El cardenal Marcello Semeraro, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, se ha reunido con el Papa Francisco este jueves por la mañana y ha confirmado la decisión de los cardenales y obispos de ese dicasterio a favor de declarar Doctor de la Iglesia a San Ireneo de Lyon, el gran teólogo del s.II, quien de muchacho fue discípulo de San Policarpo, que a su vez había sido discípulo de San Juan Evangelista.
Así, los cardenales y expertos apoyan al Papa en un proyecto sobre el que ya había expresado su intención: proclamar a San Ireneo como doctor de la Iglesia.
Dialogaba con neoplatónicos, arremetía contra los gnósticos
San Ireneo destacó por su capacidad de diálogo y de tender puentes con los filósofos neoplatónicos a la vez que arremetía con contundencia contra las sectas gnósticas, su gusto por el misterio y el hermetismo y los conocimientos supuestamente "ocultos y profundos".
Para los gnósticos, quien salvaba al hombre (o al menos a su alma, porque hablaban con desprecio del cuerpo) no era Dios, ni Cristo, ni llevar una vida virtuosa, sino tener acceso a un conocimiento secreto, sólo para elegidos, que aseguraba "poder" en esta vida y "perdurar y progresar" en la otra.
La gnosis era como la "Nueva Era" del siglo II. Los gnósticos sacaban dinero a los ricos ofreciéndoles cursos de supuesta "sabiduría" hermética y oculta. Los gurús del siglo II, como los de hoy, también aprovechaban a veces para obtener servicios sexuales de sus adeptos, presentándose como sanadores o espirituales.
A veces podían mencionar a Jesús como un maestro o espíritu más para obtener adeptos o simular acceso a su "sabiduría". Muchos -pero no todos- de los "evangelios apócrifos" de la Antigüedad, desde el siglo II, aunque mencionaran a Jesús o sus apóstoles, no los escribieron cristianos sino sectas gnósticas para vender sus propias doctrinas.
Ireneo denunciaba no solo sus doctrinas falsas sino sus prácticas sectarias y abusivas.
Si fuera proclamado Doctor de la Iglesia en 2023, coincidiría, por casualidad o providencia, con los 20 años del documento vaticano "Jesucristo, portador del agua viva", el más detallado y firme del Magisterio moderno sobre la tentación gnóstica y el New Age o Nueva Era.
En Francia han publicado ya un cómic sobre San Ireneo
Un hombre de Oriente que fue obispo en Occidente
En octubre de 2021, el Papa Francisco ya expresó su deseo de declarar a San Ireneo como Doctor de la Iglesia, e incluso darle el título de “Doctor Unitatis”. Lo declaró así ante miembros de un grupo de trabajo mixto, de ortodoxos y católicos, que se llama precismaente San Ireneo.
“Vino de Oriente y ejerció su ministerio episcopal en Occidente, fue un gran puente espiritual y teológico entre los cristianos de Oriente y Occidente”, recordó el Pontífice.
Ireneo probablemente nació hacia el año 125, en Asia Menor (actual Turquía; muchos consideran que en Esmirna). Recibió una educación erudita en Biblia, filosofía y literatura, a menudo menciona ejemplos de Homero.
Recuerda haber aprendido a los pies de San Policarpo, quien a su vez había sido discípulo de San Juan, el evangelista. Llegó a Lugdunum (Lyon, en Francia) como sacerdote y llegó a ser su obispo allí.
Frente a los gnósticos y sus inventos, defendía a la Iglesia, que es la misma en todo el mundo y transmite en todas partes la misma doctrina: "La Iglesia recibió esta predicación y esta fe, y, extendida por toda la tierra, con cuidado la custodia como si habitara en una sola familia. Conserva una misma fe, como si tuviese una sola alma y un solo corazón (Hech 4,32), y la predica, enseña y transmite con una misma voz, como si no tuviese sino una sola boca. Ciertamente son diversas las lenguas, según las diversas regiones, pero la fuerza de la Tradición es una y la misma. Las iglesias de la Germania no creen de manera diversa ni transmiten otra doctrina diferente de la que predican las de Iberia o de los celtas, o las del Oriente, como las de Egipto o Libia, así como tampoco de las iglesias constituidas en el centro del mundo".
Suavidad con los montanistas
En época de la persecución de Marco Aurelio, Ireneo visitó al Papa Eleuterio en Roma como embajador de los que pedían al Papa tratar con suavidad a los montanistas de Frigia. (Los montanistas eran cristianos parecidos a carismáticos extremistas: veían profecías, milagros y el fin del mundo por doquier y provocaban persecuciones anunciando desgracias o autodenunciándose a las autoridades). Al volver de Roma, empezó su servicio como obispo de Lyon.
Muchos de sus libros se han perdido, pero se ha conservado por completo su contundente tratado contra los gnósticos en latín (Adversus Haereses, es decir, Contra los Herejes). Describía sus doctrinas sobre pléromas, ogdóadas, eones y demiurgos y las refutaba, señalando sus absurdos.
No le faltaba el humor y la ironía y el sentido de lo concreto. "Ellos [los gnósticos] y a mi juicio con toda razón, no quieren enseñar abiertamente a todos, sino sólo a quienes pueden pagar bien por tales misterios. Pues estas cosas no se parecen a aquéllas de las que dijo el Señor: «Dad gratis lo que gratis habéis recibido» (Mt 10,8); porque estos son misterios abstrusos, portentosos y profundos elaborados con gran trabajo para aquellos a quienes les encanta ser engañados", escribía.
En fechas posteriores se descubrió en una versión en armenio su libro "Exposición de la predicación apostólica", quizá el catecismo más antiguo que conservamos.
Siempre se sospechó que murió martir, hacia el año 200, pero no hay tradición que lo describa con firmeza. Fue enterrado con otros mártires en una cripta en Lyon. La tumba o santuario fue destruida por los calvinistas en 1562 y parece que así desaparecieron sus últimos restos corporales (reliquias), aunque el lugar y sus altares y santuario aún se pueden visitar (su web, aquí).
Documental reciente de 28 minutos (en francés) sobre San Ireneo; lo presentan con turbante por venir de Asia Menor, pero casi seguro vestía en todo al estilo greco-romano (quizá con las particularidades de la Galia)