Las comunidades que usan la misa y liturgia tradicional en latín empiezan a comunicar sus primeras reacciones ante las impactantes medidas promulgadas por el Papa Francisco con Traditionis Custodes, medidas que restringen mucho el uso de la misa tradicional en latín y derogan las normas que estableció Benedicto XVI hace 14 años con Summorum Pontificum.
También se empiezan a pronunciar algunos obispos, aunque muchos están de vacaciones, de retiros espirituales o bien organizando el retorno a los sacramentos en países que llevan meses con restricciones al culto por coronavirus. Es una época extraña para hacer grandes cambios pastorales.
La Fraternidad Sacerdotal de San Pedro
Una primera reacción ha llegado con una breve nota de la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro, erigida por San Juan Pablo II en 1988, que declara tener más de 300 sacerdotes y 150 seminaristas de 30 países, que sirven en 130 diócesis de los cinco continentes.
"Con la publicación del último motu proprio, Traditionis Custodes, que ha colocado nuevas restricciones en la Forma Extraordinaria del Rito Romano, muchos de nosotros quedamos descorazonados y angustiados. En este momento es demasiado pronto para ver todas las implicaciones que tendrá para la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro, pero les aseguramos que seguimos comprometidos en servir a los fieles que acuden a nuestros apostolados según nuestras Constituciones y carisma como hemos hecho desde nuestra fundación", afirma una breve nota de la Fraternidad.
"Debemos esforzarnos por ver esta Cruz como un medio de santificación y recordar que Dios nunca abandona a su Iglesia. Nuestro Señor nos promete las gracias necesarias para afrontar nuestras cruces con fuerza y coraje. No debemos ser negligentes con la parte que nos toca como católicos fieles. Oremos y ofrezcamos sacrificios en nuestras vidas diarias, y confiemos en la intercesión de Nuestra Señora, San José, y nuestro patrón, San Pedro", finaliza el comunicado.
Un vídeo reciente (de hace un mes) de la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro sobre la misa tradicional, con testimonios mexicanos
Los Canónigos de San Juan Cancio
También han sido rápidos en pronunciarse con una nota los Canónigos Regulares de San Juan Cancio, fundados en 1998, con la aprobación del cardenal de Chicago Francis George (fallecido en 2015), que atienden parroquias en EEUU y Canadá, ofrecen la liturgia en ambas formas del rito latino y siguen la regla de San Agustín. Realizan además muchas actividades para jóvenes y provida.
"La celebración de ambas formas del rito romano sigue siendo la ley para nuestro instituto, como afirman nuestras Constituciones. En 2019, nuestro ordinario local, el cardenal Blase Cupich, arzobispo de Chicago, graciosamente aprobó estas constituciones", recuerdan.
"Creemos que estamos [los Canónigos de San Juan Cancio] en una posición única para mostrar la unidad y diversidad de la herencia litúrgica de la Iglesia", explican. "Los Canónigos Regulares de San Juan Cancio esperan trabajar con su ordinario local, el cardenal Cupich, para implementar el Motu Proprio del Santo Padre. Seguimos enfocados en nuestra misión de restaurar lo sacro, seguirá nuestro trabajo en nuestras parroquias".
Un vídeo breve promocional de los Canónigos de San Juan Cancio, en Chicago
El presidente de los obispos de EEUU pide "cuidado" a los obispos
Traditionis custodes ofrece herramientas a los obispos más hostiles a la misa tradicional en latín para erradicarla en su diócesis o para restringirla a una mínima expresión. La aplicación depende mucho del obispo local, aunque reduce mucho la capacidad de acción de un obispo que quiera dar nuevos permisos para que nuevos sacerdotes ofrezcan esta misa. Sin embargo, el motu proprio afirma que es «competencia exclusiva» de cada obispo autorizar el uso del Misal Romano de 1962 en su diócesis.
En este sentido, es interesante el breve comunicado con el que ha respondido rápidamente José Gómez, presidente del episcopado de EEUU, uno de los más influentes del mundo. Gómez, como se comprueba en el texto, pide a los obispos -de una tendencia o de otra- "cuidado, paciencia, justicia y caridad".
José Gómez, arzobispo de Los Ángeles, nacido en México, estudió en la Universidad de Navarra; pide "cuidado y paciencia" a los obispos ante la nuevas normas de Traditionis custodes
"Hoy el Papa Francisco publicó Traditionis custodes, una carta apostólica emitida a motu proprio sobre el uso de textos litúrgicos en latín aprobados antes de la reforma de 1970. Recibo con agrado el deseo del Santo Padre de fomentar la unidad entre los católicos que celebran el Rito Romano. A medida que se implementan estas nuevas normas, animo a mis hermanos obispos a trabajar con cuidado, paciencia, justicia y caridad mientras juntos fomentamos una renovación eucarística en nuestra nación”, dice la breve nota de José Gómez.
Cordileone, en San Francisco, y Quinn, en Winona-Rochester
Mientras tanto, en declaraciones a la agencia Aciprensa, el arzobispo Salvatore Cordileone, de San Francisco, ha declarado que "la unidad bajo Cristo es lo que importa. Por lo tanto, la Misa Tradicional en Latín seguirá estando disponible aquí en la Archidiócesis de San Francisco y se ofrecerá en respuesta a las legítimas necesidades y deseos de los fieles».
El obispo John M. Quinn, de Winona-Rochester (EEUU), que en ocasiones ha celebrado la misa según la Forma Extraordinaria, ha publicado una nota asegurando que el motu proprio del Papa "busca un uso más focalizado de la Forma Extraordinaria. Entiendo que puede decepcionar a algunos fieles de nuestra diócesis. Pero como obispo espero que se reciba la carta apostólica con el espíritu de unidad que el Papa Francisco desea".
El obispo John Quinn de Winona-Rochester, de los primeros en adelantar cómo mantendrá la forma extraordinaria del rito latino en su diócesis en el marco de Traditionis Custodes,
A continuación asegura su "interés pastoral continuado por los que mantienen un sentido especial de ligazón a la Forma Extraordinaria. Como se prevé en Traditionis Custodes, designaré a un Vicario para la Forma Extraordinaria para asegurarse que las necesidades espirituales de estos fieles se cubran adecuadamente. Yo, con nuestros sacerdotes y equipo diocesano, seguiremos estudiando el documento, para tomar disposiciones adecuadas a largo plazo para la celebración de la forma extraordinaria en la diócesis de Winona-Rochester".
El texto del obispo Quinn es un ejemplo que sugiere que donde haya obispos abiertos a esta liturgia habrá espacios para acogerla con sus comunidades. Por el contrario, los obispos hostiles tendrán herramientas para extinguirla.
Más sobre este tema:
- un primer análisis del padre Santiago Martín, en vídeo aquí
- un artículo de opinión de Carmelo L. Arias, aquí