Este año se conmemora el 75 aniversario de la fundación de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que busca aplicaciones científicas en los ecosistemas áridos. 

Lo que es actualmente la EEZA comenzó como el Instituto de Aclimatación de Almería, creado en 1947 como una dependencia del Patronato Alonso Herrera del CSIC. Y su fundador por el ingeniero agrónomo Manuel Mendizábal Villalba (Zaragoza, 1905, Almería, 1996), un gran impulsor de la agricultura bajo plásticos, pionero en varios aspectos y un católico convencido, miembro de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), fundada por el periodista, político y luego sacerdote y cardenal Ángel Herrera Oria, en proceso de beatificación.

El Instituto de Aclimatación de Almería estaba especialmente interesado al principio en aclimatar variedades de plantas a zonas con poca agua. Dicho centro de investigación fue el segundo instituto que el CSIC -máximo organismo científico de España- implantó en Andalucía.

 

Sus investigaciones fueron pioneras en diversos aspectos hoy cruciales para la economía de la provincia. Salieron de este instituto los primeros estudios sobre aprovechamiento de la humedad atmosférica. 

Aquí se ensayaron los primeros cultivos hidropónicos que posteriormente tanta importancia han tenido para el desarrollo socioeconómico de la provincia dando lugar al origen del invernadero (1947); se ensayaron variedades de maíces híbridos y de cebada con producciones más elevadas que las normales (1949); se ensayaron variedades de uvas resistentes a virus (1951), y se consiguieron los primeros racimos de uvas de Ohanes sin pepitas (1958), se realizaron pruebas con hongos parásitos de gramíneas que posteriormente se demostró tenían propiedades terapéuticas en ganado lanar y vacuno...

 Muy importantes fueron sido las expediciones florísticas y faunísticas que tuvieron como resultado la descripción de numerosas especies nuevas para la ciencia, algunas de ellas endemismos provinciales (años 60, 70 y 80).

Instalaciones del EEZA en Almería, centro adscrito al CSIC: recuperar gacelas y estudios agrónomos sobre zonas áridas.

Después el centro dio un giro peculiar: se convirtió en un refugio para gacelas y animales amenazados del Sáhara.

El EEZA  mantiene desde hace 50 años un Parque de Rescate de Fauna Sahariana,  donde se ha llegado a trabajar con más de 400 ejemplares de cuatro especies norteafricanas de ungulados en peligro de extinción. Su objetivo principal: evitar la extinción de especies de grandes ungulados que habitaban el Oeste del Sahara: Nanger dama mhorr, Gazella dorcas neglecta, Gazella cuvieri y Ammotragus lervia sahariensis.

Se crían en cautividad buscando un tamaño de población y una variabilidad genética que asegure su viabilidad futura y se reintroducen en áreas naturales de diferentes países del norte de África (e.g., Senegal, Marruecos, Túnez).

Este parque de rescate ocupa 183.242 metros cuadrados de la finca de La Hoya, entre la Alcazaba de Almería y la ladera del Cerro de San Cristóbal. La finca, propiedad del CSIC, cuenta con otros 29.428 metros cuadrados en los que se pretende instalar un Parque de Interpretación de Fauna Amenazada y una escuela-taller de medio ambiente.

El ingeniero agrónomo tras plásticos y gacelas

Manuel Mendizábal Villalba (Zaragoza, 1905, Almería, 1996), ingeniero agrónomo, fue el  fundador del Instituto de Aclimatación. También fue presidente del Comité Español de Plásticos para la Agricultura, imprescindible para los inicios de los cultivos enarenados en la provincia almeriense, a la que llegó en 1934 y ya no abandonó. Empezó luchando contra una plaga de langostas del desierto. Su nombre da personalidad al Premio de Ciencias y Tecnología del Instituto de Estudios Almerienses.

En 1997 este instituto editó un libro-homenaje a Manuel Mendizábal, tras su fallecimiento. Se presentó el 30 de octubre, en un acto promovido por el Departamento de Ciencias y Tecnología. Su hijo, Luis, dijo de él: “Cuando oía hablar de naturaleza y agricultura allí estaba él de cabeza, era su gran pasión”.

Mar Cano, que fue directora de la Estación Experimental de Zonas Áridas, destaca su gran labor pese a que “vivió una época de vacas flacas en la investigación española”.

Guillermo Verdejo, otro ‘histórico’, recordó que Manuel Mendizábal fue el impulsor de los enarenados y del cultivo bajo plástico, promotor del desarrollo socioeconómico de la provincia”.

Hizo que los americanos se llevaran la radioactividad de Palomares

Menos conocido es su papel ante la mayor amenaza de radiactividad en España: las bombas norteamericanas que cayeron en el mar en Palomares.

El Ministerio de Agricultura designó a Manuel Mendizábal para que supervisara el tema en 1966. «El mismo día del accidente recorrí la zona con botas de plomo para medir la radiactividad. A los americanos les hice cambiar de sitio el campamento porque lo habían instalado en una desembocadura. La radiactividad alcanzó pocos centímetros, los americanos quisieron hacer un cementerio atómico en la zona, en profundidad, pero yo les dije que era imposible, que la provincia almeriense está en zona sísmica, les dije claramente que se llevaran la tierra contaminada a su país, ya que ellos habían provocado la tragedia. Toda la operación se cuidó mucho, toda la tierra contaminada se la llevaron a Estados Unidos, y la que quedó no tenía índices de radiactividad», aseguró.

Cargos y honores

Manuel Mendizábal Villalba, como recuerda el Diccionario Biográfico de la Real Academia de Historia, ostentó varios cargos administrativos en Almería.

"En 1954 fue nombrado responsable de la Jefatura agronómica provincial, cargo que ostentó hasta 1971. Publicó numerosos trabajos sobre las principales plagas, y tratamientos, que afectaban a la agricultura almeriense. Llevó a cabo, igualmente, una importante labor, junto a Bernabé Aguilar y Leandro Pérez de los Cobos, en la difusión de las técnicas de enarenado y cultivos de invernadero en los nuevos poblados de colonización. Fue presidente de la Diputación provincial de Almería entre 1940 y 1943, y presidente del Patronato Alonso de Herrera del CSIC. Recibió la Encomienda de número de la Orden Civil del Mérito Agrícola y la Medalla de caballero de la Orden del Mérito Agrícola de Francia", enumera el diccionario biográfico.  

Grandes científicos católicos en los estudios de ecología

En los primeros tiempos del CSIC trabajaron varios eminentísimos ecólogos, todos ellos católicos fervientes, como:

-  Ramón Margalef (probablemente el ecólogo más importante de la Historia de la ciencia española),
-  Enrique Balcells (uno de los fundadores de la bioespeleología moderna),
Pedro Montserrat Recoder, agroecólogo, fundador del Instituto Pirenaico de Ecología y del Herbario JACA,
- Fernando González Bernáldez, catedrático especialista en ecología terrestre,
- o el mismísimo José Mª Albareda , fundador del Instituto de Edafología, Ecología y Fisiología Vegetal, además de cofundador del CSIC junto con José Ibáñez Martín (que también era de la ACdP).

En el vídeo, 75 años de ciencia en el EEZA explicados en algo más de un minuto (pero no mencionan a su fundador).