Científicos del Anderson Cancer Center hicieron una encuesta sobre población general: «Si usted tuviera dolor y cansancio, si no tuviera trabajo, si no pudiera hacer todas las cosas que hace habitualmente... ¿querría vivir?»
El 60,65% de la gente dijo que no. En cambio, cuando le preguntaron lo mismo a enfermos graves exactamente en esa situación (en algunos casos, las mismas personas),
respondió que no solo el 3%. Según el doctor Eduardo Bruera, esto muestra la diferente percepción sobre el dolor, la enfermedad y la muerte que se tiene en distintos momentos. Prueba, además, el error de medidas como la Declaración Anticipada de Tratamiento (DAT) aprobada en Italia o un Testamento Vital que anticipe una voluntad de morir que puede cambiar radicalmente cuando se plantee la situación real. Fuente: