Al II Congreso de Científicos Católicos, que se celebró en Madrid del 14 al 16 de septiembre en la Universidad Francisco de Vitoria, organizado por la Sociedad de Científicos Católicos, acudieron también algunos invitados que no se declaran católicos, sino más bien ateos. Participaron como ponentes en la mesa redonda sobre "malos argumentos" (argumentos para defender el cristianismo, o al menos el teísmo, desde la Ciencia, se entiende).
Presentó este encuentro Gonzalo Génova, experto en telecomunicaciones, Ingeniería Informática, licenciado en Filosofía y con un premio Razón Abierta en su haber. "¿Qué hacer con los malos argumentos apologéticos? El que avisa a los defensores de que la pólvora está mojada, no es enemigo del castillo, es uno de los nuestros, busca el bien. La apologética debe ser rigurosa, y a los académicos se nos pide aún más rigor", advirtió.
En la mesa había un católico (David García Díaz, Premio Razón Abierta de 2023), un retornado a la fe tras muchos años de dudas filosóficas (el veterano Juan Arana, Premio Razón Abierta de 2018), un "ateo blando" o agnóstico (Karim Gherab, de padre tunecino y madre española, profesor de Filosofía de la Ciencia) y un "ateo duro", de los que cree que no hay forma en que Dios pueda existir, aunque aprecia la razonabilidad de la Iglesia y el catolicismo (Carlos Madrid, doctor en Filosofía).
En las exposiciones de todos ellos hubo transparencia sobre las posturas iniciales de cada uno (nadie la reclamó, surgió con naturalidad) y un elemento testimonial importante. En todo momento el tono fue de cordialidad y hasta complicidad: todos coincidían en su interés por el tema.
De izquierda a derecha, David García, Juan Arana, Karim Gherab y Carlos Madrid.
David García: "Buscando la verdad, hay que adaptarse al ritmo del otro"
David García, como profesor de Bioética, lamentó que haya gente que use los argumentos sin buscar realmente la verdad. "Con un pensamiento utilitarista, justifican un pensamiento erróneo o falso, incluso para defender algo bueno; a veces con desconfianza en la razón y libertad del otro, porque piensan que el otro no va a alcanzar la verdad por sus medios; otras, con desconfianza en Dios y en su Gracia. A veces nos creemos argumentos frutos de falacias lógicas o con conclusiones apresuradas. O se trata de un tema muy complejo que hemos simplificado demasiado. O quien aprovecha el prestigio de una ciencia experimental para afirmar cosas exageradas, como cuando dicen que alguien ha demostrado a Dios con las matemáticas", protestó.
García siguió enumerando peligros de quien cae en los malos argumentos: "Pueden faltar virtudes como la prudencia, cuando afirmamos cosas que no hemos estudiado suficientemente. O quien busca justificarse a toda costa. Hay quien acepta acríticamente según qué cosas, quien busca selectivamente la información que le refuerce. A veces, por encajar y ser aceptados, aceptamos argumentos que no son suficientemente buenos".
Un cristiano debería, con paciencia y humildad, evitar todo eso. Un académico debería estudiar Filosofía y Lógica. Y aprender enfrentándose a argumentos de otros. "La verdad se puede conocer y al buscarla con el otro hay que adaptar el ritmo y los argumentos al ritmo que el otro puede acoger", añadió.
Ante un público con docenas de cristianos inteligentes, eminencias en sus campos, pero no necesariamente muy formados en apologética o evangelización, añadió, citando a Benedicto XVI en Deus Caritas Est: "Se comienza a ser cristiano por el encuentro con una Persona, no con ideas. En 10 años veo que a mis alumnos les llega mejor un testimonio de alguien que reconoce no saberlo todo, que una retahíla de argumentos aplastantes pero que no buscan llegar a sus emociones y sentimientos".
Juan Arana: "ya no estoy tan seguro de qué es un mal argumento"
Juan Arana, doctor en Filosofía de 73 años, miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y experto en filosofía de la Ciencia, confesó que estuvo décadas sin ir a comulgar consciente de tener serias dudas filosóficas sobre la fe desde 1968. Cumplidos los 65, se dijo, sorprendido: ¡"Vaya, pero me he convertido!" "Fue una conversión racional, de distintos obstáculos que poco a poco habían ido desapareciendo. Y me fui a confesar y dije: 'hace 47 años que no me confieso'. Fue racional... pero no solo fue la razón".
"No estoy tan seguro como hace 20 años de lo que es un mal argumento", comentó con humor y sencillez. "A lo mejor para un tercero no es tan mal argumento. Hay un artículo en alemán que se titula 'El único argumento para demostrar la existencia de Dios'. Siempre me pareció antipático. Quiero ser más permisivo. Tengo en casa el Denzinger, y lo abrí hace poco y miré lo que pone en el Concilio Vaticano I, en el canon 1806: 'quien diga que Dios no puede ser conocido con certeza por medio de la razón humana por medio de las cosas creadas, sea anatema'. Vale, pero en el 1816 también dice: 'si alguno dijere que en la Revelación divina no hay verdadero misterio sino que todos los dogmas son de la razón natural, sea anatema'. Y eso de la 'certeza'... bueno, certezas hay de muchos tipos..."
Juan Arana es catedrático de Filosofía y experto en filosofía de la ciencia; hasta los 65 años se planteó dudas de fe que le impedían ir a comulgar.
Arana, que escribió el libro Teología para Incrédulos (BAC), defendió que el hecho de que haya "muchos argumentos, muchísimos", a él no le lleva al escepticismo, sino que entiende que una relación real entre Dios y cada persona, de forma que compromete su vida, por fuerza tendrá muchas formas de vivirse y entenderse.
Además, un mismo autor puede a veces aportar varios argumentos, unos con más éxito que otros. A él le despertó serias dificultades un artículo de un autor sobre la renovación celular y la resurrección de la carne. Pero años después el mismo autor "escribió sobre vida y espíritu, y tenía idea que me parecieron muy buenas". De Santo Tomás ("que no habla de argumentos, sino de 5 vías") le gustan la segunda y la quinta, y la primera le parece muy mala.
Como conclusión, Arana afirmó que "hasta los malos argumentos pueden valer para alguien". Y, en cualquier caso, las personas pueden ir puliendo y mejorando sus argumentos con el tiempo.
Karim Gherab: "soy más bien ateo light, pero la ciencia no refuta a Dios"
Karim Gherab, de padre tunecino y madre española, es doctor de Filosofía y profesor de Filosofía de la Ciencia en la Universidad Rey Juan Carlos. Se declaró "una especie de ateo light, quizá agnóstico; ateo no me gusta, porque no puedo demostrar que Dios no existe. Lo de que la ciencia demuestra que la religión es falsa, bueno, eso no es así, y en eso soy aliado de los cristianos. La ciencia no demuestra que Dios exista, pero tampoco lo contrario".
Su duda tiene un origen cultural y casi estadístico. De niño, él veraneaba en Túnez, jugando a fútbol con muchos primos mientras su hermana veraneaba en Zamora. "Mi hermana tuvo hijos y los bautizó. En mi infancia ya me planteaban preguntas mis 9 tías de Túnez. Y yo ya pensé: si la religión es un tema racional, ¿por qué casi todos son musulmanes en un país, y casi todos cristianos en otro?"
Gherab pidió a los creyentes, cristianos o musulmanes, no dar por supuesto que el no creyente haya dedicado poco tiempo o esfuerzo a reflexionar sobre el tema. Les animó a pensar también que, si Dios se ha revelado, puede haber errores en la comprensión humana de esa revelación. Y que también en la comprensión de la Naturaleza la ciencia ofrece conocimientos que muchas veces son sólo "probables".
Recordó que la ciencia no es solo lógica y deducción, sino también empirismo: "se recogen datos, aunque se puede debatir sobre las interpretaciones". No le impresionan mucho los argumentos filosóficos. "El mejor argumento es mostrar a una persona que era muy contraria y que ha cambiado", afirmó. [En ReL contamos muchas historias así en nuestra sección De ateo a cristiano].
Él fue una semana de retiro de silencio a un monasterio cristiano: le gustó, pero no le cambió.
Karim Gherab y Carlos Madrid en la mesa sobre "Malos Argumentos" de la Sociedad de Científicos Católicos.
Carlos Madrid: "Soy ateo fuerte, pero el Dios católico es racional"
Carlos Madrid, doctor en Filosofía, de la Fundación Gustavo Bueno, se presentó como "ateo fuerte", convencido de que Dios no puede existir. "Pero no soy ateo judío o musulmán, soy ateo católico, valoro la escolástica española, puedo compartir trinchera en la crítica contra el aborto y la eutanasia, y me gusta veranear visitando monasterios dominicos", explicó.
"La Sociedad de Científicos Católicos se plantea el tema de los malos argumentos porque el catolicismo está en las antípodas del fideísmo. El Dios católico, tomista, es racional. Santo Tomás no podría decir que Dios puede hacer que dos mas dos sean cinco. El catolicismo es, aunque suene duro, es en ese sentido, la mejor antesala del ateísmo. Busqué la asociación de científicos protestantes reformados: no eran muchos. Encontré una sociedad de científicos ahmadíes, que una corriente minoritaria del Islam. Tuvieron un encuentro en 2019 y su califa les animaba a buscar pruebas para demostrar la existencia de Alá. ¿Hablamos del dios de los filósofos o del dios de las religiones?"
La Teología Natural, sobre ciencia y fe, ayudaría a muchos
Juan Arana, después de haber defendido que muchos argumentos pueden ser útiles, pasó a defender con fuerza que se enseñe en catequesis y seminarios más Teología Natural, es decir, los 'preambula fidei', cuestiones previas a la fe, a las que se puede llegar con la razón.
"No puede ser que una catequesis de confirmación, a muchachos que ya resuelven ecuaciones y logaritmos, se limiten a decirles que 'Jesús es tu amigo'. Entregué a mi amigo teólogo Olegario González de Cardedal mi libro Filosofía y Naturaleza. Me dijo: 'De esto, en la Facultad de Teología, no sabemos nada'. Hay un olvido total de las 5 vías de Santo Tomás, de los temas del ajuste fino, los temas de ciencia y fe... ¡Pero a la gente de la calle le preocupan estos temas! Muchas personas pierden la fe a los 15 o 17 años de edad porque no les han hablado de esto", lamentó.
La diferencia entre el dios de las religiones y el de los filósofos existe, pero no le parece muy grande. "Con un musulmán y un judío puedo llegar a un acuerdo casi total sobre lo que creemos del Dios único. Pascal decía [Blaise Pascal, místico y matemático del s.XVII al que el Papa Francisco dedicó una encíclica reciente] que el dios de los filósofos no es el de los cristianos. Pero desde que Tipler [probablemente Frank J. Tipler, físico nacido en 1947] dijo que para seguir la pista a cada átomo sólo hace falta más acceso a información, yo creo que el Dios filosófico, el deísta, no se ha alejado mucho del cristiano".
¿Una "apuesta racional"? ¿O es como casarse?
En este contexto, dijo Arana, con la teología natural, apostar por "una totalidad de la experiencia, interna y externa", sería una "apuesta racional, de seriedad grande, parecida a la de una teoría científica".
Carlos Madrid distinguió entre "el dios de los filósofos", que "ya lo vemos en Aristóteles" y el Dios de las religiones, con quien puede haber amistad o religación (al Dios cristiano, por ejemplo, se le habla, se le pide ayuda... al Motor Inmóvil o Causa Incausada de los deístas no).
Sobre la apuesta "razonable", también social, el franciscano Lluis Oviedo, señaló que hay multitud de estudios sobre los beneficios sociales de la religión (no detalló que casi ninguno en España, pese a ser un país con 10 universidades católicas).
David García matizó que "hay que creer porque es verdad, no porque me haga sentir bien".
Carlos Madrid apuntó el tema de la representación: una cosa es el Dios como concepto teológico, y otra cómo lo imagina o representa el hombre de la calle, en lo que también influye la tradición católica.
Desde el público, Ignacio del Villar, divulgador de grandes figuras de científicos católicos en la Historia, comparó la relación con Dios con la convicción que uno llega a tener de que ha de casarse con esa chica: "no tienes pruebas al 100%, pero hay suficientes indicios, acumulados se suman".
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