Matt Talbot (1856-1925) era un alcohólico e hijo de alcohólico, dublinés, segundo hijo en una familia de doce hermanos. Todo se lo gastaba en alcohol y luego quedaba tumbado a la entrada de los bares, esperando que alguien le invitara.
Pero un día, ya con 28 años, viendo que no tenía verdaderos amigos ni una verdadera vida, se confesó e hizo promesa de mantenerse sobrio tres meses, luego seis, luego toda la vida. Y lo cumplió. Se mantuvo sobrio los 41 años de vida que aún vivió. Y en una época en que no existía Alcohólicos Anónimos y sus métodos de 12 pasos.
Matt cambió de vida. Lo que ganaba lo daba a los pobres, empezó a ir a misa diaria, a vivir con austeridad, y luego con ascetismo. Dejó también el tabaco. Rezaba el Rosario con asiduidad. Aprendió a leer para estudiar la Biblia y la vida de los santos y fue laico terciario franciscano.
Juan Pablo II lo declaró Venerable por sus virtudes en grado heroico en 1994. Si se comprobara un milagro por su intercesión sería declarado beato. Hoy es un modelo y acompañante para muchos que luchan contra el demonio del alcohol.
Matt Talbot, fallecido en 1925, Venerable para la Iglesia, modelo y ayuda contra el alcoholismo para muchos.
Pronto se celebra su centenario
En 2025 se celebran cien años desde su muerte, como recuerda el Irish Catholic. Sus devotos quieren impulsar más su figura, que puede ayudar a muchas personas que luchan contra adicciones. El pasado 3 de noviembre, en la iglesia de Nuestra Señora de Lourdes, en Dublín, miembros de los Caballeros de San Columba y el obispo auxiliar de Dublín, Paul Dempsey, rezaban con sus reliquias.
Quieren recordar que aunque vivió con gran sobriedad, era de talante alegre y amistoso, "fue una compañía agradable y disfrutaba de la risa", "Matt siempre estaba feliz; era alegre y de buen humor", dicen los que le conocieron. Quizá era parte de su espiritualidad franciscana.
Tenía amigos de confianza, y también hablaba mucho con su madre, su gran confidente. Con el Dr. Michael Hickey se reunía dos veces por semana, hablaban de cosas de Dios y cantaban himnos juntos. Lo hicieron 30 años. Su amigo y compañero de trabajo Bob Laird lo invitaba a tomar el té en casa. El hijo de Bob Laird, Paddy Laird, antes de morir en un 1985, hablaba de Matt cuando aún no tenía la aureola de santidad que hoy ya le viste: "Cuando volvíamos del trabajo se unía a nosotros cuando hablábamos de huelgas, política o partidos de fútbol. Le gustaba ser afable y estar en buena compañía", dejó dicho Paddy.
La tentación que casi le hizo caer
Los tres amigos más cercanos de Matt Talbot, que ayudaron a cargar su ataúd, Paddy, Ted y John Robbins, recordaban que Matt les había contado las constantes y fuertes tentaciones de sus primeros meses de abstinencia. Una vez se paró junto a un bar que no conocía y empezó a mirar sus monedas. Por suerte, el camarero no le invitó ni fue a él y reunió fuerzas para irse. Estuvo tan cerca de abandonar su juramento de sobriedad que desde entonces ya nunca llevaba dinero encima.
Irónicamente, quien pagó el funeral de Matt era Ralph O'Callaghan, un comerciante de vinos. Eran grandes amigos, hablaban de temas espirituales. Ralph presentó a Matt el libro La verdadera devoción a la Santísima Virgen de San Luis Grignion de Montfort, que le alimentó espiritualmente sus últimos diez años.
Cuando apareció La breve vida de Matt, de Sir Joseph Glynn, a principios de 1926, la primera edición de 10.000 ejemplares se agotó en cuatro días. En pocos meses, ya circulaban 140.000 ejemplares. Veinte años después, ¡la biografía había sido traducida a 21 idiomas!
Más sobre Matt Talbot aquí en ReL . Además inspiró un movimiento de retiros, que explicamos aquí.