“El arzobispo de Canterbury, con pesar, aceptó la renuncia del obispo Jonathan Goodall después de ocho años como obispo de Ebbsfleet, tras su decisión de buscar la plena comunión con la Iglesia Católica Romana”. Este es el comunicado que publicaba la sede primada de la Iglesia anglicana ante la decisión del prelado de convertirse al catolicismo, noticia que ha causado un gran revuelo en la Iglesia de Inglaterra.
Jonathan Goodall era obispo de Ebbsfleet y pertenecía a la corriente anglicana que se oponía a las ordenaciones de mujeres como sacerdotes y obispos. De hecho, hasta la fecha ocupaba también el encargo de visitador episcopal provincial, conocido popularmente como “obispo volante”, pues atendía a las comunidades y parroquias que se mantenían fieles y no aceptaban estas innovaciones que ha ido asumiendo la Iglesia de Inglaterra.
Los “obispos volantes” se crearon en la década de 1990 después de que la Iglesia de Inglaterra votara a favor de permitir la ordenación de mujeres. En 2020, alrededor de un tercio del clero está ya conformado por mujeres. En 2014 comenzaron los nombramientos de mujeres como obispos. Ahora 25 de los 108 obispos anglicanos son mujeres. Sin embargo, la situación de los anglicanos lejos de mejorar ha ido empeorando, experimentando año a año un desplome en el número de fieles practicantes.
Ante la decisión de Goodall de renunciar como obispo de Ebbsfleet para ingresar en la Iglesia Católica, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby declara en este comunicado: “Estoy profundamente agradecido con el obispo Jonathan por su ministerio y muchos años de fiel servicio. Mis oraciones están con él y Sarah, tanto por su futuro ministerio como por la dirección en la que están siendo llamados en su continuo viaje de servicio dedicado a Cristo”.
Jonathan Goodall tiene 60 años, está casado y es padre de dos hijos. De momento, sólo se conoce su decisión de conversión al catolicismo, pero no ha hecho público si más adelante solicitará su ordenación como sacerdote católico y su adhesión al Ordinariato Personal que creó Benedicto XVI para los fieles anglicanos que ingresasen en la Iglesia Católica.
El todavía obispo anglicano ha tenido en su trayectoria no sólo un estrecho vínculo con Canterbury sino también con la abadía de Westminster, la iglesia de la casa real británica. Antes de ser consagrado obispo fue capellán personal y secretario ecuménico de Lord Williams cuando era arzobispo de Canterbury, de 2005 a 2013. En Westminster ejerció como canónigo menor y sacristán de 1992 a 1998, y sirvió dos períodos como sacerdote vicario, en 2004-05, y desde 2014. Del mismo modo, fue capellán del obispo en Europa de 1998 a 2005, cuando fue nombrado canónigo honorario de la catedral de Gibraltar.
En el propio comunicado del Arzobispado de Canterbury se incluyen algunas palabras del obispo converso, que asegura haber “tomado la decisión de renunciar como obispo de Ebbsfleet, para ser recibido en plena comunión con la Iglesia Católica Romana, sólo después de un largo periodo de oración, que ha sido uno de los periodos más difíciles de mi vida”.
De este modo, Goodall señala que “la vida en la comunión de la Iglesia de Inglaterra ha moldeado y alimentado mi discipulado como cristiano católico durante muchas décadas. Aquí es donde recibí por primera vez –y durante la mitad de mi vida he ejercido como sacerdote y obispo- la gracia sacramental de la vida y la fe cristianas”.
Por ello, el obispo, que cesa de su cargo el 8 de septiembre, añade: “siempre guardaré esto como un tesoro y estaré agradecido por ello. Confío en que todos ustedes crean que he tomado mi decisión como una forma de decir sí a la llamada e invitación actuales de Dios, y no de decir no a lo que he conocido y experimentado en la Iglesia de Inglaterra, con la que tengo una deuda tan profunda”.
Más casos de obispos anglicanos que caminan al catolicismo
El de Goodall no es el único caso de obispo anglicano que en los últimos años ha pasado al catolicismo. Varios prelados, decenas de sacerdotes, y miles de fieles han dado ya ese paso en la últimas décadas.
Goodall saluda al Papa Francisco en un acto en el pasado
De hecho, ni siquiera es el primer obispo de Ebbsfleet en dar este paso. En 2010, Andrew Burnham renunció tras 10 años en el cargo y fue recibido en la Iglesia Católica al año siguiente. Más adelante fue ordenado sacerdote católico sirviendo así en entonces naciente Ordinariato Personal de Nuestra Señora de Walshingham. A día de hoy ejerce como párroco de Hendred, en Oxfordshire.
Otros dos obispos de la Iglesia de Inglaterra también fueron recibidos en los últimos años en la Iglesia Católica: Keith Newton, obispo de Richborough, y John Broadhurst, obispo de Fulham.
Muy sonada fue también la conversión al catolicismo en 2019 de Gavin Ashenden. Fue capellán de la reina de Inglaterra y era muy conocido por sus apariciones en la BBC. Harto de la deriva de la Iglesia de Inglaterra fue ordenado obispo misionero por una pequeña denominación anglicana conservadora, la Christian Episcopal Church.
Pero fue Graham Leonard, obispo de Londres entre 1981 y 1991 el que fuera el clérigo de mayor rango de la Iglesia de Inglaterra en convertirse en católico desde la Reforma. Lo hizo en 1993.
10 años del Ordinariato de Nuestra Señora de Walshingham
Hace 10 años, el 15 de enero de 2011, Benedicto XVI erigía el Ordinariato Personal de Nuestra Señora de Walsingham para recibir en la Iglesia a los anglicanos del territorio de Inglaterra y Gales, y también de Escocia. Así, sacerdotes anglicanos casados recibieron la dispensa para ejercer el ministerio como católicos mientras se creaban parroquias propias para los miles de feligreses que emprendieron este camino.
Una década después, Keith Newton, antiguo obispo anglicano y actualmente primer ordinario de este Ordinariato, explicaba en una reciente entrevista: "Tenemos más de un centenar de sacerdotes, de los cuales 70 tienen menos de 75 años. Treinta de ellos trabajan a tiempo completo en las parroquias del Ordinariato. Y administramos unas veinticinco parroquias de la Iglesia católica en Gran Bretaña, lo cual nos permite tener influencia sobre las comunidades católicas locales".
Algunos son capellanes en colegios, hospitales, etc, aunque la Iglesia Católica inglesa, minoritaria en el país, no tiene tantos centros como en otras naciones. Con presencia en 40 localidades de Gran Bretaña, el ordinariato tiene pocos fieles ("unos cuantos millares", dice) pero sirve también a católicos que acuden a las misas celebradas mediante el nuevo "uso anglicano del rito latino".