La actriz Olivia Wilde, conocida principalmente por su participación en la serie
House, proclamó explícitamente (estando embarazada de su segundo hijo) su apoyo a Hillary Clinton durante la campaña presidencial del año pasado. Y lo hizo justo para defender el derecho de una madre a matar a su hijo en cualquier momento del embarazo,
en línea con lo que la candidata demócrata había sido conducida a reconocer por Donald Trump durante su tercer debate. El abogado y polemista Ben Shapiro, judío y conservador,
bestia negra dialéctica de la izquierda estadounidense, le responde con contundencia.