Jimmy Lai, de 75 años, fundador del Apple Daily, el diario más leído de Hong Kong hasta que fue clausurado hace año y medio, ha sido condenado a 5 años y 9 meses de prisión por el supuesto fraude de un subarriendo de oficinas en la década de los 90.
Lai, católico converso, es uno de los principales dirigentes de las protestas populares contra los recortes de derechos y libertades que el régimen comunista chino impone a su gobierno títere en la ciudad. Detenido en 2020, ya fue condenado a 13 meses de cárcel por su participación en la vigilia de Tiananmen, que evocaba la matanza de opositores en Pekín en1989. Con esta sucesión de condenas, se le mantiene entre rejas a la espera de un nuevo juicio, que debía empezar el 1 de diciembre, por violación de la ley de seguridad nacional, por la que podría ser condenado a cadena perpetua.
Recientemente, el cardenal Joseph Zen, detenido durante unas horas en mayo, fue sancionado con una multa de 492 euros por su apoyo a la resistencia democrática.
Las vidas de Zen y Lai están unidas porque fue el purpurado quien bautizó al empresario en 1997.
Una historia de trabajo, éxito y fe
Lai llegó a Hong Kong como polizón desde la China comunista (donde su madre estaba internada en un campo de concentración) cuando tenía doce años. No tenía ni una moneda en el bolsillo, pero a base de trabajo acabó creando una cadena de tiendas de ropa que le hizo millonario, dedicando parte de su fortuna a comprar medios de comunicación críticos con el partido comunista chino.
Jimmy Lai, durante una entrevista en 2020, antes de su detención.
Pudo irse de Hong Kong cuando cayó bajo la órbita de Pekín, pues tiene nacionalidad británica, pero prefirió quedarse: "Si me voy, no solo renuncio a mi destino, renuncio a Dios, renuncio a mi religión, renuncio a lo que creo. Soy lo que soy. Soy lo que creo. No puedo cambiarlo. Y si no puedo cambiarlo, tengo que aceptar mi destino".
La esposa de Jimmy Lai siempre fue una católica piadosa, y él la acompañaba a misa los domingos antes de su conversión. Poco a poco fue comprendiendo que necesitaba a Dios en su vida, y justo cuando Hong Kong abandonaba la libertad fue cuando se hizo formalmente católico.
Miles de condenados sometidos a 'reeducación'
Según recoge Asia News, el secretario de Seguridad de Hong Kong, Chris Tang, dio a conocer recientemente el número de encarcelados desde que se intensificaron las protestas: 1315 personas, 345 de ellas (el 26%) menores de 21 años. El número de detenciones en los actos de protesta ha sido aún mayor, más de diez mil, que dieron lugar a tres mil juicios, 515 de ellos a menores de edad, con 2044 procesos completados, 1631 condenas de distinto tipo: prisión, libertad condicional o trabajos comunitarios.
La ley de seguridad nacional impuesta por Pekín en 2020 ha suspendido en la práctica (limitándolos a capricho del gobierno) los derechos de reunión, asociación, expresión y participación política.
Fiel al estilo comunista, el departamento de Servicios Penitenciarios de Hong Kong dispone de un programa de 'reeducación' que ha servido a 474 condenados para "reconstruir valores positivos". En general, los jóvenes encarcelados están obligados a asistir a sesiones de "educación patriótica".
Hong Kong, donde viven casi 8 millones de habitantes, fue entregada al régimen comunista chino por Margaret Thatcher en 1984, tras más de siglo y medio bajo dominio británico. La transferencia efectiva de poder se hizo en 1997 bajo el principio de "un país, dos sistemas", que en última instancia dependía de la voluntad del gobierno de Pekín. Éste no tardó en forzar las primeras medidas destinadas a impedir toda oposición real a sus designios sobre la región, dando lugar desde 2003 a protestas que arreciaron a partir de 2014 y se convirtieron en masivas en 2019, con una fuerte represión de la que Lai y el cardenal Zen son solo los exponentes más conocidos.