El 11 de febrero, día de la Virgen de Lourdes, Trono de Sabiduría, Naciones Unidas nos invita a conmemorar el Día de la mujer y la niña en la ciencia. El objetivo es aumentar el porcentaje de mujeres que se dedican a la investigación, para que se llegue a la igualdad numérica, partiendo del análisis, sin base científica, de que si no la hay es que se produce discriminación por sexo: el discurso ideológico basado en la hermenéutica de la sospecha.
Recientemente en ReL se ha recordado a mujeres concretas que fueron científicas y monjas y a Duni Sawadogo, científica premiada, africana y creyente. Precisamente por el mismo motivo no parece mala idea ampliar el número de casos trayendo a colación a Herrada de Landsberg (1125-1195).
En la imagen se muestra su autorretrato, incluido en su más conocida obra, el Hortus deliciarum [Jardín de las delicias]. En ella, escrita en latín y alemán, con más de 600 páginas y 300 ilustraciones, las monjas de la abadía agustina de Hohenburg, dirigidas por Herrada, recopilaron varios de los saberes de la época (historia, filosofía, teología, temas bíblicos, poesía o composiciones musicales). En ella aparecen, por ejemplo, las primeras piezas musicales polifónicas conocidas, cuyas autoras fueron religiosas. Se supone que además de dirigir la obra, Herrada pudo haber escrito algunos de los poemas e himnos que se incluyen en ella.
Herrada explicaba así, en su introducción a la magna obra, la razón de su proyecto: “Herrada, por la gracia de Dios abadesa, aunque indigna, de la iglesia de Hohenburg, a las dulces vírgenes de Cristo que trabajan fielmente en Hohenburg […]. Le hago saber a su santidad que, como una pequeña abeja inspirada por Dios, recogí de las diversas flores de las Sagradas Escrituras y escritos filosóficos en este libro, que se llama Hortus Deliciarum, y lo reuní para alabanza y honor de Cristo y por amor a la Iglesia, como si fuera un dulce panal.”
El objetivo final primordial de la obra fue el de instruir a las monjas, es decir, a mujeres de la Edad Media consagradas a Cristo. Ellas fueron las que principalmente la usaron.
De entre los modelos de mujeres que serán propuestas a las niñas en esta jornada de Naciones Unidas, ofrecer a Herrada de Landsberg, nacida en una noble familia alsaciana y que por su vocación religiosa dejó una vida más que resuelta, creo que puede ser un hecho concreto que impida creer que algunas cosas importantes fueran incompatibles ya en la Edad Media.
Recientemente el Papa Francisco ha decretado la festividad de otra gran mujer, monja y científica medieval, Santa Hildegarda de Bingen, virgen y doctora de la Iglesia, el 17 de septiembre.
Alfonso V. Carrascosa es investigador del CSIC [Centro Superior de Investigaciones Científicas).
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