Knox Peden es un historiador y filósofo estadounidense afincado en Australia que ejerce como profesor de la Universidad de Queensland que recientemente se ha convertido al catolicismo gracias a las enseñanzas de la Iglesia sobre la naturaleza y la creación, y a las enseñanzas de la encíclica de Laudatio Si' del Papa Francisco.
Peden fue criado como presbiteriano en Estados Unidos y luego se alejó de la práctica religiosa hasta que estas enseñanzas de la Iglesia de la que él estaba muy concienciado y la asistencia a una misa católica tocaron su corazón.
Según relata a Vatican News, Peden señala que entre los diversos aspectos de su conversión al catolicismo, que se concretó en julio de 2019, estaba también el "punto de vista" del Pontífice sobre la naturaleza y, en general, su magisterio: "cuanto más leía, más me atraían sus enseñanzas", dice.
Peden destaca el camino "recorrido durante varios años, a través de la evolución del trabajo académico y de la vida personal", al que una "convergencia" de factores iluminados por la "gracia de Dios", como el hecho de convertirse en padre de una niña, confiesa que actuó como "un catalizador del cambio".
"Fui bautizado y confirmado presbiteriano cuando tenía 12 años. Mi familia no era religiosa, pero la iglesia y su comunidad eran muy importantes para mí en ese momento. Así que cuando empecé a ir a misa de nuevo hace varios años, fui inicialmente a una iglesia presbiteriana en Canberra", relata este profesor.
Más adelante, durante un viaje a París en 2018 con su familia, entró en una iglesia católica para ver una misa. "Encontré la experiencia embriagadora y durante el resto de nuestro viaje fui a tantas misas como me fue posible. Viví cuatro años en París para mi doctorado y pasé por todas esas iglesias innumerables veces sin entrar en ellas. Era un nuevo mundo para mí, un nuevo descubrimiento”.
Otro elemento importante en este proceso fueron los devastadores incendios que asolaron Australia y que dejaron 400 muertos y cientos de miles de hectáreas quemadas. "Los incendios fueron terribles", recuerda el historiador de Canberra: "días enteros de humo que nos hicieron usar máscaras mucho antes de que llegara la pandemia" de Covid-19.
Por ello, al descubrir la encíclica Laudato si’ sintió lo que él llamó un verdadero "shock", reconociéndose en el análisis que hizo el Papa de la modernidad y las crisis en curso. Le llamó poderosamente la atención la relación a la que hace mención Francisco entre la naturaleza y la sociedad que la habita, porque como escribe el Pontífice "no hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una única y compleja crisis socio-ambiental".
Este profesor de Estudios sobre la Ilustración Europea en la Universidad de Queensland, Knox Peden es ahora uno de los más de 10.000 Animadores Laudato si’ formados en todo el mundo por el Movimiento Católico Mundial por el Clima. Son en su mayoría personas ya comprometidas dentro de su propia parroquia, asociación, realidades religiosas que sienten de manera particular la llamada a la ecología integral y a vivir la Laudato si’, poniéndose al servicio de sus comunidades.
Dentro de su parroquia, dedicada a San José, en O'Connor, un suburbio de Canberra, Peden organiza charlas con los fieles sobre el mensaje del documento papal de 2015 y paseos de oración en la naturaleza.
"No soy un activista por temperamento", quiere precisar, pero "nunca rechazo la oportunidad de hablar de las ideas que me fascinan”, agrega.
Además, añade que “la conversión espiritual nos dice que dependemos de Dios; la conversión ecológica amplía la idea de decirnos que dependemos de la creación, de lo que Dios ha hecho". Hoy en día "tener todo a mano nos da la ilusión de autosuficiencia. Pero - enfatiza - es sólo esto: una ilusión. Dependemos de los demás, aunque no nos demos cuenta".
Acerca del coronavirus, Peden agrega que "cuando nos enfrentamos a desafíos que afectan a toda la comunidad, nos damos cuenta de que la comunidad realmente sabe cómo actuar al unísono, sabe cómo cuidarse unos a otros". Porque, para decirlo con las palabras de la encíclica, "todas las criaturas están conectadas entre sí, el valor de cada una debe ser reconocido con afecto y admiración, y todos los seres creados nos necesitamos unos a otros".