Lucía Méndez es una de las articulistas más reconocidas de España. En las páginas del diario El Mundo, donde es redactora jefe de opinión, ha publicado cientos de artículos con gran recorrido, en ocasiones a favor de postulados bastante polémicos. Sin embargo, en esta ocasión, ha sido la película Libres, sobre la vida monástica, la que ha llamado poderosamente su atención.
Puedes leer aquí la reseña que hizo Religión en Libertad sobre la película Libres. Duc in altum. Y la entrevista a Santos Blanco, su joven director. La cinta lleva más de 60.000 espectadores en sus primeras semanas en los cines y se ha logrado colar entre los documentales más vistos del año en España.
Hablan a la cámara... como hablan a la vida
"El silencio en la sala, una vez acabada la proyección, no era un silencio cualquiera. Era un silencio hacia fuera que explotaba hacia dentro. Por favor que no enciendan la luz todavía. Tenemos que seguir pensando. El ruido de la calle no acabó con ese silencio. No era un silencio de no hablar. O de callar", comienza diciendo en un artículo publicado el pasado viernes 19 de mayo.
"Era un silencio de paz, sosiego, armonía, equilibrio, calma, misterio. Era tranquilidad y desasosiego, serenidad y turbación, placidez y zozobra, sencillez y complejidad, fascinación y extrañeza", añade.
Para Méndez, la película tiene un gran poder de atracción. "Todo esto, y mucho más, es el rastro que deja ir al cine a ver Libres, la película documental dirigida por Santos Blanco sobre la vida en clausura de los monasterios. Las palabras de los monjes y las monjas asombran, la película engancha, sacude, emociona y atrapa cuerpo y mente desde el primer fotograma hasta el último. Como dice Javier Lorenzo guionista del milagro en la pantalla de Libres, te encuentras con personas que no sabías que podían existir", relata.
"El milagro consiste en algo simple: una inmersión en la vida monacal. Pero no para abrazarla como la solución a los males del mundo exterior. No para colmar el vacío existencial de lo de fuera. No para correr a ingresar en un convento, ni para ponerse a rezar, ni para convertir nuestra habitación en una celda con altar y sagrario, ni para encontrar el sentido de la vida, ni para ganarse la vida eterna", explica.
Sino por un rasgo más humano, la sencillez. "El milagro que conmociona para meterse dentro de cada espectador es la autenticidad de los protagonistas. Los monjes y las monjas se presentan a la vida tal cual son los seres humanos. No dan lecciones, dudan. No viven la soledad alrededor de sí mismos", apunta Lucía.
"No son actores, hablan a la cámara como hablan a la vida, se hacen preguntas, buscan el sentido lloran, rien, rezar, sufren, limpian, leen, meditan, dicen misa, cantan, juegan, conviven no sin dificultades, enferman y mueren. Los protagonistas de Libres no hacen, no actúan. Son. Verdaderos. Hombres y mujeres con las arrugas auténticas de la belleza original que no se lleva fuera de los muros de piedra", comenta la periodista.
Méndez destaca los éxitos que alcanza este documental sobre la vida en clausura. "Personas reales que ingresaron en la clausura para hacer el camino de la vida de forma distinta al resto. Por esa autenticidad de sus protagonistas, la belleza de las imágenes y la grandeza de la música, el documental de Santos Blanco está teniendo un éxito inesperado en los cines donde lo ponen", afirma.
Puedes ver aquí el tráiler oficial de Libres.
La columnista concluye haciendo una invitación sincera: "La impostura y el narcisismo de este tiempo desaparecen durante 90 minutos. Puedes llegar a un silencio espiritual en el Metro de Sol en Madrid, dice uno de los monjes. Lo dudo. Pero vayan a ver Libres. No se arrepentirán".