El 29 de mayo, un deslizamiento del terreno en los Alpes italianos, a consecuencia de las lluvias, produjo un derrumbamiento que no causó muertos ni heridos, y que por muy poco no provocó graves daños en el Santuario de Gallivaggio, en San Giacomo Filippo (Sondrio, Lombardía). Cayeron 7500 metros cúbicos de roca. Para el párroco del templo, Don Andrea Caelli, no hay duda de que actuó la Providencia: «La mano providente de Dios nos acompañó en este hecho, que pudo acabar trágicamente», declaró al
Avvenire. Fuente:
Daily Mail.