Se calcula que de cada 10.000 niños que nacen, solo 10 tienen síndrome de Down, pero la estadística se amplía enormemente si son gemelos los que nacen con trisomía en el par 21. En España, un caso parecido y del que hablamos en Religión en Libertad es el de Mariana de Ugarte, que tuvo dos hijos seguidos con trisomía 21.
Sin embargo, el pasado 30 de noviembre, Live Action pudo hacerse eco de uno de esos casos que se cuentan por uno entre cerca de 2 millones. Se trata de las gemelas Kennadi Rue y Mckenli Ackerman, y tienen poco más de cinco meses de vida.
Las pequeñas son hijas de la tiktoker Savannah Combs. Tiene más de 25.000 seguidores en esta red social, y el vídeo de presentación de sus hijas las ha hecho mundialmente conocidas. De hecho, ya son más de 1,5 millones de personas las que han podido conocer su historia, y el contador parece no dejar de subir.
Gemelas con síndrome de Down, una probabilidad entre 2 millones
Sin embargo, más que por lo peculiar del caso, la de Kennadi, Mckenli y Savannah es una historia que destaca por la fe, el amor y el coraje de una madre y que nunca dudó de que “Dios sabía lo que estaba haciendo”.
“Es un caso muy raro. Son gemelas monocigóticas, lo que significa que tienen sus propios sacos amnióticos pero comparten la misma placenta, por lo que son idénticos”, explicó Savannah. “Y si le añades el síndrome de Down, la probabilidad es cerca de una entre 2 millones”, añade.
En el vídeo en el que presenta a las niñas, su madre afirmó que no sabía si vendrían con síndrome de Down, pero se negó a someterse a pruebas invasivas que pudiesen poner su vida en peligro. “Me hice análisis de sangre dos veces, pero no pudieron confirmar si los bebés tenían algún problema”, explicó.
Los médicos pensaron que la falta de respuesta en los análisis podía deberse a lo peculiar de su embarazo.
Las hijas gemelas de Savannah Combs son gemelas monocigóticas, exactamente iguales, con síndrome de Down. La posibilidad de que algo así suceda es de una entre dos millones, y su madre se negó a someterse a la amniocentesis para preservar su salud.
Las querría "viniesen como viniesen"
“Me dijeron que la única forma de averiguarlo era mediante la prueba de amniocentesis, pero opté por no hacérmela, porque podría causar un aborto espontáneo, y yo no quería perder a ninguno de mis bebés. Iba a quererlas viniesen como viniesen”, afirma.
La madre, que vive en Jacksonville (Florida, Estados Unidos), dio la bienvenida a sus “joyas preciosas” seis semanas antes de la fecha de parto. Las pequeñas Kennadi Rue y Mckenli Ackerman permanecieron en cuidados intensivos durante cuatro semanas.
Y sin embargo, no todos pensaban igual sobre las queridas hijas de Savannah. Recuerda uno de los comentaristas a un post de Facebook que afirmaba que nunca querría a esos bebés. “Si mis hijos salieran así, estarían preparados para ser adoptados”, escribieron.
Pese al miedo, siempre confió en Dios
Pese a todas las dificultades, Savannah siempre se mostró confiada, y respondió que “Dios sabía lo que estaba haciendo al dar estos bebés a los padres adecuados que los amarían de todos modos”.
“Son como nosotros”, respondió. “No las voy a tratar de manera diferente porque tengan síndrome de Down. Voy a hacerles saber que son como nosotros y que llegarán donde quieran siempre que se lo propongan”.
Esta valerosa actitud no significa que nunca tuviese dudas. Incluso ella misma se sorprendía ante su miedo de que todos los quisiesen en el momento de nacer, pero que no fuese así cuando creciesen.
“No sabía lo que siempre querré a mis bebés, y lo bendecida que soy de verlos crecer todos los días”, concluye. “Siempre podremos tener otro bebé que se considere `normal´, pero mis dos hijas son normales a mis ojos, y tienen una vida muy buena”.
De hecho, observa que como todos los niños, sus hijas “tienen sentimientos, un corazón que late, entienden y saben hacer lo que hacen los demás. Aprendí que estas niñas son pequeños seres felices”, dijo en una entrevista con News4Jax. “Puede que tarden más [en hacer lo que otros niños], pero lo lograrán. Son pequeñas luchadoras, y pequeñas criaturas felices”.
Breve reportaje sobre la historia de Savannah y sus dos hijas con síndrome de Down.