La escritora y periodista Ana Iris Simón publicó el sábado 30 de septiembre una columna en el diario El País comentando la película francesa Vencer o morir, animando a los lectores a acudir al cine para verla, y señalando el valor de denuncia y de ruptura del silencio que tiene este filme.
La película describe al joven general rebelde Charette en los años de la Guerra de la Vendée durante la Revolución Francesa, cuando tropas perfectamente disciplinadas y organizadas por la naciente República Francesa arrasaron campos y pueblos y exterminaron campesinos en esta región de Francia.
Ana Iris Simón, que declara ser hija y nieta de comunistas, saltó a la fama en 2020 con su libro Feria, muy leído. En 2021 fue invitada al Palacio de la Moncloa a un acto sobre el reto demográfico en España: su discurso criticó la hostilidad de la España actual contra la familia, la maternidad y los valores tradicionales. Pronunciado ante el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se hizo viral. Cuatro meses después, El País la tomaba como columnista capaz de sorprender diciendo cosas muy distintas al resto de sus colaboradores. Y así hace con Vencer o morir, una película que muestra que cierto 'progreso' se construye escondiendo masacres y crímenes.
La escritora dice que la mera existencia de la película "es un pequeño milagro, pues muestra la sombra de nuestras Luces, del momento fundacional de los países en occidente y Oriente, de los partidos a izquierda y derecha, de los 'modernos nacidos tras 1789'".
La guillotina contra curillas de pueblo
"Sus guillotinas, supuestamente afiladas para el cogote de reyes tiranos y obispos corruptos, pronto se ocuparon en decapitar disidentes políticos, padres que protegían a sus hijos del reclutamiento forzoso, curillas de pueblo que no pusieron la Constitución sobre Dios y, sobre todo, campesinos que no consideraban buen negocio que la nueva élite mercader privatizase sus propiedades comunales, gremiales o parroquiales", escribe la autora.
"La película se limita a mostrar las motivaciones religiosas de los aldeanos, o su lealtad a la causa monárquico-aristocrática por el sentido de vecindad con una pequeña nobleza que vivía en sus mismos pueblos", detalla la escritora.
"Eran campesinos desposeídos y jóvenes desertores en alianza con 'nobles ladrones' al estilo de Robin Hood", describe Ana Iris Simón.
Charette y su colaboradora La Irlandesa con sus tropas campesinas de La Vendée en Vencer o Morir.
"Un exterminio que la película apenas osa mostrar"
"Contra ellos, desencadenaron los revolucionarios franceses un exterminio que la película apenas se atreve a mostrar: villas reducidas a cenizas, jóvenes pisoteados por caballos, mujeres violadas colgando desnudas de los árboles, ancianos arrojados al río, madres aplastadas por prensa de vino y bebés ensartado en bayonetas. Atrocidades que, en aquel entonces, el socialista Babeuf llamó 'populicidio' pero que hoy podríamos describir -con el antiguo militante comunista François Furet- como el primer genocidio moderno", enumera la escritora. (La película muestra escenas de saqueo, violencia y represión, pero ninguna se recrea de manera explícita, cualquiera puede verlo a partir de los 12 años),
Ana Iris Simón denuncia que "la historiografía oficial nos cuenta que 'el genocidio industrial' es cosa de 'totalitarismos' del siglo XX: desviaciones de la modernidad, anomalías tardías de fascistas y nazis, estalinistas y maoístas y demás enemigos de la Ilustración, del liberalismo, de individualismo, del racionalismo, blablablá. La realidad es bien distinta. El proyecto de la modernidad es, desde su mismo inicio, el totalitarismo: sustituir todos los órdenes humanos por un poder único. Es, desde su inicio, el genocidio: destruir toda idea de 'genos', es decir, de comunidad, de memoria, de vínculos fuertes y de cualquier legado que nos permita ser algo más que una tábula rasa para sus garabatos", escribe, tomando un tema que le interesa, el del arraigo y el desarraigo, sobre el que suele escribir.
Una justicia social pisoteada
Ana Iris considera que hay una relación entre "la guillotina francesa en nombre de los derechos humanos" y "el actual imperialismo yanqui en nombre de la democracia".
Y "una cadena vandeana conecta a los hambrientos de pan y de lirios, de una justicia social enterrada y una identidad pisoteada".
La escritora anima al lector a ir al cine a ver la película, que aún se puede ver en salas de varias ciudades. "Si se apresura a buscar por internet, quizá encuentre hoy o mañana un último pase en algún cine no muy lejano", anima.
Lea aquí la reseña de ReL sobre Vencer o Morir
Lea aquí la entrevista al director de Vencer o Morir
Vea en su web los cines y ciudades donde se exhibe.