Un grupo de feministas arruinó lo que iba a ser una fiesta del fútbol femenino en Viena. Este sábado estaba programado el primer partido internacional de la flamante selección femenina del Vaticano, cuyo primer partido oficial tuvo lugar el pasado 26 de mayo.
Esta vez se trataba de un encuentro amistoso que iba a disputarse en el Simmering de la capital austriaca contra el Mariahilf, que conmemora su vigésimo aniversario. Todo pareció arrancar bien, con la bendición del campo en presencia del nuncio, el obispo español Pedro López Quintana.
Oración inicial conjunta de ambos equipos.
Pero al llegar los himnos nacionales y tocarse el del Vaticano, un grupo de feministas del público y algunas jugadoras austriacas levantaron sus camisetas mostrando el cuerpo pintado con dibujos y frases favorables al aborto, al tiempo que en las gradas se mostraban carteles "contra la homofobia".
Una feminista muestra a la prensa su manifiesto abortista: un útero anegado de sangre y el lema Mi cuerpo, mis reglas. Fotos: Martin Cargnelli / ORF.
A partir de ahí, según informa el canal ORF, los acontecimientos se sucedieron muy rápidamente. Un representante del equipo vaticano se acercó a la carpa donde se encontraba el nuncio y tras unas palabras que el medio califica como "emotivas", las jugadoras de ambos equipos fueron convocadas al centro del terreno de juego: las vaticanas se retiraban y no disputarían el partido, cuya cancelacion fue anunciada por megafonía a los presentes.
Las feministas habían preparado a conciencia el boicot: los banderines de córner eran del "orgullo gay".
Segun informa Vatican News, la protesta feminista "cogió de sorpresa a las jugadoras vaticanas, que habían acudido a una simple fiesta del deporte y les costó decidir, junto a sus directivos, no disputar el partido para no permitir la instrumentalización de un evento que habían preparado con alegría, por lo cual abandonaron con gran tristeza el terreno de juego".