El año 2019 cerrará con un récord de presencia del aborto en películas y series de televisión, en general en un contexto favorable o tendente a su normalización. No se trata de una casualidad o de una consecuencia de la propia normalización del aborto en la sociedad, sino de un incremento reactivo al lento viraje de la opinión pública estadounidense a favor de la vida.
Así se desprende de la información recogida por un portal sobre "salud reproductiva" de la Universidad de California en San Francisco, Ansirh [Advancing New Standards in Reproductive Health], que incluye una base de datos sobre presencia del aborto en la pequeña y gran pantalla. En la base se recogen todas aquellas producciones "en las que un personaje aborta o desvela que abortó en el pasado", pero no aquellas en las que se trató de un mero propósito no verificado, ya fuese por un cambio de opinión, o por que antes del aborto provocado tuvo lugar un aborto espontáneo.
Aunque el tenor del portal es proabortista, la base de datos recoge también series y películas provida.
Así, yéndonos a los extremos del periodo considerado -toda la historia del cine-, figuran en ella desde ¿Dónde están mis hijos?, interpretada en 1916 por Tyrone Power Sr (padre del mítico protagonista de El cisne negro y abuelo de la cantante Romina Power) y en las que un hombre descubre que su esposa ha estado matando sistemáticamente a sus hijos antes de nacer, a Unplanned, el triunfante biopic sobre Abby Johnson actualmente en cartelera.
Los datos recogidos no ofrecen duda: el aborto en Hollywood es residual hasta principios de los años 60 (veinte apariciones entre 1916 y 1961), empieza a despuntar desde entonces y hasta los años 80, y a partir de entonces su presencia en las diferentes producciones se va disparando: crece un 87,5% de los 80 a los 90, un 71,7% de los 90 a la primera década del siglo XXI, y un 105,1% en esta década, a la que faltan aún cinco meses y medio por terminar.
Datos: ANSIRH. Elaboración: ReL.
Pero incluso dentro de la actual década el incremento es notable: de las 62 presencias en los cinco primeros años a las 100 en la segunda mitad del decenio hay un crecimiento del 61,3%.
Coincide con las cifras recogidas por Gallup sobre el cambio de opinión sobre el aborto en Estados Unidos. A finales de la década pasada las personas que se identifican como provida [pro-life] superaron por primera vez a los que se identifican como pro-aborto [pro-choice], sin que a partir de entonces haya una mayoría clara.
Fuente: Gallup.
Hay que tener en cuenta además que el aborto sin restricciones, que es la situación legal en Estados Unidos a raíz de la sentencia Roe vs Wade de 1973, ha sido siempre ampliamente minoritaria en el país, y responde solo a la capacidad de presión de las élites intelectuales y mediáticas de izquierdas y de la industria del aborto, que financia activamente el Partido Demócrata. En efecto, los partidarios de restringir el aborto en todos los casos, más los partidarios de permitirlo solo en algunos casos, han sumado siempre en torno al 70% de la población.
En 2019, solo un 25% de los estadounidenses comparte la actual regulación legal del aborto, de permitirlo en todos los casos y momentos. Un 21% es totalmente contrario, y un 53% es partidario solo en algunos casos. Fuente: Gallup.
A lo largo de la última década, esa mayoría social ha ido poco a poco imponiéndose e introduciendo en numerosos estados leyes provida eficaces, hasta llegar al triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2016, cuando en el último debate forzó a Hillary Clinton (generosamente financiada por Planned Parenthood) proclamarse partidaria del aborto hasta el mismo momento del nacimiento), algo profundamente impopular en Estados Unidos, más ahora, cuando es posible conocer a través de la red la extrema crueldad de ese acto.
Desde su llegada a la Casa Blanca, Trump ha cortado la financiación pública federal del aborto, ha impulsado políticas provida y ha nombrado dos jueces provida para el Tribunal Supremo, Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh, preparando lo que en un futuro podría ser una reversión de Roe vs Wade.
La industria del cine y la televisión ha reaccionado multiplicando la presencia del aborto en series y películas para normalizarlo en la opinión pública. La gráfica del último decenio es inequívoca:
Datos: ANSIRH. Elaboración: ReL.
El dato de 2019 es una proyección de las 18 presencias del aborto en lo que va de año por las 15 del año pasado. Según declaró a The New York Times una de las responsables de la base de datos, Gretchen Sisson, "definitivamente estamos viendo más escenas del tipo 'Estoy embarazada, no quiero estarlo, voy a abortar', y va a crecer en 2019", donde ya contabiliza 21 referencias a abortar sin sentimiento de culpa, "algo que habría sido impensable hace una década".
Y no sucede por casualidad: "Cuanto más normalicemos el aborto, especialmente ahora, mejor", afirma Lindy West, una de las creadoras de la comedia Shrill, en uno de cuyos episodios la protagonista acude a un abortorio y mata a su hijo. "El aborto es super-común y super-normal y la gente lo está haciendo continuamente y a la mayoría le lleva un minuto". Trivializar es la consigna: películas y series, el instrumento. "Especialmente ahora", toda una confesión.