Javiera Suárez es una joven periodista chilena, católica poco practicante, que comenzó a ir a misa poco antes de que, embarazada de su primer hijo, le diagnosticaran un cáncer de mama. Fue en marzo de 2016, y dejó su trabajo en la televisión para dedicarse al cuidado propio y de su pequeño, quien finalmente nació sano en el mes de octubre. «Yo tenía los días de vida contados, y Pedrito las milésimas de segundo», explica. Pidió la intercesión de la Virgen de los Milagros... y lo que pasó no tiene explicación médica.
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