El cardenal Omella, arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española, ha sido el primer obispo en hablar públicamente sobre la sorprendente y extraña renuncia de Xavier Novell como obispo de Solsona.
Lo ha hecho en un corrillo con los periodistas tras la presentación del documento Fieles al envío misionero, que recoge las orientaciones para el próximo quinquenio. Y sus palabras tienen relevancia por dos aspectos: presidir el órgano de los obispos y ser el arzobispo de la mayor diócesis de Cataluña.
De este modo, Omella ha pedido que se respete la intimidad de Xavier Novell y, tal y como recoge Alfa y Omega”, ha añadido: “me duele que la gente inventa y va haciendo un relato un poco morboso. Hay que respetar la intimidad y no hacer una novela morbosa y machacar a las personas”.
Sobre la renuncia en sí, el cardenal ha sido claro y no ha querido entrar en detalle: “el tema del obispo es muy fácil: yo no sabía nada, me ha sorprendido el hecho, como a todo el mundo". También ha salido así al paso de los comentarios que “me atribuyen –agregó- a mí como cardenal alguna responsabilidad porque pertenezco a la Congregación de Obispos”.
Por otro lado, el cardenal Omella ha asegurado compartir “el dolor de toda su familia, de la Iglesia Solsona, que también han quedado tocados, como el Episcopado de Cataluña, puesto que la Iglesia de Cataluña ha caminado muchos años junto a él”.
Además, ha confirmado que envió a Novell un correo ofreciéndole en nombre de la Iglesia ayuda en lo que pudiera necesitar. “Me contestó con un ‘gracias’ por esa oferta”, ha indicado el arzobispo de Barcelona.
Por último, Omella quiso recalcar la necesidad de “valorar a tantas personas que lo están haciendo bien” como “tantos obispos, tantos sacerdotes y tantos cristianos que están viviendo con fidelidad, aunque todos nos sabemos pecadores y pedimos perdón”.