El pasado lunes se reanudó el juicio contra el cardenal Zen en Hong Kong, después de que fuese acusado y arrestado el 11 de mayo por supuesta "colaboración con fuerzas extranjeras". Los hechos habrían tenido lugar durante las concentraciones prodemocráticas frente al Gobierno a través del Fondo de Ayuda Humanitario 612 de ayuda a los manifestantes arrestados o heridos.
Pese a que finalmente ni el cardenal ni los otros cinco arrestado fueron acusados de este "delito" tipificado en la Ley de Seguridad Nacional, se mantiene la acusación de no registrar correctamente el Fondo de Ayuda Humanitario creado en junio de 2019 y que cesó sus operaciones a fines de octubre de 2021.
Según los fiscales, ni Zen, fideicomisario del Fondo, ni los otros acusados habrían registrado o solicitado una exención en el plazo de un mes desde el establecimiento del organismo, como recoge la Ordenanza de Sociedades hongkonesa.
Tras una primera vista que ha tenido lugar este lunes y a la espera de que concluya la prevista de este martes 27 de septiembre, los acusados quedarán a la espera de una sentencia que podría suponer una multa de 10.000 dólares hongkoneses.
Así fue el arresto del cardenal Zen al ser acusado sin éxito de delitos contra la seguridad pública
No son pocas los obispos y cardenales que han expresado su apoyo y cercanía con el cardenal que es para muchos un referente en la defensa de los derechos de la Iglesia frente a los atropellos que ejercen los gobiernos civiles sobre la misma.
Uno de ellos es el cardenal Fernando Filoni , prefecto emérito de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, que reconoció en Avvenire su admiración por este "hombre de Dios, sumiso al amor de Cristo, profundamente enamorado de la juventud". "El cardenal Zen no debe ser condenado. Hong Kong, China y la Iglesia tienen un hijo devoto en él, del que no debe avergonzarse", concluyó Filoni.
Por su parte, el obispo de Providence, Thomas Tobin, llamó a sus seguidores a través de redes sociales a "acordarse del cardenal" y "de la Iglesia en China, que es atacada y restringida regularmente por el gobierno". "Rezad por los cristianos que en todas partes están siendo perseguidos por su fe", añadió el obispo.
Semejante mensaje emitió el obispo Joseph Strickland al pedir las oraciones de los fieles, loando "la lucha del cardenal para proteger a la gente de Hong Kong de los comunistas".
El arzobispo de San Francisco, Salvatore Cordileone, plasmó en sus redes una oración dirigida a "Nuestra Señora Desatanudos", solicitando su intercesión "por nuestro hermano el cardenal Zen", para que "se haga justicia y se consuele su corazón".
El obispo auxiliar de Astaná (Kazajistán) Athanasius Schneider, publicó en su cuenta de Twitter una oración por la protección del cardenal, "hijo leal de la Iglesia", animándole a "que su fe lo sostenga siempre y le de fortaleza en este momento tan delicado. Que María Auxilium Christianorum, esté a su lado para inspirarle valor", le deseó.
El prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Gerhard Ludwig Müller , también expresó su cercanía con el cardenal y reprochó al colegio cardenalicio haber "dejado solo" al cardenal Zen.
"Quizás la Iglesia debería ser más libre y menos atada a lógicas mundanas y basadas en el poder, y en consecuencia más libre para intervenir y, si es necesario, para criticar a aquellos políticos que acaban suprimiendo los derechos humanos. En este caso, me pregunto por qué no criticar a Beijing. Zen es un símbolo y fue arrestado con un pretexto, no hizo nada, es una figura influyente, valiente y muy temida por el gobierno”, dijo. “Tiene más de 80 años y lo hemos dejado solo", añadió.
Otro de los cardenales que se sumó a los mensajes de apoyo fue el cardenal Charles Bo de Yangon, presidente de la Federación de Conferencias Episcopales de Asia (FABC), que denunció el arresto de Zen por el único motivo de haberse desempeñado como fideicomisario "de un fondo que brindaba asistencia legal a activistas que enfrentaban casos judiciales. En cualquier sistema donde exista el estado de derecho, brindar asistencia para ayudar a las personas que enfrentan un proceso judicial a pagar sus honorarios legales es un derecho apropiado y aceptado. ¿Cómo puede ser un delito ayudar a las personas acusadas a tener defensa y representación legal?", cuestionó.