2022 aquí en PDF.
Cartas dominicales de los obispos: Huelva, algo Madrid y el de Córdoba fuerte
Algunos obispos, en sus Cartas Dominicales este fin de semana, han hablado también de la defensa de la vida, en términos más concretos.
Santiago Gómez, el obispo de Huelva, sí habla en su carta dominical de "las personas que llegan al final de su vida, muchas veces en condiciones de vulnerabilidad extrema, y a las que las leyes dejan desprotegidas en cuanto a sus derechos. Estoy hablando de la eutanasia, que, cada vez más, a nivel mediático, se nos quiere presentar como un derecho”.
"La presente Jornada por la Vida en nuestra Diócesis quiere ser un grito a favor de la vida, de toda vida, desde el primer instante de su concepción hasta su muerte natural. También quiere ser una voz profética en una sociedad a la que en parte le rechina este mensaje. En esta ocasión, quiere ser un llamado a la responsabilidad de todos los miembros del Pueblo de Dios, para que se unan a esta voz de la Iglesia, tan urgente y necesaria en estos momentos. Lo haremos de una forma concreta, con la campaña de la firma del Testamento Vital. La Delegación de Familia y Vida de nuestra Diócesis lo promoverá, enviándolo a todas las parroquias. Desde aquí hago un ruego a los párrocos, a los todos los sacerdotes y diáconos, para que se le dé máxima difusión y se acoja con cariño esta iniciativa", promueve el obispo de Huelva.
El cardenal Osoro, en Madrid, habla de la defensa de la vida en general: "Hay que denunciar los estragos que se hacen a la vida: observemos a las víctimas en conflictos como la invasión de Ucrania o los que se viven en otros continentes, el terrorismo, las múltiples formas de violencia que se engendran en nuestras sociedades, el hambre, los abortos, la eutanasia… Todos son atentados contra la vida".
Pero el mensaje más firme en defensa de la vida este fin de semana es el del obispo Demetrio de Córdoba (por escrito y grabado en vídeo). "El aborto se ha generalizado como si de beber un vaso de agua se tratara. Y por este camino son cientos de miles, de millones de personas que son asesinadas en el seno materno, con la colaboración de una sociedad que no se inmuta, que se ha insensibilizado ante la muerte de los inocentes. No podemos callar ante este genocidio, busquemos las formas adecuadas para que quienes tienen problemas con un nuevo nacimiento encuentren otro regazo que pueda acunar ese niño, en lugar del cubo de basura de un paritorio", proclama.
Y, sobre la eutanasia: "La vida de los ancianos, de las personas terminales, de las que merecen cuidados paliativos y no los encuentran... La eutanasia no es solución, ni el suicidio asistido. La persona que está bien atendida no quiere morirse. Quien quiere morirse es porque ha sido descartada ya hace tiempo por quienes debieran cuidarla. Tenemos que revertir esa tendencia, saliendo al encuentro de quienes están solos, de quienes sufren situaciones irreversibles".
Casi todos los demás obispos españoles este fin de semana escriben de la guerra en Ucrania y la acogida a refugiados, de sinodalidad o de las lecturas de la misa del domingo.