Hasta hace solo unas horas, las clarisas de Belorado (Burgos) vivían como cualquier orden contemplativa, en lo escondido tras los muros de un convento, sin más foco mediático que el que ocasionalmente atrae una nueva vocación, el modo de vida de clausura o los obradores de unas religiosas que se definen "poco tradicionales" en su dedicación al chocolate. Sin embargo, a comienzos de esta semana, la madre abadesa de la comunidad, sor Isabel de la Trinidad, pasaba a ocupar los titulares de la prensa nacional al figurar como firmante de un comunicado en el que, como recogía El Diario de Burgos, renuncian a la autoridad del obispo de Burgos, Mario Iceta, y abandonan "la Iglesia conciliar a la que pertenecía" su congregación.
Tal y como se recogería en el comunicado, rubricado por una abadesa que afirma representar a la quincena de religiosas presentes en Belorado, la decisión se habría visto motivada ante los recientes "acontecimientos de mucha envergadura que han ido golpeando el alma de las hermanas contemplativas, un alma habituada a la profundidad".
Entre ellos, la religiosa apunta a que ante crecientes noticias "graves y ciertas", su comunidad se encontró "dolorosamente con el pertinaz silencio de los pastores, silencio y aquiescencia, dejando a las ovejas solas, sin protección ni defensa frente a los lobos".
En su acusación, sor Isabel de la Trinidad llegaría a referirse al mismo Papa Francisco, pues "desde la Cátedra de Pedro han ido llegando en estos años contradicciones, lenguajes dobles y confusos, ambigüedad, lagunas de doctrina". Acontecimientos, agrega el comunicado, que primero fraguó "una duda sobre el que dirige la barca de Pedro y sus inmediatos colaboradores" y que, "pasado el tiempo, se hizo escándalo".
Parte de ese clima de confusión y ambigüedad conformarían un "caos doctrinal y moral" que, "lejos de amainarse, se ha embravecido hasta extremos inimaginables en los últimos meses".
Por estos y otros motivos, la religiosa concluye el comunicado anunciando que la comunidad clarisa de Belorado y Orduña abandona "la Iglesia conciliar a la que pertenecía", pasando a integrar la que definen como "Iglesia Católica" bajo la tutela y jurisdicción de D. Pablo de Rojas Sánchez-Franco", a quien se refieren como "obispo legítimo" de la misma.
Adjunto al comunicado se incluye un extenso Manifiesto Católico en el que las religiosas que el último Sumo Pontífice válido fue Pío XII. También se muestran plenamente conscientes de la gravedad de sus afirmaciones. "Nos van a denominar herejes y cismáticas, locas y muchas cosas más, muy calumniosas y desagradables. No los creáis, al menos por esta vez, que no os engañen".
El arzobispado prohibe la asistencia a actos litúrgicos
La respuesta del arzobispado no se hizo esperar. Llegó a través de una misiva el mismo 13 de mayo firmada por Iceta, que comenzaba "rechazando la acusación injusta e indiscriminada" del "silencio y aquiescencia de los pastores", así como la que se refiere a las "contradicciones, lenguajes dobles y confusos, ambigüedad y lagunas de doctrina" de la Cátedra de Pedro.
El comunicado de Iceta finaliza constatado que la madre abadesa, Sor Isabel de la Trinidad, "manifiesta su intención de abandonar la Iglesia Católica, situándose bajo la tutela y jurisdicción del Sr. D. Pablo de Rojas Sánchez-Franco, excomulgado en julio de 2019". Una decisión que la religiosa hace "en nombre de todas las hermanas", lo que sin embargo "habrá que verificar", pues la "afirmación de unanimidad no aparece contrastada", ya sea respecto a la declaración del comunicado o al anexo "Manifiesto católico".
Sin embargo, en la descripción de las actuaciones realizadas por el arzobispado, se menciona que durante la mañana de este lunes, una de las religiosas, Sor Paz, accedió a la petición del capellán de hablar telefónicamente con el arzobispo "confirmándole el abandono de la Iglesia Católica por parte de toda la comunidad y manifestando que la decisión ha sido tomada por unanimidad de todas las monjas".
El arzobispo Iceta, durante sus declaraciones respecto a las clarisas de Belorado, sostiene el `Manifiesto católico´ redactado por la superiora, Sor Isabel de la Trinidad.
Pablo de Rojas, del que las religiosas afirman que pasan a depender desde el día de ayer, está "a todos los efectos, fuera de la comunión con la Santa Iglesia Católica" desde 2019. Tal y como informamos en Religión en Libertad, fue el mismo obispo de Bilbao, Mario Iceta, el que lo decretó desde un comunicado difundido por la web de la diócesis donde exponía los puntos principales por los que este hombre queda fuera de la Iglesia. Entre ellos, que se hizo consagrar obispo por un obispo sedevacantista sin permiso ninguno eclesial, que volvió a hacerse consagrar por otro obispo excomulgado y cismático y por realizar sacramentos sin permiso del obispo lícito, que es Iceta.
"Ante esta situación, se exhorta a todos los fieles que se abstengan de participar en ningún acto litúrgico realizado en el Monasterio de Santa Clara de Belorado ni en el Monasterio de Santa Clara de Orduña", agrega la resolución arzobispal del pasado 13 de mayo.
Hasta hace dos días: "Contentas y agradecidas"
Con todo, hay varios aspectos a la espera de aclaración. La primera de ellas, la arremetida de la religiosa contra unos eclesiásticos con los que, hasta ahora, siempre habían afirmado sentirse "contentas y agradecidas".
"Por parte del arzobispado siempre se han atendido las peticiones de las comunidades, tanto a la hora de impartir retiros, formación o asistencia espiritual de cualquier naturaleza. El arzobispo ha visitado el Monasterio el 13 de junio de 2021 y el 29 de noviembre de 2023. En ninguna de estas visitas las religiosas manifestaron ninguna incomodidad ni queja", subraya el documento.
La última visita del delegado episcopal para la vida consagrada tuvo lugar el día 12 de abril de este año. Ante la petición del delegado para entrevistarse con Sor Isabel, las religiosas respondieron que "no se encontraba disponible" y por ello fue atendido por dos hermanas (Sor Belén y Sor Paloma), que manifestaron que estaban "contentas y tranquilas con toda la atención que se les prestaba tanto en Belorado como en Orduña". Posteriormente, el delegado habló telefónicamente con Sor Isabel y esta no manifestó ningún tipo de problema o inquietud.
La motivación económica
También habría una motivación económica a la espera de resolución, que la misma religiosa firmante habría aludido en el comunicado al afirmar encontrarse "bloqueadas desde Roma por no querer concedernos licencia de venta del convento de Derio". Licencia que, según Sor Isabel de la Trinidad, "probablemente seguirá en el despacho de D. Mario Iceta y de la M. Presidenta hasta el fin de los tiempos".
Respecto a la licencia de venta a la que alude la madre abadesa, el arzobispado remarca que aunque este es "propiedad de las clarisas de Belorado desde abril de 2013, cuya comunidad fue trasladada al Monasterio de Orduña el 28 de octubre de 2020, ni es competencia del arzobispo de Burgos… ni en el arzobispado de Burgos ni en el obispado de Bilbao se ha recibido ninguna comunicación ni petición a este respecto".