Las asociaciones y los médicos provida de todo el mundo suelen decir que la clave del aborto está siempre en que se hace con opacidad y sin informar de verdad a la embarazada ni a la sociedad: ni de la realidad del feto, ni de su desarrollo, ni de las consecuencias del aborto, ni de cómo se hace...
La neonatóloga Kathryn Moseley, por ejemplo, suele señalar que en Internet se pueden ver todo tipo de operaciones reales pero no abortos. "Si me van a hacer una operación de cadera, puedo ir a YouTube o Google y ver una animación abierta de cómo es la cirugía real que va a tener lugar. Pero no puedes encontrar el aborto en ningún sitio. No lo puedes encontrar en Google". Esta opacidad es reveladora.
A raíz de la propuesta de Vox de más ecografías para embarazadas en Castilla y León, se han disparado dos tendencias contrarias en España: una es de políticos que piden más opacidad; otra, de científicos, que piden más ciencia y visibilidad.
Los socialistas anuncian más opacidad: sólo "lo imprescindible"
Este lunes 23 de enero, la portavoz socialista en el Senado, Eva Granados, anunció que el Senado añadiría enmiendas a la nueva ley del aborto, para "evitar que la solicitante sea destinataria de prácticas que pretendan alterar, ya sea para afianzar, revocar o para demorar, la formación de su voluntad sobre la interrupción o no de su embarazo, la comunicación de su decisión y la puesta en práctica de la misma, con la excepción de la información clínica imprescindible y pertinente".
Añadió que "las intervenciones diagnósticas y terapéuticas asociadas con la decisión y la práctica de la interrupción del embarazo deberán basarse, en todo caso, en la evidencia científica".
¿Cuál es esa "información clínica imprescindible y pertinente" y esa "evidencia científica"? ¿Quién lo decide? ¿Molesta a los abortistas que circule demasiada información sobre cómo somos los seres humanos en nuestra etapa prenatal?
De hecho, el Tribunal Supremo español recientemente confirmó (en septiembre de 2022) que la patronal del aborto ACAI hace publicidad engañosa del aborto, al no informar de los riesgos para la salud que conlleva esta práctica (léalo aquí).
Más de 500 médicos, incluyendo al menos 100 ginecólogos, han firmado ya un "Manifiesto de Médicos por el Latido Fetal" donde piden precisamente eso, que se dé información veraz sobre lo que es un aborto y el daño que causa al embrión y a la madre.
Ha difundido el manifiesto la Fundación +Vida. El texto lamenta que se «oculte el latido del embrión-feto de las mujeres embarazadas que deciden interrumpir voluntariamente su embarazo». Por ello, ha pedido que «se planteen mejoras en la información» previa a esta práctica, incluso con «imágenes que muestren que el embrión tiene latido».
El manifiesto, escrito por el ginecólogo José Ignacio Sánchez, deja claro que de lo que se trata es de «si eliminamos o no a un ser vivo que tiene corazón y que está latiendo».
El manifiesto da un dato legal a la luz de la ley actual, la de 2010 de Rodríguez Zapatero, y la de Autonomía del Paciente: «Es contrario a la Ley vigente ocultar, o impedir que se muestre, cuál es la verdad sobre la que se tiene que dar el consentimiento antes de ser realizada una interrupción legal del embarazo». «Si tiene cáncer de mama, el médico le explica los tratamientos, los efectos negativos de los mismos, etc. En el caso de un aborto debe ser igual», señala.
El texto señala que "durante años se ha tratado de vender que lo que se quitaba del cuerpo de la mujer al practicar un aborto era un coágulo o amasijo de células", pero "se debe considerar" que "el embrión o feto tiene latido".
Los 500 médicos firmantes (y van en aumento) denuncian la postura de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (hablan de "los órganos directivos de alguna sociedad médica") por intentar ocultar esta información. También denuncian que algunos intenten confundir a la sociedad pública diciendo que una ecografía con Doppler podría dañar potencialmente a un embrión.
El ginecólogo José Ignacio Sánchez detalla que «las ecografías no hacen daño, pero en caso de que se lo hiciesen a los dos minutos le van a hacer uno mayor porque van a acabar con su vida». En declaraciones este lunes en El Cascabel, en Trece TV, recuerda que "los médicos estamos obligados a explicar toda la información de lo que se le va a realizar a la paciente", y que "ahora mismo, con la ley en la mano, te pueden sancionar por no informar a la paciente".
Reproducimos completo el Manifiesto de Médicos por el Latido Fetal.
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Manifiesto de Médicos por el Latido Fetal
Durante años, nos han tratado de vender que lo que se quitaba del cuerpo de la mujer al practicar un aborto era un «coágulo» o «amasijo de células». Pero ahora resulta que ese ser tiene latido.
En realidad, este reciente descubrimiento que parecen haber realizado el mundo de la política y los medios no lo es tanto, pues ya era conocido desde hace muchos años por la embriología más elemental. Y no sólo eso, sino que es fácilmente constatable en los embriones de la especie humana a partir de su 3ª-4ª semana de vida, mediante la realización de una simple ecografía.
Pues bien, este importante hecho sin duda constituye una parte fundamental de las que se deben considerar a la hora de plantearse la denominada Interrupción Legal del Embarazo (ILE): el embrión-feto tiene latido.
La ley de autonomía del paciente (41/2002) recoge que “tienen derecho a conocer, con motivo de cualquier actuación en el ámbito de su salud, toda la información disponible sobre la misma» (artículo 4.1), «la información clínica forma parte de todas las actuaciones asistenciales, será verdadera» (artículo 4.2), y obliga al médico “no sólo a la correcta prestación de sus técnicas, sino al cumplimiento de los deberes de información» (artículo 2.6).
Recientemente un centro en donde se practican abortos ha sido condenado judicialmente por ocultar información sobre las consecuencias que éste puede ocasionar.
Por todo ello no deja de sorprenderme que, desde la mayoría de los organismos de la Administración, e incluso desde los órganos directivos de alguna Sociedad Médica, se esté tratando por todos los medios de ocultar este hecho (el embrión-feto tiene latido y es constatable mediante ecografía) a las personas que tienen que tomar la difícil decisión de si continuar o terminar con su embarazo.
Una decisión de gran trascendencia, irreversible, y para la que deberían, ética y legalmente, de disponer de toda la información. Claro que tal vez estas instituciones puede que consideren que las mujeres no están suficientemente capacitadas para gestionarla adecuadamente, y que por tanto deben ser tuteladas.
Tomar la decisión de si abortar o no, es algo que no se pueda hacer a la ligera, pues tiene consecuencias obvias para la vida del embrión-feto, y también para la de su madre.
Si la ILE es algo digno de ser promocionado, como parece deducirse de algunas declaraciones oídas estos días, pues adelante, a ver si este año hay más que el pasado.
Pero si lo que sabemos es que realmente es un drama, habrá que plantearse qué hacemos para disminuir el número de dramas.
Así, y de forma parecida a como se llevado a cabo, con gran éxito por cierto, en otros escenarios como son las muertes por accidentes de tráfico, o por consumo de tabaco, parece adecuado que, junto con medidas de apoyo social, laboral o, económico, se planteen mejoras en la información (también con imágenes que muestren la realidad de lo que estamos hablando – el embrión tiene latido cardíaco).
Y en todo caso, lo que no puede hacerse es confundir a la opinión pública alertando sobre los daños potenciales que le puede producir a un embrión, en peligro inminente de ser eliminado, la comprobación mediante una ecografía Doppler de que su corazón está latiendo.
Dr. José Ignacio Sánchez Méndez, ginecólogo
Quien sea médico y quiera adherirse puede hacerlo en este link.