El teatro Hun de Ulán-Bator acogió este domingo el segundo acto importante del viaje apostólico del Papa Francisco a Mongolia. Allí estuvo acompañado de once líderes budistas (la mayoría en el país), musulmanes, chamanes, hindúes, judíos y baha'is, junto a otras denominaciones cristianas.
"La buena relación con la tradición, no obstante las tentaciones del consumismo; el respeto por los ancianos y los antepasados. ¡Cuánta necesidad tenemos de una alianza generacional entre ellos y los más jóvenes! Y, además, el cuidado por el ambiente, nuestra casa común, otra necesidad tremendamente actual. Y también el valor del silencio y de la vida interior, antídoto espiritual para tantos males del mundo actual", comenzó diciendo.
Estar juntos es un mensaje
En este sentido, Francisco enumeró algunos principios para fomentar la armonía entre religiones. "Un sano sentido de frugalidad; el valor de la acogida; la capacidad de resistir al apego a las cosas; la solidaridad, que nace de la cultura de los vínculos entre las personas; el aprecio por la sencillez. Y, por último, un cierto pragmatismo existencial, que tiende a buscar con tenacidad el bien del individuo y de la comunidad", dijo.
"Nuestro comportamiento está llamado a confirmar con obras las enseñanzas que profesamos; de tal modo que no puede contradecirlas, convirtiéndose en motivo de escándalo. Que no haya ninguna confusión entre credo y violencia, entre sacralidad e imposición, entre camino religioso y sectarismo", añadió.
El Papa tuvo unas palabras para recordar la persecución religiosa. "Que la memoria de los sufrimientos padecidos en el pasado —pienso sobre todo en las comunidades budistas— nos dé la fuerza para transformar las heridas sombrías en fuentes de luz, la ignorancia de la violencia en sabiduría de vida, el mal que arruina en bien que construye". Y, se reconoció como "un hermano en la fe de los creyentes en Cristo y como hermano de todos ustedes".
Para Francisco, "el hecho de estar juntos en el mismo lugar ya es un mensaje". "Las tradiciones religiosas, en su originalidad y diversidad, comportan un formidable potencial de bien al servicio de la sociedad. Si quien tiene la responsabilidad de las naciones eligiera el camino del encuentro y del diálogo con los demás, contribuiría de manera determinante a poner fin a los conflictos que siguen causando sufrimiento a tantos pueblos", propuso.
El Pontífice comentó la misión de la religión. "Las religiones están llamadas a ofrecer al mundo esta armonía, que el progreso técnico por sí solo no puede dar, porque, apuntando sólo a la dimensión terrena y horizontal del hombre, corre el riesgo de olvidar el cielo para el cual hemos sido creados", respondió.
"Hermanos y hermanas, hoy estamos aquí juntos como humildes herederos de antiguas escuelas de sabiduría. Al reunirnos hoy, nos comprometemos a compartir todo ese bien que hemos recibido, para enriquecer a una humanidad que, en su caminar, a menudo se encuentra desorientada por miopes búsquedas de lucro y bienestar; y a menudo también es incapaz de volver a encontrar el hilo conductor", añadió.
Puedes ver aquí el encuentro ecuménico e interreligioso del Papa en Mongolia.
"Tenemos un origen común, que confiere la misma dignidad a todos, y un camino compartido, que sólo podemos recorrer juntos, viviendo bajo el mismo cielo que nos cobija y nos ilumina", concluyó el Papa Francisco en el Teatro Hun de la capital mongola.
Construido en forma de ger o yurta, la vivienda típica de los pueblos nómadas de Asia Central, este sitio alberga espectáculos folclóricos. El edificio está situado en una de las zonas de esquí más grandes de Mongolia, el Sky Resort, en la montaña Bogd Khan Ul, que domina Ulán Bator desde el sur. La ubicación está a unos 13 km de la capital.
"Hagamos florecer esta certeza, porque nuestro esfuerzo común para dialogar y construir un mundo mejor no son vanos. Cultivemos la esperanza.(...). Que las oraciones que elevamos al cielo y la fraternidad que vivimos en la tierra alimenten la esperanza; que sean el testimonio sencillo y creíble de nuestra religiosidad, de nuestro caminar juntos con la mirada elevada hacia lo alto, de nuestro habitar este mundo en armonía, como peregrinos llamados a proteger el ambiente hogareño, para todos", expresó.
Leer aquí el encuentro del Papa en Mongolia con obispos, religiosas y sacerdotes, y su recibimiento por parte de las autoridades del país.