Del dicho al hecho: Celáa llevó a sus hijas a un centro católico concertado y entonces diferenciado
Junto al presidente Pedro Sánchez, la cara más visible del Gobierno socialista contra la educación concertada y ahora el pin parental, tanto del recién constituido como del anterior nacido tras la moción de censura, ha sido la de la ministra Isabel Celaá.
Esta política fue precisamente consejera de Educación en el País Vasco, entre 2009 y 2012, precisamente en la comunidad autónoma donde la educación concertada tiene una mayor presencia, representando el 48% del total.
Sin embargo, desde que fue elegida ministra no ha dudado en atacar una y otra vez la educación concertada e incluso a desafiar abiertamente a los colegios católicos en una conferencia que dio ante ellos como invitada.
El último episodio se ha producido con el pin parental y sus declaraciones en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros que “no podemos pensar que los hijos pertenecen a los padres".
Sin embargo, la propia Celaá no ha llevado a su propia vida y familia aquello que intenta imponer a los demás. Según han publicado diversos medios como ABC, la actual ministra sí quiso ejercer la libertad que la Constitución da a los padres y que ella quiere negar a los demás para llevar a sus hijas a un colegio católico, concertado, con uniforme obligatorio, trilingüe y además parece ser que en aquel momento diferenciado, o como le gusta decir al nuevo gobierno, con educación segregada por sexos.
De este modo, sus hijas Bárbara y Patricia estudiaron ambas en el Colegio Bienaventurada Virgen María, más conocidas como las Irlandesas de Lejona, en Vizcaya. Este centro es concertado religioso y en su ideario afirma estar “inspirado en los valores del Evangelio”.
Este es el uniforme del colegio católico concertado en el que estudiaron las hijas de la ministra
Esta elección para su vida familiar llama la atención si se tiene en cuenta el escándalo que generó en noviembre cuando en su discurso durante el Congreso de Escuelas Católicas soltó que la libertad de los padres para elegir tipo de centro no emana del artículo 27 de la Constitución" y que "de ninguna manera puede decirse que el derecho de los padres a escoger una enseñanza religiosa o a elegir centro educativo podrían ser parte de la libertad de enseñanza".
Es decir, sus palabras contradicen a sus acciones. El colegio que eligió Celaá para sus hijas se define en su página web como un centro educativo “católico, concertado, plurilingüe e integral” que pertenece al Instituto de la Bienaventurada Virgen María, “impregnado del carisma” de su fundadora Mary Ward, y “una mentalidad abierta y comprometida con la sociedad y el entorno en el que vivimos, inspirado en los valores del Evangelio”.
El uniforme es obligatorio, y a tenor de las edades de las hijas de la ministra es muy probable que ellas estudiaran en el centro cuando era diferenciado y sólo había niñas. En el presente el colegio es mixto.